Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



22% de la población nacional se verá afectada por el impuesto a Internet

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), estudiantes en edades de 12 a 19 años se verán afectados por el impuesto a las telecomunicaciones que incluyen el uso de Internet. Con tal impuesto las familias de menores recursos se verán en dificultades para continuar con sus suscripciones de dicho servicio y los cibercafés tendrán que revisar sus costos para absorber el efecto del impuesto.
Al mismo tiempo que en Finlandia ha alcanzado el nivel de derecho civil la provisión del servicio de Internet para todos, con una conexión de al menos un megabit por segundo, vemos que en nuestro país se alza aún más la barrera que divide a las personas con acceso a la red, del resto -la gran mayoría de la población-. Por este camino, la brecha digital y brecha de capacidades que son extensión de la brecha económica en nuestro país, lo único que harán será ahondarse.
En otro sentido iba la intención del Sindicato Mexicano de Electricistas -cuyo patrón Luz y Fuerza del Centro ha sido disuelto de manera intempestiva- de que la red de fibra óptica de mil kilómetros que se instaló en el centro del país permitiera al Estado brindar servicios de triple play (telefonía, Internet y televisión digital), a bajo costo. Es evidente que la disolución de la empresa y la pérdida de sus empleos de 44 mil trabajadores están relacionados con los negocios que realizarán particulares -especialmente extranjeros- cuando la CFE y el gobierno federal «subasten» las concesiones para usar dicha red.



No vamos rumbo a Sudáfrica

«Pienso que debemos leer solamente la clase de libros que nos hieren, que se nos clavan como un puñal. Si el libro que leemos no nos despierta con un sobresalto ¿para qué lo leemos?… Necesitamos los libros que nos afectan como un desastre, que nos enlutan tanto como la muerte de alguien a quien amamos más que a nosotros mismos, como un exilio en un bosque lejos de todo y de todos, como un suicidio. Un libro debe ser como un hacha para abrir el mar de hielo que llevamos dentro». Franz Kafka.

No podemos pasar sin mencionar la nueva Ley de Medios que promulgó el gobierno de Argentina. Se trata -sin duda- de una ley progresiva, a tono con el caracter abierto y plural de la sociedad de la información y el conocimiento, que pone a ese país a la vanguardia en Latinoamerica en lo que se refiere a la participación social en los medios masivos de comunicación. Seguramente no pasará mucho tiempo antes de que se vean los frutos de esta apertura de dichos medios, contemplada en la ley, a las voces plurales de una sociedad diversa como la de aquel país, de la participación de enormes sectores hasta ahora relegados al silencio y la calidad de meros espectadores, que abrirá paso a una explosión de contenidos, un caleidoscopio visual que revelará la riqueza cultural y humana de la tierra de Gardel. Ahora que los monopolios de la televisión y la radio ya no tendrán -en aquel país- el control omnímodo sobre la producción y transmisión de contenidos hacia los hogares, es evidente que se alentará un proceso de autorreconocimiento social, de fortalecimiento de la identidad nacional y de los lazos que unen al pueblo del sur del hemisferio con toda la región. Se trata, ante todo, de una ley de medios para la democracia. ¡Cuántas lecciones por aprender! Qué contradictorio y paradójico resulta ver, por contraste, lo que está sucediendo en las entrañas de nuestro país. Por un lado, cientos de miles de personas, ahora mismo, sumidas en la incertidumbre sobre la fiabilidad de un servicio público elemental: la dotación de energía eléctrica, que es básica para la operación de escuelas y hospitales, la industria, el comercio y otros servicios, como el de abastecimiento de agua potable… y por otro lado, decenas de miles de personas literalmente liquidadas, puestas en la calle con una palmadita bienintencionada en la espalda, enfrentando la pérdida de derechos ganados por décadas de servicio, de derechos laborales constitucionalmente merecidos, y todos ellos, con sus familias, puestos de la noche a la mañana ante la perspectiva de la mera sobrevivencia y nebulosas ofertas de autoempleo y recontratación «bajo nuevos esquemas».

