Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento

   

Día Mundial de Internet: en México, apenas 1 de cada 4 habitantes tiene acceso a la red

Una muestra de nuestro subdesarrollo: en México pagamos los precios más caros por el servicio de Internet -un servicio, por lo demás, inexplicablemente lento-.

Ya se ven, en la televisión de paga, los anuncios de alguna empresa de cable, con indicaciones para que el propio usuario diagnostique y repare su conexión a Internet, reiniciando su cable-módem, antes de llamar al servicio de soporte técnico.

¿Servicios caros, lentos y saturados?

No sólo eso: el virtual monopolio de las telecomunicaciones, que es el sello de esta industria en México, representa un freno intolerable al desarrollo económico del país, que impide también el desarrollo de redes de acceso público y gratuito en bibliotecas, escuelas, hospitales, y todo tipo de instancias culturales y sociales.

Los avances en el gobierno electrónico (e-gobierno), por citar otro rasgo de la cuestión, son todo menos que uniformes y no se distinguen exactamente por la usabilidad y la accesibilidad. No son extraños los portales de servicio público para los cuales es preciso conectarse ¡únicamente con Internet Explorer! ¡ni los que no soportan el acceso a través de un navegador en un teléfono celular!

Queda mucho -pero mucho- por hacer. Sobre todo en el campo de las capacidades. Recientemente alguien en el CONACyT expresó que deben agotarse las posibilidades de entretenimiento de las nuevas tecnologías para dar paso a los aprovechamientos educativos.

¿No es eso, como dice el refrán, poner la carreta delante de los bueyes?

Aunque la tecnología mundial de acceso a Internet ha avanzado a grandes pasos: como las redes metropolitanas, WiMax, habilitadas ya en algunos países, con cobertura de alta velocidad en un radio de 50 kilómetros, y que podrían servir como redes públicas en escuelas, hospitales y bibliotecas; o la computadora de 15 dólares que usa cualquier red, televisor, teclado y ratón para brindar acceso a todos los estudiantes al conocimiento mundial; o la tecnología PLC (Power Line Communication) que convierte cada tomacorrientes eléctrico en un punto de acceso a Internet; en México, estamos paralizados por los intereses comerciales y privados, que colman el imaginario de los políticos y los grupos responsables de la conducción gubernamental.

En la guerra por el triple y cuádruple play, en México, los grandes concesionarios de las telecomunicaciones (TV Azteka, Televisa, Telcel, Telmex, IUSACELL) actúan bajo un cuidadoso cálculo de gigantescas ganancias a corto, mediano y largo plazo ¿y las ganancias para la sociedad, a qué hora?

¿No fue, acaso, el control de la red de fibra óptica de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, el motivo real de la disolución de esa empresa que originó el despido de 35 mil trabajadores, la requisa de su fuente de trabajo, y que ahora, puesta en manos de la Comisión Federal de Electricidad, será subastada a particulares para que siga girando la rueda feliz de la fortuna y de las ganancias privadas, a costa de la inversión, el trabajo y los sacrificios sociales?

Faltan muchas escuelas por conectarse a las redes de información, pero sobre todo falta educar a los profesores, estudiantes y padres de familia no solo en el uso de las nuevas tecnologías, sino, sobre todo en un campo que los bibliotecarios vienen expandiendo desde hace varias décadas, y que es el de la alfabetización informacional: no se piense ya sólo en la alfabetización tecnológica, o en la digital, éstas son casos particulares de aquella.

Lo que debe buscarse siempre, en todos los niveles educativos, es que los estudiantes (y sus profesores):

a) reconozcan y definan sus necesidades de información,
b) identifiquen y seleccionen las mejores fuentes para resolverlas (atención: en muchos casos, no están en Internet, ni son localizables con Google),
c) localicen, recuperen y preserven de manera organizada la información que necesitan,
d) organicen y comuniquen, de manera eficiente y efectiva, la información recuperada; y, finalmente, que
e) utilicen de manera ética y legal, para fines individuales y colectivos provechosos, la información y el conocimiento, así obtenidos.

