Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



«Mensajea a un bibliotecario»

Mientras en nuestro país se lanza a la indefinición laboral y vital a 46 mil familias, para que no haya ninguna resistencia a la concesión y privatización de los más de mil kilómetros de fibra óptica instalada con recursos públicos en la región central de México, en el vecino país del norte se acaba de echar a andar un mecanismo que permitirá -a cualquier ciudadano que tenga la capacidad económica para costearlo- el disponer de los servicios de información de bibliotecarios en su teléfono celular.

La idea es simple. Cualquier teléfono celular comercializado actualmente tiene capacidad para enviar y recibir mensajes breves de texto -SMS. Pues bien, esta capacidad puede se aprovechada por empresas y por individuos para hacer preguntas específicas al servicio Text a Librarian (TAL), que serán atendidas en tiempos muy breves mediante mensajes de texto, con información pertinente como respuesta.

Uno puede imaginar el potencial que tiene un servicio como éste. Servir información a cualquier teléfono celular en cualquier momento, pero no sólo eso, sino servirla en la forma en que pueda ser más útil al usuario, es un sueño de cualquier bibliotecario.

Pues bien, la empresa Mosio, está impulsando este nuevo servicio que seguramente tendrá mucho éxito.

En nuestro país, las redes de telefonía celular y, en general, de telecomunicaciones, constituyen un vasto sistema monopólico -aunque se trate de aparentar lo contrario- cuyas capacidades de transformación, activación y coordinación social están, por decir lo menos, pobremente aprovechados. Uno imagina, desde las bibliotecas universitarias o académicas, que gobiernos visionarios a cambio de tan grandes e importantes concesiones, incluyeran cláusulas que obligaran a los proveedores de telefonía celular a proveer las infraestructuras mínimas necesarias para interconectar a las bibliotecas y centros de información con los usuarios vía mensajería SMS. Se crearía casi de inmediato una infoesfera increíblemente poderosa para combatir el rezago educativo, alentar la alfabetización funcional de la población, promover las bibliotecas, el libro y la lectura, alentar la intercomunicación social sobre temas de verdadero impacto social y personal, etc.

Actualmente todos los usuarios de servicios de telefonía celular reciben propaganda comercial y de concursos en sus unidades móviles. Existen algunos servicios esotéricos o de divertimento dudoso, como la obtención de imágenes, música o videos originados en los medios masivos. O concursos, infinidad de concursos que prometen dinero fácil a cambio de llamadas o mensajes a cierta tarifa.

Imaginemos que en lugar de pagar por consultar un «horóscopo» estandarizado obtenido de alguna oscura fuente esotérica -en el mejor de los casos-, cualquier ciudadano pudiera dirigir preguntas tales como ¿Qué significa «contrato colectivo»? ¿Qué son los «derechos humanos»? o «¿Qué es el derecho al trabajo?» o cualquier otra pregunta en torno a cuestiones médicas «¿Es peligrosa la vacuna contra la influenza humana?» o cuestiones puramente intelectuales, educativas, o recreativas, referencias sobre libros -«¿Quién es Orhan Pamuk?»-, recomendaciones de películas y música, reseñas de eventos culturales, etcétera y tener en pocos segundos un primordio de respuesta, posiblemente con uno o varios enlaces web a recursos revisados por bibliotecarios para ahondar en la información.



Kurosawa reta a Calderón

Esta nota, de Victor Manuel Toledo, publicada hoy en La Jornada, amerita una lectura y reflexión cuidadosas.

«Como sucede con casi todo lo trascendente, en la sala de nuestra casa apareció de manera inexplicable una copia de Sueños, la película del célebre realizador japonés Akira Kurosawa. Filmada en 1989, esta película, secuencia de ocho historias (sueños y pesadillas), es una de las obras maestras de la cinematografía por su belleza, honestidad, originalidad, compromiso y profundidad de sus mensajes. Como sucedió con otros grandes artistas, como Octavio Paz, Maurice Béjart o Gabriel García Márquez, el cineasta japonés fue consciente de los peligros que acechaban, y siguen acechando, a la humanidad o a la especie humana. Por ello, las tres últimas historias de su película son valiosos testimonios de lo que podría llamarse un «cine ecológico», género que ha sido irresponsablemente inundado de producciones amarillistas y comerciales.

