Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



Año nuevo, BuJo nuevo

Un cuaderno y un lápiz es todo lo que se necesita para ir ordenando la actividad de un docente, un estudiante, un investigador o, en general, de cualquier persona. Más allá de las completísimas herramientas tecnológicas, los recursos análogos, tangibles, constituyen un apoyo insustituible en cualquier momento y lugar, y no requieren estar recargándose constantemente o tener acceso a la red (como ocurre inevitablemente con las computadoras portátiles, las tabletas y los teléfonos).

A continuación retomamos información sobre un sistema de organización personal, para que lo ponderen los interesados y, en su caso, se motiven a realizarlo. El principio de un año parece una época propicia para hacerlo.

Regularmente, cuando se hacen apuntes en libretas o cuadernos, como notas, datos de alguna persona, fechas y horas de reuniones o encuentros, cosas por hacer o por comprar, lecturas por hacer, ideas relevantes que encontramos durante alguna lectura, lo que priva es como está dicho, cierto desorden. Ese desorden acumulativo hace muy difícil recuperar todas esa información o agruparla con cierto orden y criterio. El bullet journal es el medio idóneo para que eso no ocurra más. Puede ser que el sistema de toma de apuntes de la Universidad de Cornell se pueda combinar exitosamente con la técnica de bullet journal, pero por ahora me limitaré a explicar un poco más de qué trata solo éste último.

De acuerdo con la Wikipedia:

«Bullet Journal o BuJo es un método de organización personal desarrollado por Ryder Caroll. Este método organiza la planificación, recordatorios, lista de tareas, lluvia de ideas y otras actividades de organización en un cuaderno. Su nombre proviene del uso abreviado de «bullet points» o cuaderno punteado o con viñetas para organizar la información.​ Fue dado a conocer en 2013 y desde entonces se ha convertido en un método de organización, popular en redes sociales.»

Un bullet journal es entonces una bitácora o diario, por ende, un registro general de experiencias, sentimientos, pensamientos, actividades realizadas o por realizar, citas, apuntes o notas, datos, ideas, planes y proyectos.

La utilidad de un bullet journal es proporcional al tiempo que se dedica a su creación, planeación, organización, mejora gradual y mantenimiento.

Qué se necesita para realizar un bullet journal

Básicamente, una libreta y un lápiz. Lógicamente, un calendario, un reloj.

Si es importante garantizar la durabilidad del registro a largo plazo, entonces se requiere de uno o varios bolígrafos, ya que la tinta es más duradera sobre el papel que el grafito.

Una regla de plástico ayudaría a la hora de hacer tablas (por ejemplo, un simple arreglo de 3×4, para crear un calendario) y otros trazos y cuadrículas (como las que requieren las tablas de seguimiento) dentro del bullet journal.

Marcadores de colores que ayuden a resaltar y/o unificar algunos elementos visualmente.

Creatividad y tiempo para que el bullet journal exprese progresivamente el desarrollo de las actividades y -porqué no- de la personalidad.

Elementos de un bullet journal

El bullet journal consta por lo general de:

  • índice general (a una o dos páginas)
  • un calendario anual (a una o dos páginas)
  • calendario mensual, al inicio de cada mes (a una o dos páginas)
  • entrada de registro día a día, que puede ocupar desde parte de una página, hasta varias páginas (en todos los casos los contenidos deberán mencionarse en el índice), constituye el contenido mayor del bujo.
  • listas diversas (de una o más páginas, para los más diversos fines) y cuadros de seguimiento o trackers (puede haber varios cuadros en una página, dependiendo de las necesidades) indicando sus nombres y páginas en el índice; en la red se pueden encontrar muchas sugerencias de listas, cuadros de seguimiento y otros elementos que pueden incorporarse al bullet journal

Como ya está dicho, se puede emplear cualquier cuaderno para hacer el bullet journal, el cual deberá ser manejado cuidadosamente para que no se extravíe, dañe o maltrate.

En principio, un lápiz puede ser suficiente para escribir aunque -para asegurar la perdurabilidad de los registros- un bolígrafo convencional puede ser necesario.

Con más creatividad, se pueden usar lapiceros con tintas negra, azul, roja y verde, para dar acento a cierta información.
Es necesario numerar manualmente todas las hojas del cuaderno (o libreta) de modo que al inicio se pueda ir alimentando el índice general del bullet journal, con referencia a las páginas donde se localizan determinado contenido. La numeración sólo toma unos minutos y puede hacerse por un rango y completarla posteriormente.

El índice general debe ser pormenorizado e indicar la página en la que se localiza cada elemento del bullet journal, conforme éstos van siendo agregados.

Tal vez convenga dedicar una hoja completa (frente y vuelta, es decir las dos caras de una hoja) para ir generando el índice, pensando en una durabilidad suficiente, acorde con el periodo temporal de que se trate (mes, trimestre, semestre, año) conforme a las necesidades del creador o usuario. En caso de que la cantidad de contenidos sea mayor, cabe plantear la posibilidad de agregar un índice intermedio, para superar el límite inicial de dos páginas.