Aparte de la inversión pública en redes, en bibliotecas y centros comunitarios digitales -que, si bien existen al menos en el papel, no se ven por ningún lado, en el mundo real- es preciso invertir en educación, y convencer a cada profesor, a cada bibliotecario, a cada maestro, alumno y padre de familia de que sin alfabetización informacional, todas las inversiones que se hagan, serán dinero tirado a la basura.

Sobra decir que, en la base de toda alfabetización, está la lectura, algo que ha sido desatendido e ignorado proverbialmente en nuestro país, a pesar de los discursos alegres que se elaboran al respecto.

Mientras la lógica entreguista de los recursos públicos impere, ni en educación, ni en telecomunicaciones, ni en ningún otro campo, tendremos mucho que celebrar.
 



El mundo se iba a acabar en varias ocasiones

El 31 de diciembre del año 999, la Cristiandad esperaba el fin del mundo.

Un texto interesante publicado en Tejiendo el mundo, hace referencia a cómo pudo haber ocurrido esa fecha fatídica en la que todos los creyentes, empezando por el Papa, esperaban el Fin del Mundo. De ahí, un extracto:

«Basílica de San Pedro (Roma) el 31 de Diciembre de 999. Son las doce de la noche.

El papa Silvestre II se irguió hasta el altar mayor. La iglesia estaba a rebosar, y todos se habían arrodillado. El silencio era tan grande que se oía el roce de las mangas blancas del papa al moverse en torno al altar. Y hubo todavía otro ruido. Era un sonido que parecía medir los últimos minutos de los mil años de existencia de La Tierra desde la venida de Cristo. Resonaba en los oídos de los allí presentes como el latido en los oídos de quien tiene fiebre, con un ritmo sonoro, regular, incesante. La puerta de la sacristía estaba abierta, y lo que oían los asistentes era el tictac uniforme e ininterrumpido del gran reloj que colgaba dentro, con un latido por cada segundo que pasaba.

El papa era un hombre de férreo poder de voluntad, tranquilo y concentrado. Probablemente había dejado adrede la puerta abierta de la sacristía, para lograr el mayor efecto en ese gran momento. No se movía ni le temblaban las manos.

Se había dicho la misa de medianoche, y reinó un silencio mortal. Los presentes esperaban… El papa Silvestre no dijo una palabra. Parecía sumergido en la oración, con las manos elevadas al cielo. El reloj seguía su tictac. Un largo suspiro se elevó del pueblo, pero no pasó nada. Como niños con miedo a la oscuridad, todos los que estaban en la iglesia yacían con el rostro en el suelo, y no se atrevían a levantar la mirada. Un sudor de miedo cubría muchas frentes heladas, y las rodillas y los pies perdieron toda sensibilidad. Entonces, de repente, ¡el reloj cesó en su tictac!».

El mundo se iba a acabar, según la prediccion de Nostradamus «Cuando la Pascua ocurra un día 25 de abril«.

La Pascua ha ocurrido en días 25 de abril cuatro veces, desde aquella famosa predicción del siglo XVI, y volverá a ocurrir en esa fecha en el año 2038.

El mundo se iba a acabar, según la predicción de William Miller en 1843, y luego en 1844.

En 1831, el ministro bautista comenzó a predicar que el mundo terminaría en 1843. Basaba su creencia en un pasaje del libro bíblico de Daniel. Los «milleritas», como se llegó a conocer a sus seguidores, se enfocaron en tres días específicos: el 21 de marzo de 1843, luego el 21 de marzo de 1844 y, como no ocurrió en esas fechas, finalmente predijeron que sería el 22 de octubre de 1844.

El mundo se iba a acabar, según la predicción de la Iglesia Tami, el 28 de octubre de 1992.