«En la primera historia, Kurosawa presenta escenas fulgurantes de un holocausto nuclear en Japón que provoca la huida desesperada de millones de japoneses, quienes, perseguidos por las nubes radiactivas, terminarán tirándose al mar. La segunda historia, complemento de la primera, presenta un paisaje arrasado por la contaminación y la radiactividad, donde solamente quedan algunos seres vivos deformes y los sobrevivientes humanos son mutantes que ante la ausencia de alimentos se ven obligados a devorarse entre ellos. En contraste, la tercera historia es una descripción bucólica de una aldea campesina, donde la sabiduría de sus habitantes ha creado una realidad delicada y armónica basada en la tradición y el trato cauto del entorno natural. Sobra señalar la gran influencia budista en esta última historia.

«La película parece lejana: fue filmada hace dos décadas en la realidad japonesa, que es diferente a la mexicana. Sin embargo, adquiere vigencia inesperada en los cruciales momentos que vive el mundo y el país en términos ambientales. Ya no es la contaminación nuclear, sino el calentamiento del planeta y la contaminación genética, que se extiende por enormes áreas, lo que podría generar en pocas décadas escenas tan apocalípticas como las de Sueños. Ya hemos tenido algunos adelantos con la canícula que azotó a Europa en 2003 y que dejó más de 20 mil muertes por el calor extremo, o con los inesperados impactos del huracán Katrina en Nueva Orleáns. Igualmente siguen siendo las aldeas o comunidades campesinas e indígenas ámbitos donde subsisten, persisten y resisten, los últimos reductos de la memoria de la especie humana; donde podemos encontrar inspiración para hallar caminos alternativos a la tragedia industrial.

«Por lo anterior, es más que seguro que Kurosawa habría firmado, de estar vivo, el documento por el cual más de 700 científicos, intelectuales y estudiantes de México y de varias partes del mundo han interpelado a Felipe Calderón solicitándole, con base a un alud de evidencias científicas, la inmediata cancelación de los permisos para la siembra experimental del maíz transgénico en México, procedimiento largamente buscado por las grandes corporaciones (Monsanto a la cabeza), violatorio de la Ley de Bioseguridad del país.

«El documento, auspiciado por la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), fue firmado en pocas horas por varios galardonados con el Nobel y premios nacionales de ciencia, UNAM y de la Academia de Ciencias de México, y hace manifiesta su indignación por la liberación de maíz transgénico en un país cuyo territorio todo es su centro de origen (véase www.unionccs.net). Esta reacción de la comunidad científica nacional e internacional que ha sido casi instantánea no es casual. Responde a una situación de enorme preocupación, a un escenario de emergencia. Aquí, las más de 50 razas de maíz que existen en territorio nacional son una obra de creación colectiva llevada a cabo por más de 250 culturas en un periodo de 7 mil años. Se trata de un patrimonio biológico, agronómico, cultural e histórico no sólo de México, sino de la humanidad entera, que estará amenazado por la proliferación de los diseños generados por la biotecnología corporativa o a su servicio. Diseños que, ha quedado demostrado, contaminan inexorablemente las variedades originales o nativas.

«Estoy seguro que Akira Kurosawa desde donde se encuentre está solicitando una audiencia en Los Pinos para charlar con Calderón y convencerlo de que si no él, al menos alguno de sus más cercanos asesores lea el documento de la UCCS. Una lectura limpia, objetiva y honesta de las innumerables evidencias científicas derivadas de la más reciente investigación nacional e internacional debería auspiciar por lo menos un debate nacional, amplio y sin restricciones sobre el tema.