Para algunas personas, las que realizan un gran número de actividades, puede ser que una libreta apenas sea suficiente para un mes.

Para otras personas, tal vez una libreta puede ser suficiente para un semestre, o hasta para un año. Como quiera que sea, el sistema puede adaptarse sobre la marcha, ya sea para usar una libreta por periodo, o varias. La experiencia gradual en la elaboración del bullet journal permitirá prever las necesidades de espacio, en función del periodo de tiempo que se va a organizar.

El punto de partida del bullet journal es lo que se llama rapid logging, que es una forma de decir registro rápido.

En esta etapa de registro rápido es indispensable utilizar una simbología estandarizada (pero que también se puede personalizar, siempre de acuerdo a las necesidades) para identificar con bullets (balas o viñetas, lo que da nombre al sistema) cada una de las entradas o registros generados como parte de un trabajo, reunión, actividad, cita o proyecto.

El sistema contempla una serie de símbolos sencillos que ayudan a distinguir las diferentes entradas registradas en el bullet journal.

Simbología para el rapid logging

El contenido general de un bullet journal se refiere a tareas, citas y notas. Las tareas son actividades o cosas que deben realizarse. Las citas son reuniones o aluden a eventos en que es necesario confluir o participar y las notas son todo tipo de datos, información o apuntes que resultan durante la realización de tareas y el cumplimiento de citas.

Los símbolos recomendados para desarrollar este sistema de organización son los siguientes:

Símbolos para identificar TAREAS

. indica una tarea por realizar
X indica una tarea realizada
> indica una tarea re-agendada (movida a una fecha posterior)
< indica una tarea programada

Símbolos para identificar CITAS y REUNIONES

( ) indica una cita (con una X, indica que se acudió)
0 indica un evento (relleno, indica que se atendió)

Símbolos para identificar y destacar NOTAS, APUNTES, ideas, datos, reflexiones

– indica una nota o apunte de alguna idea, dato, reflexión
* indica algo prioritario o urgente
! indica una idea destacada
? indica una duda, o algo que debe investigarse

Símbolo de USO GENERAL para tareas, citas, reuniones y notas

abc indica algo cancelado

Organización del bullet journal y sus componentes

Después del índice, puede agregarse la impresión de un calendario anual, en un tamaño adecuado para que quepa en una página de la libreta. Ese calendario anual servirá como referencia para el resto del bullet journal. En tal caso cada año deberá hacerse la impresión del calendario correspondiente. Si utilizo dos libretas por año, en cada una deberá incluirse el calendario anual completo, o uno semestral.

Dependiendo de las necesidades se puede iniciar el bullet journal a partir de la siguiente página, haciendo las anotaciones necesarias, pero respetando siempre el uso de la simbología recomendada, descrita anteriormente. Este registro inicial ya dará una idea de las secciones que se necesita crear dentro el bullet journal, además, este registro debe generar una entrada en el índice.

Ryder Carroll, el autor de este sistema, recomienda incluir ciertas páginas de guía en el bullet journal:

  • una bitácora de futuro
  • una bitácora mensual
  • la bitácora diaria (que puede contener información sobre tareas, citas o reuniones y notas o apuntes)

La bitácora de futuro puede contener los objetivos centrales que se plantea alcanzar, mes con mes, durante el periodo que abarca la libreta, o inclusive objetivos que se proponen a largo y mediano plazos.

La bitácora mensual (por ejemplo, la de enero, febrero, etc.) puede ocupar el reverso de una página y el frente de otra (es decir, mostrarse a doble página) para desplegar en forma sinóptica los compromisos, citas o tareas principales del mes.

La bitácora mensual más básica es tan solo una lista de los números de los días del mes en orden progresivo. En ese arreglo, se dedica un renglón a cada día del mes para el registro general de lo que debe hacerse, citas o eventos del mes.

Una bitácora mensual más elaborada implica que, con una regla se trace una tabla de 7 columnas y 6 filas (la primera fila servirá para indicar los días de la semana), para que el aspecto sea mucho más ordenado. La numeración de los días debe respetar el arreglo semanal de la primera fila, de lunes a domingo. En las casillas resultantes, se pueden anotar las metas específicas a alcanzar semana con semana, o día con día.

El resto de las páginas del bullet journal pueden dedicarse las bitácoras diarias, es decir, de días específicos -por ejemplo, de cada uno de los días dedicados al estudio o al trabajo- y a la información o ideas y compromisos que surjan o se registren en cada uno de ellos. Las bitácoras diarias constituyen a la larga el contenido más nutrido del bullet journal.

Es posible y con frecuencia necesario, migrar tareas y citas de alguna de las bitácoras (sobre todo de la bitácora diaria) a las demás (mensual y de futuro). Es decir, si en la bitácora diaria se agregó una cita para una fecha posterior, es indispensable que se agregue en la bitácora mensual o anual correspondiente, en función de su importancia. Los datos de contacto de personas pueden pasar a formar parte de listas. Las cosas por hacer pueden pasar a las bitácoras mensual o anual, respectivamente.

Existen otros elementos complementarios para hacer que el bullet journal sea paulatinamente más útil.