¿Qué no existe la Organización Internacional del Trabajo para emitir una opinión o una recomendación, en casos como el de la extinción súbita y forzada de Luz y Fuerza del Centro?

¿No se están atropellando derechos humanos fundamentales con las medidas que a algunos parecen de escándalo, del actual gobierno?

¿Es cierto que son más honerosas para la nación las prestaciones de 40 mil trabajadores que las pensiones vitalicias de un puñado de ex-presidentes y los múltiples seguros que usufructúan los funcionarios del primer nivel de gobierno?

Y, de ser cierto el despilfarro -que bien puede serlo- ¿por qué se toma es medida hasta ahora?

¿Por qué se creó un «falso caso», aduciendo la ilegitimidad de un líder sindical que sería desconocido de facto a las pocas horas?

¿Es posible desaparecer una agrupación gremial de un plumazo, así, ante los montones de convenios internacionales sobre el trabajo que haya firmado históricamente el gobierno?

Y en el fondo del asunto está, casi indudablemente, la concesión o licitación a particulares, de una poderosa infraestructura de telecomunicaciones -la fibra óptica que tomó muchos años tender a la paraestatal a lo largo y ancho del centro de la República-, el objeto de la codicia de grupos nacionales y extranjeros que, sin duda, verán crecer sus ganancias de manera asombrosa si se concreta este golpe contra la razón y la justicia en el país.

Si prevalece el interés particular sobre el interés colectivo, si prevalece el egoísmo sobre el altruísmo, si prevalece el despotismo sobre el derecho, no nos dirigiremos como nación «hacia Sudáfrica» -como reza la publicidad de un siempre comercializable mundial de futbol-, sino a la triste condición de un país de hambrientos y desposeídos, como Somalia o a la de un reino aún más agreste -si cabe- de aquel continente. ¿Podemos ignorar la historia?



Se requiere el compromiso de los bibliotecarios para el desarrollo del país

Los miembros de una profesión son guiados por motivos racionales para maximizar los beneficios sociales de su actividad, frecuentemente con base en una deontología. Por otro lado, los miembros de la sociedad, participan en el establecimiento de los requerimientos de servicio propios de una profesión –u oficio-, al tiempo que establecen las recompensas apropiadas cuando se cumplan los deberes esenciales del ejercicio profesional. Estas recompensas constituyen méritos que se expresan ante todo como un reconocimiento público. El prestigio de una profesión es la valoración del ejercicio profesional, tomando en cuenta el grado en que se satisfacen las necesidades sociales cuando se ejerce cierta profesión.
A lo largo de la historia del país, no se aprecian muchos periodos en que el reconocimiento social y el prestigio de la profesión de bibliotecario han alcanzado niveles importantes, significativos. Tal vez con la excepción del periodo de José Vasconcelos al frente de la Secretaría de Educación no hay momentos semejantes en que la alfabetización y los libros (así como, previsiblemente las bibliotecas y los bibliotecarios) ocuparan un lugar destacado en la agenda y la conciencia nacional.
Incluso en nuestros días, con la Ley General de Fomento al Libro y la Lectura y la Ley General de Bibliotecas, nuestro país aún no desarrolla los mecanismos que permitan articular a través de todos los niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) el funcionamiento más eficaz, socialmente relevante, de las bibliotecas y los profesionales de dichos servicios.
Para gran parte de la población, aunque pueda considerarla como una actividad más o menos valiosa, podría ver la labor del bibliotecario como una función complementaria o incluso prescindible, o como un trabajo menor, de apoyo para los escolares y los profesionistas. Sin embargo, cada día es más evidente que muchas de las problemáticas sociales, económicas y culturales de nuestro país, demandan la participación de bibliotecarios que puedan conectar o relacionar a los usuarios que demandan información con las fuentes clave, para resolver problemas de información, tomar decisiones y orientar acciones de manera informada.
Es urgente que los profesionales de las bibliotecas y la información se impongan la reflexión sobre el qué, el cómo, el por qué y el para qué de la función que realizan, en un contexto de cambios tecnológicos y ante una sociedad que ya no transita por los caminos de siempre, sino en un escenario de cambio, mutación, alentado por las necesidades económicas, por la provisión de satisfactores materiales para todos, a la vez que de esquemas de crecimiento o desarrollo sustentable, y por necesidades socioculturales y políticas, en el marco de sociedades plurales y democráticas y ante lo que algunos comparan con un tsunami de información.