La Iglesia Tami, con base en Seúl, Corea del Sur, dirigida por el reverendo Lee Jang Rim, la «Misión por los Días que Vendrán» difundía la profecía de que el rapto ocurriría el 28 de octubre de 1992, cerca de 200,000 miembros de la iglesia pasaron ese día esperando el suceso.

El mundo se iba a acabar, según la predicción de Harold Camping, el 6 de septiembre de 1994.

En 1992, Camping, el presidente de Family Radio, una red estadounidense de estaciones de radio cristianas, comenzó a predecir que el año 1994 sería el día del Juicio Final. Escribió un libro sobre el tema titulado 1994.

Como el mundo ya se iba a acabar, un culto apocalíptico intoxicó a 5,000 personas en el metro de Tokyo, en 1995.

Para acelerar el fin del mundo, el culto Aleph de Japón, conocido en su momento como Aum Shinrikyo, el 20 de marzo de 1995 dirigió un ataque terrorista con gas sarín en las instalaciones colmadas del metro de Tokyo, dando como resultado una docena de víctimas fatales y aproximadamente cinco mil intoxicados.

Como el mundo ya se iba a acabar, los miembros del culto Heaven’s Gate se suicidaron en forma colectiva en 1997.

Marshall Applewhite y Bonnie Nettles se rodearon de un grupo de 39 seguidores -algunos poseedores incluso de títulos universitarios-, y el 26 de marzo de 1997, convencidos de la inminencia del fin del mundo, se suicidaron colectivamente para poder abordar la nave extraterrestre que, supuestamente, se ocultaba en la estela del cometa Hale Bopp y que venía a salvarlos.

En la víspera del año 2000, el mundo se iba a acabar por un fallo generalizado en las computadoras.

Debido a una imprevisión de los fabricantes de computadoras y desarrolladores de software, muchas computadoras reiniciarían sus relojes internos en el primer segundo del primero de enero del año 2000, inhabilitando las funciones de muchos sistemas de cómputo. Este «error del año 2000» generó ansiedad por desconocimiento, o falta de información, así como un mercado de soluciones para calmarla, pues se magnificó el problema describiéndolo como un cataclismo organizativo, económico-financiero, que derrumbaría a la civilización moderna, una distorsión que ocupó su lugar en los medios masivos de comunicación.

El mundo se va a acabar, según la predicción maya, el 21 de diciembre de 2012.

La cuenta larga del calendario maya termina ese día de diciembre de 2012, cuando se traduce al sistema calendárico gregoriano. Los investigadores difieren en la interpretación del fin de dicha cuenta: algunos lo consideran un signo que anticipa la destrucción del mundo; otros lo consideran meramente como un momento de renovación.

Fuentes: NPR research y Wikipedia



Facebook y Twitter, nuestro temido panóptico

Las implicaciones mundiales del uso de las redes sociales, en los últimos años, han sido evidentes para muchos. Recientemente, las revelaciones de Wikileaks han sacudido relaciones bilaterales como la de México con Estados Unidos, por decir lo menos. El Medio Oriente es recorrido por un sueño de libertad y democracia que se sustenta, sí, en la inconformidad acumulada por años entre la población de regímenes autoritarios, pero también en el aire fresco que ventila las comunicaciones por celular y en la red.

A lo anterior se suma, ahora, la posibilidad de que las redes sociales, en las que muchos cifran fundadas expectativas de una democratización del saber y una transformación social, cultural y política, puedan convertirse, si no lo son ya en este momento, en la mayor amenaza a la privacidad de la información de las personas.

El hecho de que los usuarios de Internet, por sí mismos, siguiendo una inclinación que está establecida en la propia pirámide de necesidades humanas de Abraham Maslow, revelan grandes cantidades de información personal y sobre sus relaciones en dichas redes, según advierte Julian Assange, puede funcionar de maravilla para las agencias de inteligencia estadounidenses, que se habrían hecho o se estarían haciendo, con toda ésta información para fines que no son claros.