Uno de ellos son las listas. Algunos creadores de bullet journals les llaman también colecciones. Se pueden dedicar páginas distintas y completas a estas listas o colecciones. Como ocurre con los demás contenido, se agregan entradas en el índice general para cada lista creada. Algunas listas convenientes que vienen a la mente son:

  • listas de contactos (no sustituyen a un directorio de contactos en forma, pero puede ofrecer acceso rápido a contactos frecuentes)
  • listas de compras (pueden tener una cobertura específica como despensa, implementos de oficina, herramientas, etc.)
  • listas de cumpleaños de familiares o colegas (también pueden crearse de manera diferenciada, por grupos)
  • listas de libros que se han leído (pueden crearse agrupadas por temáticas, géneros o autores)
  • listas de películas que se han visto (vale la pena considerar el criterio de su creación)
  • listas de libros que se desean leer (es válida la consideración precedente)
  • listas de películas que se desean ver
  • listas de sitios turísticos o históricos que se desea visitar
  • listas de términos cuyo significado debe aclararse
  • listas de dudas o preguntas, etc.

Las posibilidades son prácticamente infinitas.

Otro elemento del bullet journal que puede ser de gran utilidad son los cuadros de seguimiento (trackers). Por ejemplo, si hay tareas que se deben realizar periódicamente, un cuadro de seguimiento puede dar cuenta del avance y del cumplimiento puntual de dicha tarea.

También se pueden aplicar para la formación y mantenimiento de hábitos. Por ejemplo, la ingesta de agua natural, que puede requerirse establecer como un hábito que se repite varias veces cada día. La forma de llenar estas tablas de seguimiento es llenando cuadros, con palomas y taches, con puntos y diagonales, etc. Una lista de seguimiento puede durar un periodo de tiempo variable.

Insistimos en que tanto las listas generadas como los cuadros de seguimiento deben registrarse en el índice general del bullet journal.

En algunos bullet journals, los autores incluyen también hojas de retos, frases inspiradores o motivacionales, garabatos, bocetos o diseños, ideas gráficas, etc. Con un poco más de esfuerzo, se pueden imprimir fotografías y pegarlas en hojas dedicadas de la libreta, para documentar lugares, fenómenos, eventos.

Puede ser conveniente mantener en una página destacada del bullet journal la clave de los símbolos o abreviaturas empleadas a todo lo largo de éste, al menos hasta que estemos completamente familiarizados e inmersos en su utilización.

Por todo lo señalado hasta aquí, cabe agregar que un bullet journal se puede convertir en un importante elemento para el registro, seguimiento, evaluación y control de planes y proyectos, ya que puede incluir objetivos, metas mensuales, semanales y diarias, diagramas de Gantt, hojas de ruta crítica, presupuestos y una plétora de herramientas de análisis y reflexión. Para buscar inspiración para estos contenidos enriquecedores y potenciadores valdría la pena revisar la obra de Edward de Bono. Todo lo que va en el bullet journal, se agrega en el contexto de la actividad que se está desarrollando o pretende desarrollar.

Atendiendo a estas pautas generales y recomendaciones, cada individuo puede adaptar el bullet journal a sus propias condiciones y necesidades, eliminando elementos que sean innecesarios, o agregando los que le hagan falta.

Un rasgo fundamental de un bullet journal se relaciona con el modelo espiral de generación del conocimiento, SECI, de los japoneses Nonaka y Takeuchi. La disciplina de elaborar un bullet journal corresponde a la fase de externalización del modelo, y puede contribuir de manera importante a las fases de combinación e internalización del mismo. Lluvias de ideas, intuiciones, inspiraciones, conexiones, bifurcaciones, análisis PNI, análisis con los seis sombreros de colores de De Bono, todas las ideas que de otra forman pueden resultar fugaces o pasajeras, si se registran en el bujo, se pueden convertir a mediano y largo plazo en un importante capital intelectual para los individuos y las organizaciones.

La realización y el mantenimiento del bullet journal nos coloca en una vía que necesariamente conduce a la reflexión -cuasi filosófica- acerca de lo que hacemos, de por qué y para qué lo hacemos. Por lo tanto, es una herramienta para el autoconocimiento y la potencialización de nuestra eficiencia y eficacia pesonal y profesional. En suma, constituye un instrumento para nuestra auto-realización.

 

 

 

 

 

¿Qué es un estado del arte?

Estado del arte, es un concepto de relevancia para la docencia y sobre todo la investigación, y que implica el uso intensivo de recursos de información académicos, procurando enfocarse en publicaciones académicas, dejando fuera toda aquella información secundaria sobre el tema. Con esta información, la más actualizada, sobre avances del conocimiento científico en el tema elegido a investigación, se elabora un documento que es el estado del arte en sí mismo. Sirve para conocer un conjunto o listado de documentos representativos de dichas investigaciones.

El estado del arte se refiere a las publicaciones especializadas de los últimos tres años (hay instituciones que admiten hasta cinco o incluso hasta diez años), para conocer quiénes, adónde y sobre qué publican, en el campo de estudio de interés.