Concluyó el 4o- Congreso del Colegio Nacional de Bibliotecarios

A continuación se esbozan algunas conclusiones de lo que pudimos captar desde nuestra condición de colaboradores y asistentes al Cuarto Congreso del Colegio Nacional de Bibliotecarios.

  1. Es muy importante que los bibliotecarios entiendan los cambios que ocurren a su alrededor y los aprovechen con el propósito de mejorar permanentemente los servicios que ofrecen.
  2. México cuenta con un enorme patrimonio cultural tangible e intangible que debe ser defendido, preservado y custodiado entre otros agentes culturales, por los bibliotecarios.
  3. La profesionalización del quehacer bibliotecario ha de ir acompañada de una definición muy clara y precisa de los conceptos que designan el objeto de estudio y los métodos de la bibliotecología.
  4. La homologación curricular de las escuelas de bibliotecología, y su ampliación a todas las entidades del país, será un paso necesario si se desea alcanzar un reconocimiento y prestigio social equivalente al de otras profesiones.
  5. Se debe trabajar al lado de otros profesionistas de otras disciplinas, estar atentos y escuchar las necesidades, e incluso anticipar las necesidades de las comunidades de usuarios, para mejorar los servicios.
  6. Debemos ver a las nuevas tecnologías de información y comunicación como nuestros instrumentos y como un aliado en el proceso de modernización de nuestro trabajo.
  7. Darle la espalda al cambio tecnológico sería suicida para bibliotecas y centros de información. Estamos tratando cada vez con usuarios más competentes y con demandas de información más precisas.
  8. Hay nuevos nichos que debemos ocupar antes de que otros competidores naturales en el terreno los llenen. Solamente la perspectiva humanista del bibliotecario puede anticiparse a los requerimientos de sociedades inmersas en procesos de cambio social, político y económico.
  9. No hay un modelo a seguir. Los éxitos que están logrando los bibliotecarios en otros países no pueden reproducirse en México, porque se trata de otras condiciones culturales y económicas. Debemos construir, inventar y apoyar nuestras propias soluciones. Para ello debemos desarrollar nuestra capacidad de liderazgo y de comunicación hacia otras esferas.
  10. Existe una gran demanda, una gran necesidad de bibliotecarios profesionales en el país. En Veracruz la mayor parte de los bibliotecarios practicantes tienen como nivel de educación máximo el bachillerato. Urgen soluciones en línea para llevar capacitación, entrenamiento y formación a todos esos bibliotecarios sobre una extensión geográfica muy vasta. Esto puede extrapolarse a nivel nacional.



¿Qué valor tiene, para la sociedad, la labor de los bibliotecarios?

Cuando se aborda el estudio científico –usualmente, desde la sociología- de las profesiones, la primera dificultad con que se tropieza es con la definición misma de lo que es una profesión.
Según algunos autores: “una profesión esta basada en el estudio, entrenamiento o experiencia especializados, cuyo propósito es ofrecer servicios cualificados o de asesoramiento a otros, o proporcionar servicios técnicos, o de gestión a organizaciones, a cambio de una recompensa o un salario.”
Otros autores proponen una definición y una caracterización más exhaustiva de lo que una profesión es. Así, se ha llegado a proponer el siguiente conjunto de rasgos, que distinguen a cualquier profesión:
* Una profesión implica una habilidad basada en el conocimiento teórico.

* La habilidad requiere entrenamiento extensivo e intensivo, así como educación.

* El profesional debe demostrar competencia al aplicársele una prueba.

* La profesión es organizada y es representada por asociaciones de carácter distintivo.

* La integridad de la profesión es mantenida por la adherencia a un código de conducta o de ética.

* El servicio profesional es altruista.