«Ignoro si el Presidente conoce la obra de Kurosawa, y aún más si le agrada o desagrada. Tampoco sé si Kurosawa está enterado del despido de 40 mil trabajadores y del aumento de impuestos, dos sablazos de emperador contra la ciudadanía. Pero bien valdría la pena que alguna inteligencia cercana al poder, en un gesto casi heroico, lograra proyectar al mandatario las tres historias finales de Sueños, acción que no toma más de 20 minutos, y que quizás logre inducir en él un pensamiento reflexivo. Antes de que el maíz y el país se conviertan en la pesadilla siguiente.»



Albert Einstein, José Narro y refundar la República

Qué oportunas y visionarias las palabras del rector Narro, de la UNAM, cuando advierte que el modelo actual que rige el país -como quiera que eso sea- «ya dió lo que podía, ya no nos sirve ni para vernos hacia afuera, ni resolver los problemas hacia dentro». El modelo se ha agotado. Lo agotó la corrupción, la desigualdad y la ineficacia para combatir ambos males. No hacer algo para enmendar esta situación, pero enmendarla de raíz, será causa de mayores y terribles daños a la nación.
Albert Einstein alguna vez escribió:

«No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y a los países porque la crisis trae progresos.

La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar «superado».

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más los problemas que las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.

El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos.

Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla».

Sí, el modelo ha hecho crisis, la más grave de nuestra historia reciente. La estocada final a los habitantes de este país ha sido la insensible elevación de impuestos a una población económicamente activa depauperada, que ya no encuentra la forma de que le rindan los salarios que cobran, ni que los cada vez más raquíticos negocios les dejen ganancias.

Por esto y porque en ello les va la vida cotidiana a 50 o 60 millones de mexicanos empobrecidos y a una clase media en vías de extinción, las palabras del doctor Narro y su llamado a reformar la república, son muy justas. Pues no se trata tan solo de que tenga lugar un pacto episódico como otros de nuestro pasado no tan remoto, que le de aliento a un sistema plagado de fallas. La idea más digna de rescatar del reciente pronunciamiento del doctor Narro, es que debe refundarse la República a través de un planteamiento integral. ¿Qué tenemos que decir al respecto los universitarios? Creemos que mucho.



¿Somos altruístas, los universitarios?

Llamamos su atención sobre un texto que, como otros que hemos señalado en este blog, a nuestro parecer no tiene desperdicio, y éste lo tiene menos en la medida en que hace hincapié en una conducta que, si es cierto lo que dicen algunos biólogos evolucionistas, es un parteaguas en la historia de la conducta animal sobre nuestro planeta: somos nosotros, los seres humanos, los mejor predispuestos para ayudar a otros -y a otras especies- de manera desinteresada, no egoísta.
Esta noción choca, desde luego con la explotación irracional que hacemos de nuestros recursos naturales, tanto los renovables como no renovables, la desidia con que manejamos nuestros desperdicios, el daño que hacemos constantemente con nuestros sistemas de transporte, productivos, etc., a la atmósfera y la hidrósfera, y el daño colectivo que unos grupos realizan a otros ya sea por vías económicas, políticas, culturales, cuando no francamente bélicas y militares, etcétera.
Como contrapeso al ecocidio egocentrista con que a diario dañamos la naturaleza y a nuestros congéneres, tenemos muchas actividades de resarcimiento que buscan en la medida de lo posible aminorar o contener tales daños: la educación, las manifestaciones artísticas, la investigación científica, y el avance de una cultura de la sustentabilidad biológica y ecológica. Lamentablemente las cotas más altas de la sensibilidad bióetica son aún dominio de unos cuantos, tal vez los menos, a contracorriente de la fuerte deriva socioeconómica consumista y depletoria de recursos.
De ahí la pregunta ¿somos altruístas los universitarios? Y si lo somos ¿en qué medida? Mirando el paisaje social, no encontramos en el ámbito de la instituciones, ninguna llamada con mayor intensidad al altruismo, que la propia universidad pública.
Más allá del interés propio, la Universidad dispone los espacios, las personas y los recursos para el engrandecimiento de la vida comunitaria y de los individuos. Una obra de teatro o musical no solamente es el momento para la exhibición de dotes individuales, sino también ofrece un espejo para que la sociedad pueda mirarse a si misma, en sus potencialidades y logros. Una lección impartida con todos los sentidos puestos en el aprendizaje de los estudiantes y esa comunicación prodigiosa que llegan a establecer ciertos docentes-alumnos, son una promesa de una mejor sociedad, un mejor país.
Una biblioteca -como es el caso de las universitarias- es un tesoro acumulado por generaciones, preservado hoy en día por acuciosos bibliotecarios que la ordenan y la disponen de la mejor manera para su utilización y para la obtención del mayor beneficio de ella.
¿Por fuera de las universidades, qué otras entidades tendrían tal interés y pasión natural por el rescate de lo que ha sido y es nuestra memoria colectiva, los rasgos esenciales de nuestro caracter? ¿Adónde se gestaría con mayor responsabilidad y autenticidad la voz de todos, que no sea entre los muros de un aula universitaria? Así es, o así debería de ser.
Por eso hacemos este llamado a la reflexión a todos los universitarios, para que dirijan una mirada hacia su propio bien, que es un bien social tan grande, la propia universidad, a la que los universitarios llamamos con gran elocuencia y tino: ALMA MATER, madre de nuestra alma, la Universidad que nos dota de los saberes necesarios para superar día con día, individualmente y en grupos, nuestra condición humana ¿acaso no merece todo nuestro apoyo y respeto, así sea en la medida escasa o pequeña con que cada uno de nosotros podamos reforzarla?