Para poder realizar el estado del arte de una materia, campo o disciplina, o de un problema específico dentro de ella, es muy importante identificar las fuentes de información más recomendables, o idóneas, de acuerdo a la naturaleza de sus contribuciones, de manera práctica conviene identificar las bases de datos y publicaciones que potencialmente contendrán la información relacionada.

Además, es importante limitar la revisión bibliográfica que dará origen a los conceptos básicos del estado del arte, a un marco temporal de los últimos cuatro años.

Algunos especialistas en investigación advierten que el estado del arte no es lo mismo que el marco conceptual de una investigación, lo cual es un trabajo mucho más específico y que requiere de un rigor conceptual mayor.

Sin embargo, el estado del arte puede contribuir de manera destacada a apoyar u orientar las diversas secciones de una investigación: justificación, marco conceptual, formulación de hipótesis, selección del método y criterios de evaluación de la investigación.

Una estructura posible de un estado del arte organiza las fuentes localizadas de acuerdo a criterios como el nivel de la investigación y el carácter de la misma: investigaciones conceptuales, metodológicas y locales, nacionales e internacionales.

El estado del arte se suma al paradigma de la investigación, el objetivo, planteamiento del problema, hipótesis y métodos a utilizar en la investigación.

Preguntas guía para la elaboración del estado del arte en un área del conocimiento:

  • Qué se ha investigado
  • Cómo se ha investigado
  • Cuándo se ha investigado
  • A qué ámbito geográfico o contexto obedecen dichas investigaciones (internacionales, nacionales, locales y regionales)
  • Qué resultados se obtuvieron

Se identifican variables de investigación, los tipos de fuentes de información, se define un ámbito temporal para la recuperación de referencias.

Al limitar a un periodo muy reciente, la revisión bibliográfica, el conocimiento del estado del arte se mantiene vigente en lo que dura la investigación.



Apuntes sobre elaboración de textos académicos y científicos

Existe una montaña de fuentes de información acerca de la preparación y elaboración de informes, reportes de investigación, revisiones del estado del arte y para la publicación de artículos, libros o capítulos de libros en el ámbito de la academia y de la investigación científica. Por una razón natural, cada autor, cada investigador, reclama un mínimo de atención hacia sus ideas, aportes o avances, siquiera de otros colegas, a la espera de que su metodología, resultados y conclusiones sean citados por otros autores e investigadores del mismo campo del conocimiento.

Estos apuntes se refieren sobre todo al artículo científico, al reporte de investigación, que está relacionado estrechamente con el capítulo de libro, el artículo de difusión y la conferencia o ponencia en algún evento disciplinar, que suele resultar integrada en alguna memoria.

El éxito de un trabajo de investigación y su continuidad en el tiempo, se ven reforzados y coronados por la dedicación para organizar de manera sistemática la información y de presentar los resultados y conclusiones en un lenguaje que sea suficientemente riguroso, claro y comprensible, que concite en los pares, además, la necesidad de saber, comprobar y verificar si lo que se presenta tiene la validez que el autor le otorga, o si hay flaquezas, o si por otro lado hay puntos débiles que hay que revisar, lo cual puede y debe hacerse en la medida de las posibilidades y de los aportes que otros hacen al proceso de investigación, con otros métodos y posiblemente también con otros resultados.

El lenguaje de los documentos académicos y científicos ha ido organizándose en una búsqueda creciente de claridad, concisión, exactitud, rigor, objetividad y al mismo tiempo elocuencia, ampliando el campo de actividad de los investigadores al terreno de los escritores, ensayistas y filósofos. Aunque el imperativo del conocimiento en el pensamiento occidental sea el de las así llamadas objetividad y racionalidad científicas, los hombres de ciencia se ven impulsados hacia determinadas posiciones teóricas y filosóficas de fondo.

Repasemos, aunque sea de manera general algunos rasgos del lenguaje usado en los textos científicos.

La perspectiva de los textos académicos y científicos, tiende a ubicarse de manera externa a los procesos, fenómenos o acciones descritas, esto por un afán supuesto de objetividad. Predominan las frases donde está implicada la tercera persona gramatical, que no es el emisor (yo), ni el receptor (tú), del mensaje científico. De ahí que las expresiones tales como: se calcula, se estima, se encontró, se comparó, se utilizó, sean las más empleadas. Esto constituye un freno -hasta psicológico- para que el autor no se involucre con sus apreciaciones, interpretaciones o versiones subjetivas sobre el contenido del documento, circunscribiéndose al uso de las funciones informativa, demostrativa, o argumentativa y problematizadora del lenguaje.

Los artículos científicos, los informes técnicos de laboratorio y de campo y otros textos académicos, se caracterizan por el empleo de un lenguaje centrado y aceptado en la disciplina de que se trate, o en la que se inscribe el asunto de la investigación, procurando que los significados sean tan unívocos como sea posible, evitando el empleo de sinónimos o términos coloquiales. Este lenguaje especializado se usa, además, para construir frases u oraciones completas (es decir aquellas que incluyen un sujeto, verbo y predicado) cortas. Se trata siempre de evitar la ambigüedad, de oscurecer el significado o de dificultar la comprensión del texto.