El «panóptico» de las redes sociales, si se confirma lo anterior, se habrá convertido en un medio de vigilancia -y posiblemente también de control y de castigo- que haría parecer a la Santa Inquisición, de la Iglesia Católica, como un juego infantil.

Reproducimos a continuación la nota publicada hoy en la sección CiberP@ís de El País, adonde se brinda más información al respecto.

Assange considera Facebook una horrorosa
herramienta para el espionaje estadounidense

«El fundador de Wikileaks, Julian Assange, considera que los internautas exponen una considerable cantidad de datos personales en redes como las de Yahoo! o Google que pueden ser utilizados por los servicios de espionaje. En una entrevista con Rusia Today, Assange apunta en especial a Facebook que considera «la máquina de espionaje más horrorosa jamás inventada». Para Assange, los miembros de Facebook mantienen una enorme base de datos que puede ser muy útil para los servicios de inteligencia de Estados Unidos. No se trata, precisa, de que Facebook sea dirigido por estas agencias de inteligencia si no que el mero hecho de albergar tanta información personal ya es un peligro. Assange explica que los miembros de Facebook deben ser conscientes de que cuando agregan a un amigo están haciendo un trabajo gratis muy útil a las agencias de inteligencia de EE UU, «construyen una base de datos para ellos» . Assange considera que estas redes despliegan un interfaz que permite obtener datos a las agencias de espionaje estadounidenses sin necesidad de una citación judicial. Una prueba de que estas redes sociales son usadas por el espionaje es que en la revuelta de Egipto uno de los primeros mensajes que dieron sus líderes era no usar Facebook o Twiiter.
«Con respecto a los cables filtrados por su organización, Assange explica que sólo han publicado secretos clasificados como confidenciales. «No tenemos ningún material clasificado top secret». «Las cosas realmente vergonzosas, las cosas realmente serias, no se hallan en los cables de nuestra colección. Siguen ahí fuera». Assange critica a los medios de comunicación ya que considera que hacen demasiado poco para prevenir las guerras o derrocar los gobiernos corruptos. «En mi opinion, los medios, en general, son tan malos que debemos preguntarnos si el mundo estaría mejor sin ellos». Assange cita positivamente la colaboración de Wikileaks con medios como The Washington Post o EL PAÍS y, por el contrario, critica la gestión de la información sobre los cables filtrados a Wikileaks por parte de The Guardian o The New York Times. En la entrevista critica el sistema judicial sueco y subraya que un abogado que estuvo implicado en evitar la extradición de Pinochet cuando estaba en el Reino Unido ahora está detrás de su extradición a Suecia».

No se pierdan, tampoco, el video de la entrevista a Julian Assange, difundida por RT Actualidad en outube.

Fuente: CiberP@ís



Leer…

«Leer les dará una mirada más abierta sobre los hombres y sobre el mundo, y los ayudará a rechazar la realidad como un hecho irrevocable. Esa negación, esa sagrada rebeldía, es la grieta que abrimos sobre la opacidad del mundo. A través de ella puede filtrarse una novedad que aliente nuestro compromiso.»

Ernesto Sábato (1911-2011).



Falleció Ernesto Sábato

Sin dudas, Ernesto Sábato es uno de los principales escritores contemporáneos de la República Argentina. Nacido el 24 de junio de 1911 enRojas (provincia de Buenos Aires), este escritor, ensayista y artista plástico ha trascendido las fronteras gracias a sus agudas reflexiones sobre la condición humana y a su compromiso, a veces cuestionado, con los derechos humanos.

Ernesto SábatoHijo de Francisco Sábato y Juana María Ferrari,Ernesto fue el décimo hijo entre once. Completó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de La Plata y en 1929 ingresó a la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad Nacional de La Plata.

Allí fundó el Grupo Insurrexit, de orientación comunista, junto a Héctor AgostiÁngel Hurtado de Mendoza y Paulino González Alberdi, entre otros. Su militancia lo llevaría a ser elegido Secretario General de la Federación Juvenil Comunista en 1933. Por esa época también conoce aMatilde Kusminsky Richter, una estudiante de 17 años que deja la casa de sus padres para vivir con él. Sábato se casaría con la joven en 1936.