Fuente: Araque y otros. El altruísmo en el ámbito universitario. Universitat Jaime I. España. Consultado el 3 de noviembre de 2006 en : http://www.uji.es/bin/publ/edicions/jfi1/altruismo.pdf.

 



La OIU y la Alfabetización Informacional (o DHI)

En caso de que el doctor Raúl Arias Lovillo, rector de la Universidad Veracruzana, próximamente fuera nombrado también presidente de la Organización Interamericana Universitaria (OIU), se gestaría una importante oportunidad para que, en el contexto del Plan Operativo de dicha organización y en alianza estratégica con otras organizaciones internacionales del ámbito educativo universitario, se realizara un esfuerzo con enormes beneficios potenciales para la región, por incorporar el enfoque de la alfabetización informacional (o DHI, desarrollo de habilidades informativas) a la curricula universitaria en los países miembros.
A la par que la visión en torno de la integralidad de la formación universitaria, adonde las capacidades para el acceso y uso de la información impresa y digital tienen un lugar fundamental, se avanzaría en la creación de una cultura de la información entre los universitarios y los egresados, acorde con los procesos de innovación y generación de conocimientos en el orbe.
Es inconcebible el desarrollo sustentable de las naciones con altos índices de analfabetismo simple y funcional, toda vez que la complejidad económica y productiva y los procesos sociales y culturales se apoyan cada vez más en el uso eficiente de la información y sus tecnologías, en el empoderamiento tecnológico de los ciudadanos y sus organizaciones y en la modernización tecnológica de las empresas.
Este es, sin duda, uno de los desafíos regionales que la gestión del doctor Arias podría acometer, al frente de la OIU, sentando las bases para la discusión de los métodos de enseñanza y evaluación de la alfabetización informativa entre los estudiantes, docentes e investigadores de la región.
En principio, tras el esclarecimiento de las bases de la alfabetización informativa -tal vez como parte de otras alfabetizaciones: para la salud, científica, ambiental, para los medios, etcétera- recuperando las experiencias estadounidense, británica y australiana, ésta sería la ocasión propicia para abordar desde el punto de vista conceptual y metodológico los alcances de la alfabetización informacional no solamente como una actividad en la que deben estar empeñadas en primer lugar las bibliotecas, sino como un proyecto pedagógico de gran calado, el cual impactaría de manera natural el aprovechamiento académico tanto en ciencias como humanidades, en un impulso de base a la actividad de investigación y a una renovación de las prácticas didácticas, lo que permitiría integrar interdisciplinariamente conocimientos, habilidades y actitudes concernientes al uso de la información, la gestión del conocimiento y la ética de la información.
Llama la atención, además, que en el campo de las bibliotecas, la OUI contempla el propósito de crear una red interamericana «Conectividad y bibliotecas«, como un instrumento para la «formación de bibliotecarios aptos para el uso de las nuevas tecnologías en la gestión de las bibliotecas universitarias», toda vez que en nuestro país y en nuestra casa de estudios existen propuestas académicas en ese sentido, que buscan permear y fortalecer con conocimientos y habilidades para el uso de las nuevas tecnologías, los saberes y procedimientos tradicionales o clásicos de los servicios bibliotecarios.
En suma que esta noticia, la de la posible presidencia del organismo internacional, por parte de nuestro rector, genera expectativas en el ámbito de las bibliotecas y los servicios de información, tal vez como pocas.