Lo opuesto a la claridad de los textos científicos, directos, breves y concisos, es todo aquello que sea rebuscado, rimbombante, retórico, ambiguo, oscuro o confuso, o que se preste a diversas interpretaciones. Es tarea del autor del texto científico el seleccionar y el ordenar cuidadosamente las palabras para que el posible lector no interprete erróneamente lo que el autor ha querido comunicar.

De vital importancia para conseguir el mayor impacto de la investigación en la comunidad especializada de destino, es el conocer el factor de impacto de las revistas, que representan la penetración que alcanzan los artículos de determinadas publicaciones, tomando en cuenta el número de citas que reciben los mismos, la visibilidad que alcanzan sus contenidos, su prestigio en el tiempo, etc. Elseviere impulso a partir de 2016 el índice CiteScore, que toma en cuenta un periodo de tiempo multianual para ponderar el ranking de una publicación.
A los investigadores les puede ser de gran ayuda un sitio como Scimago Journal and Country Rank. Web of Science y Scopus son fuentes de consulta de los factores de impacto de revistas arbitradas, que requieren alguna forma de suscripción.

Sobre la extensión de los textos, las recomendaciones coinciden en mayor o menor medida, en que deben ser breves, sin llegar a cansar por continuos cortes o saltos en la lectura. Un promedio de 4 o 7 y un máximo de 12 renglones parece lo recomendable.

Cada publicación académica o revista arbitrada emite sus lineamientos editoriales, mismos que deben ser rigurosamente respetados por los investigadores, para que sus artículos no sean rechazados a causa de aspectos de forma. Por supuesto que la validez, corrección, originalidad, correspondencia interna y pertinencia de los diferentes elementos del contenido, serán el factor decisivo para que se consiga la publicación del documento. En el siguiente enlace se puede consultar una serie de criterios específicos que los pares toman en cuenta durante el arbitraje de una publicación, con ello se obtiene una idea general de la minuciosidad del proceso.

 

Apuntes para una agenda educativa nacional que devuelva a las bibliotecas la función que les es propia: corazón de la vida académica en todos los niveles

«La Biblioteca es una esfera cuyo centro cabal es cualquier hexágono,
cuya circunferencia es inaccesible».
Jorge Luis Borges.

Por Carlos Alberto Sánchez Velasco

Creo que no soy el único que anhela ver que resultan exitosos los esfuerzos del nuevo gobierno, en todos los órdenes. Y en especial, para la educación, pasando -entre otros retos mayúsculos- por la depuración de toda la burocracia innecesaria en el ámbito educativo, por la eliminación de todos los aviadores en las escuelas, que cobran sin trabajar como maestros, sino aparentemente como administrativos o comisionados, etc. Se debe revertir y superar la segmentación en niveles -innecesaria y de origen político- a lo largo de todo el sistema educativo. Se debe abrir la educación superior a todos los que sepan leer y escribir bien. Deben dejar de darse títulos profesionales a personas adultas que mantienen desde la primaria, las mismas faltas de ortografía de siempre, solamente porque no se proponen leer lo suficiente. ¿Quién quiere que los líderes de la sociedad del presente y del futuro, sean unos calificados analfabetas funcionales, por muchos diplomas que cuelguen de sus paredes? Leer más…



Digitalee, biblioteca virtual pública

Digitalee, es un esfuerzo de la Dirección General de Bibliotecas de la Secretaría de Cultura para brindar acceso a miles de títulos de libros digitales, para todos los usuarios de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas.

Únicamente se necesita crear el registro del usuario, empleando una cuenta válida de correo electrónico y datos elementales del usuario -incluyendo la clave del registro de población, CURP-, para poder leer obras a texto completo sobre todos los temas y de todas las áreas.

Disfruten la lectura.



El Referencista No. 20, edición de su quinto aniversario

Invitamos a todos nuestros lectores a que descarguen, lean, conserven y difundan el número 20 de El Referencista, boletín electrónico de la Dirección General de Bibliotecas de la Universidad Veracruzana, pues procuramos que en cada edición todos encuentren algo que les sea de interés y utilidad.

ref20



Evaluar en educación se ha vuelto equivalente a tomarle la temperatura a un niño enfermo, sin curarlo

Hugo Aboites habla de su libro «La medida de un país».
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=qvPQtWlHU9A

Más claro no puede ser.

Tras analizar el desarrollo de la política educativa en nuestro país -a la cola entre los integrantes de la OCDE, según indicadores de la misma organización; y el de peor desempeño en América Latina, según el investigador- Hugo Aboites nos enfrenta a una dura realidad:

La evaluación y la educación, en México, a pesar de lo establecido en la Constitución Política, se ha convertido en un mecanismo de exclusión, segregación y frustración de los destinos de millones de mexicanos.