En 1938, recibe el Doctorado en Física y obtiene, gracias al Nobel Bernardo Houssay, una beca anual para investigar sobre las radiaciones atómicas en elLaboratorio Curie de París (Francia). Ese año nace su primer hijo, Jorge Federico, quien sería Ministro de Educación y Justicia durante el gobierno deRaúl Alfonsín. A fines de la Segunda Guerra Mundial nacería su segundo hijo,Mario Sábato, un reconocido director de cine.

Justo antes del inicio de dicha guerra, Sábato fue transferido al Massachusetts Institute of Technology (MIT) y abandona París.

En 1940 regresa la Argentina para trabajar como docente en la Universidad de Buenos Aires. Sin embargo, en 1943, decide abandonar la ciencia y se vuelca a la literatura y a la pintura.

Su primer libro aparece en 1945 y se titula “Uno y el universo”. Allí recopila diversos ensayos filosóficos donde critica la supuesta moral neutra de la ciencia y se muestra preocupado por el avance de la tecnología.

En 1948 presenta su primera novela, “El túnel”, donde narra los asfixiantes problemas psicológicos del pintor Juan Pablo Castel. La obra sería aplaudida por Albert Camus y enmarcada dentro de la corriente filosófica del existencialismo.

“Sobre héroes y tumbas”, editada en 1961, está considerada como una de las mejores novelas argentinas del siglo XX. Esta compleja historia entremezcla de la decadencia de una familia aristocrática con la muerte del General Juan Lavalle.

Luego le seguirían obras como “Abaddón el exterminador”“Antes del fin”,“La resistencia” y “España en los diarios de mi vejez”.

Su reconocido activismo político llevó a que el presidente argentino Raúl Alfonsín lo colocará al frente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), un organismo dedicado a investigar los crímenes cometidos durante la dictadura militar de 1976-1983. Su informe, conocido como “Nunca más” o “Informe Sábato”, es considerado un hito en la historia de los derechos humanos. Sin embargo, intelectuales como Osvaldo Bayer han criticado a Sábato por haberse reunido con el presidente de facto Jorge Rafael Videla en plena dictadura.

A lo largo de su extensa trayectoria, Ernesto Sábato ha recibido galardones como el Premio de Consagración Nacional de la Argentina (1975), Premio Cervantes (1984), Comandante de la Legión de Honor de Francia (1987) y diversos doctorados honoris causa en todo el mundo.

El 30 de abril de 2011, Sábato fallece en su casa de Santos Lugares (Buenos Aires), a los 99 años de edad.

Tomado humildemente de: http://www.poemas-del-alma.com



El Día Mundial del Libro, el fútbol y las telenovelas

Cada año se publican alrededor de un millón de nuevos títulos de libros, en inglés.
El promedio de libros leídos al año por persona, en México, ronda los tres libros.
Por su parte, las televisoras se jactan de poder llegar con su programación y anuncios comerciales, hasta casi un 90% de la población nacional. En promedio, un mexicano pasa de 4 a 6 horas ¡diarias! viendo televisión. Un niño mexicano queda expuesto a 20 mil comerciales televisivos al año -o algo similar, de siniestro.

En fechas recientes se han visto algunos -pocos- spots que promueven la lectura y los libros… ¿y qué?

En este mar nacional de desempleo y pobreza, ambos productos genuinos del neoliberalismo ¿quién puede separar de los gastos más apremiantes, dinero para libros? ¿Y con una librería por cada 350,000 habitantes y un partido de campeonato de por medio, quién quiere leer?

El Consejo de la Comunicación -Voz de las empresas- ya promueve el libro.

¿Y qué? Si no hay dinero para el gasto social, tampoco hay bibliotecas públicas.