22% de la población nacional se verá afectada por el impuesto a Internet

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), estudiantes en edades de 12 a 19 años se verán afectados por el impuesto a las telecomunicaciones que incluyen el uso de Internet. Con tal impuesto las familias de menores recursos se verán en dificultades para continuar con sus suscripciones de dicho servicio y los cibercafés tendrán que revisar sus costos para absorber el efecto del impuesto.
Al mismo tiempo que en Finlandia ha alcanzado el nivel de derecho civil la provisión del servicio de Internet para todos, con una conexión de al menos un megabit por segundo, vemos que en nuestro país se alza aún más la barrera que divide a las personas con acceso a la red, del resto -la gran mayoría de la población-. Por este camino, la brecha digital y brecha de capacidades que son extensión de la brecha económica en nuestro país, lo único que harán será ahondarse.
En otro sentido iba la intención del Sindicato Mexicano de Electricistas -cuyo patrón Luz y Fuerza del Centro ha sido disuelto de manera intempestiva- de que la red de fibra óptica de mil kilómetros que se instaló en el centro del país permitiera al Estado brindar servicios de triple play (telefonía, Internet y televisión digital), a bajo costo. Es evidente que la disolución de la empresa y la pérdida de sus empleos de 44 mil trabajadores están relacionados con los negocios que realizarán particulares -especialmente extranjeros- cuando la CFE y el gobierno federal «subasten» las concesiones para usar dicha red.



De custodios a facilitadores y de facilitadores a dinamizadores

Dice Catuxa, editora de uno de los blogs más interesantes sobre bibliotecología en la red, Deakialli Documental, en una ponencia para las XV Jornadas Bibliotecarias de Andalucía, que el papel de facilitador del bibliotecario en el nuevo entorno de la red, las redes sociales y la web 2.0 no solo es indispensable, sino que debe extenderse hasta la figura del bibliotecario como «dinamizador» de los recursos de información en beneficio de los usuarios. Si nos atenemos al significado de la palabra dynamis, podemos seguir que se trata de que el bibliotecario no sólo conozca -y conozca mucho, quisiérase que mejor que el resto- la diversidad de recursos de información a su alcance, sino que además sea capaz de ponerlos en movimiento.
Diría que ese poner en movimiento un recurso de información debe ser en un sentido centrípeto con respecto a los usuarios potenciales. Es decir debe acercarlos al usuario y ponerlos a girar en su entorno. Dependerá, una vez realizado lo anterior, del usuario y de su iniciativa, si se beneficia o no de tales recursos. Esto es equivalente en muchos sentidos al servicio bibliotecario conocido tradicionalente como diseminación selectiva de información (DSI).
Enfrentados a una difícil situación nacional, con una situación económica precaria para todos, de la que no están exentas las universidades, es necesario que se integren esfuerzos pedagógicos, didácticos, bibliotecarios y tecnológicos para hacer llegar a la esfera de atención de los usuarios, los recursos de información con que disponen de suyo las bibliotecas, y todos aquellos que son parte de la red y que con mucha frecuencia no suponen costos por su consulta y utilización. En este tiempo de crisis la información para todos puede hacer una diferencia notable.
Cabe hacer notar que ese papel dinamizador no sólo hace alusión a poner en movimiento -hacia el usuario, siempre hacia el usuario- los recursos de información, sino que también hay que poner en movimiento al usuario mismo. ¿Cómo puede hacerse ésto, preguntaría alguien? Creemos que la forma de poner en movimiento al usuario hacia los recursos de información es posible sí y sólo sí se le alfabetiza informacionalmente. El trecho que media entre el usuario y los recursos es uno que debe recorrer el usuario con su propio esfuerzo y con sus propios recursos -lectura superficial, de comprensión, crítica, gestión personal de la información, organización de acervos personales del conocimiento, planeación y ejecución de rutinas investigadoras, etcétera- y el bibliotecario como enseñante puede hacer mucho para apoyar en ese terreno al usuario.
Para aderezar este post, invitamos fervientemente a los lectores de este blog, a que se den una vuelta por ROAR (Registro de Repositorios de Acceso Abierto), a donde una plétora de recursos a texto completo, en todos los campos del conocimiento, están a la espera.