Ello nos obliga a mantener el tema de la educación a la vista de todos, sin quitar el dedo del renglón sobre ese tema. Leer más…



#Yosoy132, proceso electoral, monopolio de medios y la (futura) sociedad de la información en México

Muy acertadas son las demandas del movimiento estudiantil universitario y académico, aglutinado en torno a la etiqueta #Yosoy132, que está llevando a una buena parte de la sociedad mexicana, a reaccionar positiva y propositivamente ante el control y la manipulación que al parecer han establecido, como norma de conducta, los medios de comunicación, particularmente en lo relativo a la propaganda de los partidos políticos y de sus candidatos.

La supuesta información interna de Televisa, que se ha divulgado a nivel internacional, gracias al diario The Guardian (pero originalmente, por la revista Proceso y posteriormente también por Wikileaks), sobre la compra de servicios especiales de promoción de ciertos candidatos -como, presuntamente, fue el caso de Enrique Peña Nieto, cuando era gobernador del Estado de México- y para el desprestigio de otros -como, presuntamente, fue el caso de servicios pagados por el ex-presidente Vicente Fox para afectar la imagen del entonces -en 2006-, candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, indica que las críticas de los estudiantes, dirigidas contra el consorcio Televisa principal pero no exclusivamente, no carecen de sustento.

El tema de los medios de comunicación como constructores de opinión y modeladores de nuestra realidad sociopolítica y sociocultural, es un tema que demanda la atención de toda la sociedad, por sus consecuencias a corto, mediano y largo plazo.

Sin ir muy lejos, durante el segundo debate de los candidatos a la presidencia, que se transmitió el pasado día 10 de junio, se pudieron apreciar inexplicables y -por ende, sospechosas- «fallas técnicas»- que afectaron principalmente a uno de los cuatro candidatos que se presentaron a debatir.

En un primer momento del debate, al inicio de la intervención del candidato de la coalición de partidos Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, se transmitió -al menos por la cadena de televisión satelital DISH-, sólo la imagen, sin audio; dicha falla, aunque duró no más de 6 segundos, parece imperdonable, tratándose de un evento que, como lo califican las propias televisoras, alcanzó un record histórico de audiencia.

La otra falla fue más grave, pues durante casi 10 segundos no se tuvo ni audio ni video del último mensaje del mismo candidato, Andrés Manuel López Obrador, en la misma cadena de televisión satelital. Lo que vieron los espectadores en ese medio fue simplemente un cuadro a negro. Nada semejante ocurrió, ni antes ni después, con ninguno de los otros candidatos.

Pueden parecer insignificacias, pero si nos atenemos a los costos de producción de los tiempos de televisión en la actualidad, y a la logística y previsiones técnicas que se toman hasta para programas de menor relevancia, resulta sumamente preocupante percibir la displiscencia o hasta la mala hechura -no se sabe si intencionada, o no- de estos momentos particulares de una transmisión, que hasta parecen afectar selectivamente a uno de los candidatos.

Cuando los jóvenes del movimiento #Yosoy132 exigen la democratización de los medios de comunicación, dan pauta precisamente a que este tipo de «fallas», intencionadas o no, y otras carencias e inequidades que tienen lugar en las transmisiones de radio y televisión*, y que afectan a cualquier candidato o aspirante a un cargo de representación popular, o a voceros de un sector o a otro de la sociedad, se señalen y se corrijan o enmienden, en aras de una verdadera imparcialidad y claridad en la transmisión de la información.

El papel de la información en la sociedad es cada vez más claro: la información es, entre otras cosas, una actividad que permite inducir, alentar, desalentar, en suma: regular los procesos sociales. Esto lo saben muy bien en los medios masivos de comunicación, y ese conocimiento e inteligencia, se plasma en las campañas de marketing, tanto de productos comerciales -para generar la necesidad y la demanda de un determinado bien, o satisfactor- y en el marketing político. El peso de los medios de comunicación, como la radio y la televisión, y el poder que representan en esta función de difusión, inducción y control, es tan grande, que por ello, se impone, sobre quienes detentan el uso de dichos medios, la observancia de un código de ética; pero como la ética supone la combinación virtuosa y conciente de saberes y haceres a la luz de diversas valoraciones -algo que, debe reconocerse, no todos hacemos, ni todo el tiempo ni siempre bien-, los medios deben tener contrapesos sociales, integrados en forma plural, con criterios consensuados sobre la realidad a evaluar, con capacidad de respuesta inmediata para monitorizar, dar seguimiento, supervisar y hasta vigilar, en todo momento, el quehacer de los comunicadores en los medios, sus mensajes y comportamientos.

«Dejar hacer y dejar pasar», en los medios, hoy, es simplemente criminal.

La democracia debe construirse a partir de una competencia en condiciones de libertad y equidad. No es posible que una minoría arrase con sus conceptos y opiniones sobre los de una mayoría, a través del poder de coacción y de manipulación, repetición y distorsión de la realidad de los medios, como la radio y la televisión.

Otro gran acierto de los jóvenes es el empleo coordinado de las nuevas tecnologías de información: Twitter, Facebook y Youtube. En este punto, no debemos pasar por alto la referencia a que la primera guerrilla virtual o ciberguerrilla, o movimiento contestatario digital, es atribuido a la organización de los indígenas zapatistas de Chiapas que atrajeron los reflectores sobre la realidad de las etnias de México, presentándola ante los ojos del mundo, utilizando precisamente Internet.