En Xalapa, Ver., la «Atenas» veracruzana, se identifican dos, como las principales, cuando para una población de más de seiscientas mil almas, harían falta, según estándares de CONACULTA, por lo menos sesenta.
En días recientes, se ha declarado inoperante y perfectible la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, ¡claro!, ¿qué ley no lo es?
Pero bien poco se puede avanzar en el fomento a la lectura, si los libros han de enfrentar en los hechos, en el terreno de la vida cotidiana, a la hegemonía de las televisoras y su programación de «entretenimiento», consistente básicamente en partidos de fútbol y telenovelas.
Por cierto, que sólo a éstas últimas -las telenovelas- las considera Epigmenio Ibarra como «factor de atraso«, «ariete para la deformación del gusto de los mexicanos«. Pero ¿qué decir, en el mismo sentido, del fanatismo cuasi-religioso y siempre irreflexivo que permea a amplios sectores de la población, por determinados equipos futbolísticos?
Y ¿no son acaso, también, pequeñas «ficciones», a su manera, cada partido de futbol, cada gol, cada drible de un jugador, cada tiro de esquina y cada falta cometida? ¿No están esas nano-ficciones, potenciadas tanto por el zoom de las cámaras de las televisoras, la cámara lenta, el análisis de jugadas por computadora y el eterno recurso de la repetición ad nauseam, y el grito feroz de «gol»?
¿No se basa el fútbol en ficciones elementales, comunicadas en un lenguaje procaz y primitivo de carreras, patadas, jalones y cabezazos, algo que cualquier hijo de vecino entiende; de triunfos ficticios, que caducan cada temporada, para renovarse -siempre comercialmente- a la siguiente? ¿no es todo, este deporte de pantalla, sino ficciones sin palabras: el jugador «fenómeno» que será reemplazado por el otro jugador «fenómeno», que será esencialmente igual que el primero: anónimo, ficticio y casi analfabeta en las entrevistas, incapaz de ordenar una secuencia vibrante de más de tres palabras; o, la llegada del balón al arco contrario, ese clímax arrobador del mexicano promedio con poco más que la secundaria, ese instante de gratificación siempre celebrable, tanto si se gana como si se pierde, el instante que se espera durante 45 o hasta 90 minutos (no más), con más ardor y ansias que una patria libre, justa y soberana a lo largo de todo un siglo; o el regreso de la paz, o el avance de la educación, o un poco de ciencia mexicana?
El fondo del asunto es un concepto: que las telenovelas son un «instrumento para educar» -y habría que agregar, consistentemente: que el fútbol es, entonces, la «puerta ancha de entrada a la filosofía»-, según decires del Secretario de Educación, Alonso Lujambio.
Por poco menos, en Argentina, hay quienes consideraron «desafortunado» que Mario Vargas Llosa figurara en el acto mismo de la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, denominada Capital Mundial del Libro en este 2011.
Y el grupo de intelectuales sudamericanos, que expresaron su desencanto por la presencia de Vargas Llosa, estuvo encabezado, ni más ni menos, que por Horacio González, el director de la Biblioteca Nacional, que calificó de «faccioso» utilizar un evento cultural universal como dicha Feria, poniendo a la cabeza a un «autoritario mesiánico» de derecha, aunque, eso sí, también un «excelente escritor» de ficciones del realismo histórico-social.
En vivirmexico.com, hay una reflexión sobre este asunto, que mueve a pensar críticamente sobre la educación que padecemos en nuestro país.

Por eso, mejor apaguen el televisor y enciendan su mente leyendo un libro. Salvemos la industria editorial mexicana.



Gestión de la información y el conocimiento: talón de Aquiles nacional

Una revisión general de portales de información gubernamental, desde el mismo portal del Instituto Federal de Acceso a la Información hasta los de gobiernos estatales y municipales, revelan una lista interminable de problemas y de detalles que tienen que ver, en última instancia, con la gestión de la información y el conocimiento.