Alcanza 14 mil visitas este blog

Desde su origen hace un año, hasta el día de hoy este blog ha sido visto 14,000 veces. Agradecemos a todas las personas que se han tomado la molestia de detenerse a revisar los contenidos de este medio electrónico y esperamos poder seguir ofreciéndoles información de utilidad e interés, así como mejores contenidos.



Las publicaciones de la Unión Europea a un solo click

Más 100,000 documentos gratuitos en línea pueden consultarse y descargarse de la EU Bookshop, un servicio que permite buscar por nombres de autor, títulos, idiomas de la Unión Europea y temas de interés general. Los documentos corresponden a información producida por agencias de la Unión Europea y en su gran mayoría ofrecen versiones descargables en PDF.



Realidades del servicio bibliotecario

Jennifer Benson publicó recientemente la siguiente nota titulada: Stop al cierre de bibliotecas, en 20minutos.es.

«Me acabo de acercar a nuestra biblioteca, el Centro Cultural de Buenavista en la Avda. de los Toreros, para sacar un DVD para mi hija y me han informado de que a partir del día 16 de octubre no van a abrir por las tardes por falta de personal. ¿Cómo puede ser que una biblioteca al servicio de todos los ciudadanos, desde los más pequeños hasta los más mayores, tenga un horario restringido?

¿A dónde van a ir los niños de edad escolar para hacer los deberes y los proyectos? ¿Y esos niños un poco más mayores que tengan que esperar hasta que mamá o papá termine de trabajar para poder irse a casa y que pasan allí la tarde leyendo o navegando por internet? ¿Es esto la mejor manera de fomentar la lectura entre los más pequeños? Me parece un insulto y una vergüenza que nos quiten un servicio público y que priven a los niños de este barrio y de esta ciudad de la posibilidad de conocer otros mundos a través de la lectura, los cuentacuentos y otras actividades relacionadas. ¡Stop al cierre de las bibliotecas!»

Esto allá, del otro lado del mar, en España. Aquí las bibliotecas pueden carecer de personal, tener colecciones obsoletas, tener horarios ridículos o de plano estar cerradas. Nadie hace ni dice nada. Tal vez el abandono en que hay muchas bibliotecas en el país explique entre otras cosas el rezago educativo, la desigualdad económica y el analfabetismo funcional galopante.

Con la crisis económica golpeando todos los días nuestros bolsillos, ya hemos dicho aquí que los tiempos sin dinero y sin trabajo se pasan mejor con bibliotecas. Pero son peores los tiempos sin bibliotecas –aunque hubiera dinero. Invitamos a toda la comunidad universitaria a reforzar sus visitas a la biblioteca a buscar el libro que necesitamos leer para ahorrar más, para cuidar mejor nuestra salud, para conducir mejor nuestros negocios, para mejorar nuestras relaciones interpersonales, para comprender mejor nuestra sociedad y nuestro pasado.