Sin embargo, la composición del movimiento #Yosoy132 es mil veces más plural y diversa que la de los zapatistas. Por ello, es digno de destacarse su capacidad para definir y afinar sus justas demandas y exigencias, en un grupo específico de puntos, los cuales incluyen, además de la democratización de los medios y el acceso a Internet de banda ancha, como un derecho constitucional en nuestro país, la realización de juicios políticos a Enrique Peña Nieto, Vicente Fox y Felipe Calderón, debido al papel de los primeros en el uso brutal de la fuerza pública en San Salvador Atenco, y por la cuestionable eficacia de la guerra declarada, contra el narcotráfico, por el último.

Ante la movilización estudiantil que llevó en días pasados a miles de jóvenes al Estadio Azteca, para realizar una protesta visible en la televisión, contra la candidatura impulsada por los medios y, en particular, Televisa, de Enrique Peña Nieto, se difundió también por la red información en el sentido de que, desde algún nivel del gobierno del Estado de México, se acarrearon grandes cantidades de partidarios del candidato mencionado, con el boleto de entrada al partido de futbol de marras pagado, para intimidar o disuadir de su protesta a los integrantes de #Yosoy132. El asunto llegó hasta el punto en que algunos de éstos sufrieron agresiones físicas, ante su derecho a manifestarse libremente. Actualmente hay litigios en curso sobre dichas agresiones, y estudiantes del #Yosoy132 presos, mientras que no se sabe que se haya detenido a ninguno de los supuestos agresores. Mal síntoma.

También en estos días, la Comisión Federal de Competencia elabora un dictamen cuyo contenido se podría a dar a conocer a más tardar el 15 de junio, sobre la posible alianza, en un negocio multimillonario en dólares, de Televisa con una empresa emblemática del grupo de negocios de Ricardo Salinas Pliego: Iusacell. Si se confirma que han autorizado la fusión del duopolio televisivo, para formar otro de telecomunicaciones (con Telcel, el de Carlos Slim), el más grande del país -y quizá uno de los más grandes, o el más grande de Iberoamérica- se envía una señal muy lamentable al movimiento estudiantil #Yosoy132, que está exigiendo precisamente que se modere el poder -quasi absoluto- de las televisoras, y de las empresas de telecomunicaciones relacionadas con la provisión de servicios de Internet.

Actualización: hoy en la mañana, en el noticiero MVS Noticias con Carmen Aristegui se informó que en el curso de este día, podría aprobarse «una alianza» entre Iusacell y Movistar, que es una empresa con capital español, para aumentar la competencia ante el proveedor dominante de servicios de telefonía móvil, Telcel, de Carlos Slim, el hombre más rico de México y del mundo.

Por otra parte, el tema de los medios masivos de comunicación estuvo ausente en el segundo debate de los candidatos presidenciales. Ni siquiera se mencionó éste como uno de los «subtemas posibles», de los tres bloques que articularon el mismo. De nuevo, pesan aquí la suposiciones de que las televisoras han acumulado tal poder, que esa podría haber sido una condición tácita para transmitir el debate por «sus» canales de mayor audiencia: que nadie cuestionara sus mecanismos de operación, ni sus políticas de comunicación, ni su influencia.

Con la información muy fresca sobre Televisa, divulgada por The Guardian, un periódico con un prestigio internacional ganado a lo largo de su historia, y que apuntaría a lo que serían ni más ni menos que coaliciones mafiosas entre medios y candidatos en México, resulta notable que ninguno de los candidatos actuales hiciera mención de ello.

El movimiento #Yosoy132 ha enfocado sus baterías, por ahora, en los temas que giran en torno a la equidad en el proceso electoral; pero es de esperarse que se articulen y organicen en torno a demandas de un nivel aún más elevado, trascendente y de largo plazo.

El asunto de la información y la comunicación nos preocupa y nos concierne sobremanera, a quienes estamos relacionados, por ejemplo, con la educación, con la investigación y, particularmente, con los servicios bibliotecarios y de información. En estos ámbitos, estamos concientes de que muchos docentes y estudiantes (de todos los niveles educativos) e investigadores (en el caso de universidades, públicas y privadas) acuden a las bibliotecas académicas, escolares y/o públicas, o a la red Internet, enmedio de densos nubarrones de desinformación, lastrados por lagunas procedimentales, y por la ausencia de criterios para evaluar la calidad de la información; y de que, con frecuencia, los propios académicos, docentes e investigadores, la mayoría incluso con posgrados, se brindan «autoservicios» de información empleando la red, sin que se conozca a ciencia cierta el nivel de profundidad y la calidad de la información que son capaces de localizar, recuperar y obtener, sin el auxilio de los bibliotecarios.