Cuando no se ignoran criterios básicos de usabilidad y accesibilidad, la información no es accesible de manera expedita, simplemente las soluciones implementadas resultan engorrosas, poco claras y eficientes y ello frusta las intenciones del usuario para explotar a fondo los recursos a su disposición. El problema se extiende a portales del gobierno, instituciones educativas públicas y privadas, empresas, organismos civiles, etcétera.

Hay que decir que algunas empresas se esfuerzan más por gestionar adecuadamente la información que ofrecen, y es posible encontrar algunos paradigmas de sencillez y claridad que deberían servir de inspiración para asegurar un acceso fluido, expedito y eficaz a la información requerida. Y no hablo de la interfaz de Google, con todo y que ésta es sobradamente minimalista.

Así como no hay, hoy en día, un registro detallado de los 40 mil muertos que han resultado de la guerra del gobierno de Felipe Calderón, entre los que se cuentan muchos inocentes, tampoco se cuenta con registros detallados de las desapariciones y secuestros que todos los días tienen lugar en el país.

Recientemente, una especialista de archivos alertaba acerca de los riesgos de centralizar el control de archivos de todo tipo, en la instancia del Archivo General de la Nación, una medida que de inicio parece violatoria del pacto federal, que está consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Más allá de ser un dolor de cabeza nacional que nos tiene postrados, amnésicos y con las manos atadas, el desorden en nuestra información pública, la incapacidad de rastraer con certeza el origen de decisiones y medidas, de seguir el curso de recursos públicos de todo tipo, que se hacen perdedizos en una selva selvaggia de papeles y documentos, nos impide constituirnos en una nación moderna.

Sin información y conocimientos no puede haber democracia, pues el pueblo no puede tomar decisiones sabias sin información, ni conocimientos.

Las nuevas tecnologías de información agregan una capa de incertidumbre, complejidad y desorden al caos documental existente en el país. Este lastre acumulado de desorganización documental ocasiona retrasos, incontables molestias, desorden administrativo, retrasos en pagos a trabajadores y proveedores, y abusos por parte de autoridades de diverso tipo.

La falta de una cultura de la información en general, y de una cultura documental, archivística y digital en particular, es una de las condiciones de nuestro atraso como sociedad, por mucho que se diga que la macroeconomía es boyante.

No lograremos salir de la condición de país subdesarrollado si nuestros sistemas de soporte de decisiones se basan en información alterada, incompleta, desordenada, cuando no francamente inexistente.

La Sección Amarilla, como un servicio asociado a la prestación de servicios de telefonía, ha hecho su parte para interconectar el vasto tejido social de fabricantes, prestadores de servicios y comerciantes; Google y otros servicios de Internet, especialmente los de comercio electrónico como Mercado Libre, también han encontrado un nicho de imperiosas necesidades sociales sin atender.

Pero la barrera económica (el costo del anuncio en la Sección Amarilla) y de habilidades (aunque es relativamente fácil de emplear el buscador de Google, no da mayor provecho hasta que se conoce un poco más a fondo) que estas iniciativas privadas imponen al acceso a la información, deberían ser atendidas por el Estado para allanar dicho acceso, procurando la inclusión de todos los ciudadanos y no sólo de los que tienen la capacidad de anunciarse en las páginas amarillas de su ciudad, o de utilizar con éxito el buscador mencionado.

Lo que hay que hacer aún en el campo de la gestión de información y conocimiento, en todos los ámbitos de la vida social de nuestro país, parece interminable. Mientras prevalezca la desinformación o el desinterés por enfrentar este problema, vamos a padecer de la baja productividad, la deficiente calidad, la mala prestación de servicios y la inmemorial insatisfacción de los ciudadanos, de siempre.

Tan sólo en el campo de las bibliotecas públicas, escolares y universitarias, estamos lejos aún de contar con un único y verdadero Catálogo Nacional que de cuenta de qué libros, revistas y tesis existen y adónde se localizan, dentro del acervo bibliográfico que debería beneficiar a todos los mexicanos.