Adicionalmente cabe señalar que, a nivel nacional, la realidad que enfrentan los bibliotecarios, la mayor parte de las veces, es sencillamente gris y deprimente: porque el grueso de las bibliotecas escolares y universitarias en el país carecen de los recursos económicos indispensables para su desarrollo, pues las normativas existentes no estipulan la obligación, de sus instituciones, de destinar anualmente un porcentaje preestablecido del presupuesto de las mismas, para asegurar el desarrollo óptimo de los recursos y servicios de información que brinda esta organización académica fundamental.

Retomo una afortunada metáfora del doctor en biblioteconomía, Jesús Lau, que reza que si las universidades fueran panaderías, la «harina se encuentra en las bibliotecas».

Bajo el esquema de cosas vigente ¿cómo se asegura la suficiencia y la calidad de «la harina» que se usa para «hacer pan», en las universidades públicas y privadas de México? Y, si una panadería no hace pan, o lo hace de mala calidad, entonces ¿qué es lo que en realidad hace?

Además: el acceso a la información y el conocimiento, eje central del movimiento #Yosoy132, supone inevitablemente el desarrollo, desde la edad más temprana, del hábito de la lectura y, por consiguiente, de las habilidades para el acceso y uso eficaz de la información, como se definen en una de las visiones más comprehensivas del tema, y que rebasa el ámbito de los servicios bibliotecarios (aunque fue allí donde se originó), y que es el tema central de lo que conocemos como alfabetización informacional.

Es necesario que el movimiento #Yosoy132, revise, considere y retome los conceptos medulares que se han desarrollado a nivel internacional, sobre el asunto de la alfabetización informacional, pues ahí se encuentran las claves para empoderar realmente a los ciudadanos mexicanos, para hacer frente a los mensajes de manipulación y coherción omnipresentes de los medios masivos de comunicación y para construir los cimientos de una sociedad moderna, democrática, sana, justa, segura y armoniosa.

Para articular una política de información y comunicación en el país, que regule el funcionamiento y los efectos perniciosos de los medios en la sociedad, se debe debatir ampliamente sobre la organización democrática de sus estructuras y procedimientos; a propósito de ese debate, pueden servir los pronunciamientos que, sobre la sociedad de la información, se han realizado a nivel global en las distintas Cumbres de la UNESCO sobre la Sociedad de la Información, como parte de las políticas de fortalecimiento y consolidación de la democracia, garantizando la participación social plural en los medios.

Dicha política de información y comunicación involucra, necesariamente, los temas de la educación tanto formal como informal, adonde definitivamente deben llamarse las cosas por su nombre, y lo que ahora figura solamente como algunas «competencias» limitadas, acotadas, y que algunos pueden considerar meramente complementarias o accesorias, al saber leer y escribir, pero que en realidad son los ejes articuladores de los curricula educativos en la sociedad de la información:

  • saber que se necesita información,
  • saber dónde buscar la información que se necesita,
  • saber localizarla y recuperarla,
  • usarla respetando la ética y las legislaciones correspondientes
  • transformar dicha información y dicho conocimeinto en beneficios sociales e individuales, efectivos y reales.

Lo anterior será decisivo en la vida cultural y científica del país. Es posible que los jóvenes que integran el movimiento #Yosoy132, ya estén concientes y enterados de todo ésto.

Como parte de estas reflexiones, hoy, reproducimos en este blog, dos notas publicadas en La Jornada: una, relativa a la «exportación» de capital intelectual formado en México, hacia el extranjero, que es un eufemismo para decir que muchos mexicanos, preparados académicamente, huyen de una situación de estancamiento económico, nula inversión en ciencia y tecnología, inseguridad, subempleo, marginalidad, etc.; y la otra, que contiene el posicionamiento de un reconocido científico mexicano -Javier Flores- el cual, conociendo desde su interior, la simulación que representa el «hacer como que se hace» ciencia, en México, señala que este estado de postración, corrupción y dependencia hacia el extranjero en este y otros campos, es el fruto de decisiones tomadas por una «dictadura» que ha castrado, a lo largo de décadas, la creatividad y el potencial científico de nuestra nación. Javier Flores, además, le pone nombre y apellido a los autores de esta política que atenta contra nuestra soberanía como nación independiente: los partidos políticos PAN y PRI.

Si se aúna la preocupación del movimiento #Yosoy132, por el acceso a la información y al conocimiento para todos, con la necesidad de detonar el desarrollo de la ciencia y la tecnología en nuestro país, fortaleciendo el trabajo del Estado y de la sociedad en el campo de la educación, del fomento a la lectura, del desarrollo de un sistema bibliotecario robusto -precisamente en las regiones adonde los niños y los jóvenes enfrentan a diario, solamente, un horizonte de pobreza y de violencia, imitando en lo que cabe el modelo de Colombia-, mediante la provisión de nuevas tecnologías accesibles para todos, el impulso a la creación intelectual en todas sus formas de expresión: literaria, pictórica, musical y audiovisual, estaríamos sin duda en el albor de una futura sociedad del conocimiento en México, cuyo esplendor se alcanzaría tal vez en una década.

Dichosos los ojos que presencien aquello.

¿Cómo podemos mantener viva esta legítma aspiración, esta esperanza, a lo largo de generaciones? #Yosoy132 es un ejemplo.