* El profesional asume responsabilidad por los asuntos de los demás.

* El servicio profesional es indispensable para el bien público.

* Los profesionales tienen una licencia para ejercer su actividad, de modo que su trabajo es sancionado por la comunidad.
* Los profesionales son personas independientes que sirven a clientes particulares.

* Tienen una relación fiduciaria con sus clientes.

* Hacen su mejor esfuerzo para servir a sus clientes de manera imparcial, sin tener en cuenta una relación especial

* Son recompensados con el pago de honorarios o con una remuneración fija.

Es una aspiración que cualificación del quehacer del bibliotecario corresponda a la de una profesión. Sin embargo, el reconocimiento social, el status y el prestigio conferido a la misma, está lejos de ser el que merece. Socialmente, el trabajo bibliotecario parece subvalorado y ubica a quienes lo ejercen en el nivel de practicantes de un oficio o de una semi-profesión cuando no se les asocia, equivocadamente, como almacenistas o custodios de recursos documentales.

Parece existir una brecha –y se trata de una brecha preocupante- entre lo que la sociedad espera de los bibliotecarios en ejercicio, y lo que recibe efectivamente de este gremio en términos de servicios. Al mismo tiempo, los bibliotecarios se debaten cotidianamente con un estereotipo negativo (que se alimenta con la atribución de rasgos de carácter como: introversión, mutismo, conservadurismo, etc.), estereotipo que habrá de modificarse si la profesión pretende ocupar posiciones influyentes y de liderazgo, de cara a la sociedad de la información y el conocimiento.

Estas y algunas otras cuestiones relacionadas, se desarrollarán en el marco del 4º. Congreso del Colegio Nacional de Bibliotecarios, que tendrá lugar los días 1º y 2º de Octubre de 2009, en las instalaciones de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de Xalapa. Se invita a la comunidad universitaria y al público en general interesado en estos asuntos a que nos honre con su presencia en este evento. Para mayor información, visite la página del evento en: http://www.cnb.org.mx/congresos



Una lectura imprescindible: Noam Chomsky sobre el momento planetario actual

Desde los primeros días posteriores a la guerra fría, se entendía que Europa occidental podría optar por un curso independiente, tal vez con una visión gaullista de Europa, del Atlántico a los Urales. En este caso el problema no es un virus que pueda diseminar el contagio, sino una pandemia que podría desmantelar todo el sistema de control global. Se supone que, al menos en parte, la OTAN intenta contrarrestar esa seria amenaza. La expansión actual de la alianza, y los ambiciosos objetivos de la nueva organización, dan nuevo empuje a esos fines.

Los acontecimientos continúan atravesando el momento unipolar, adhiriéndose bien a los principios que rigen los asuntos internacionales. Más en específico, las políticas se conforman muy cerca de las doctrinas del orden mundial formuladas por los planificadores estadunidenses de alto nivel durante la Segunda Guerra Mundial. A partir de 1939, reconocieron que, fuera cual fuese el resultado de la guerra, Estados Unidos se convertiría en una potencia global y desplazaría a Gran Bretaña. En concordancia, desarrollaron planes para que Estados Unidos ejerciera control sobre una porción sustancial del planeta. Esta gran área, como le llaman, habría de comprender por lo menos el hemisferio occidental, el antiguo imperio británico, el Lejano Oriente y los recursos energéticos de Asia occidental. En esta gran área, Estados Unidos habría de mantener un poder incuestionable, una supremacía militar y económica, y actuaría para garantizar los límites de cualquier ejercicio de soberanía por parte de estados que pudieran interferir con sus designios globales. Al principio los planificadores pensaron que Alemania predominaría en Europa, pero conforme Rusia comenzó a demoler la Wermacht (las fuerzas armadas nazis), la visión se hizo más y más expansiva, y se buscó que la gran área incorporara la mayor extensión de Eurasia que fuera posible, por lo menos Europa occidental, el corazón económico de Eurasia.
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Reflexiones sobre las XL Jornadas Mexicanas de Biblioteconomía (Acapulco, Gro.)

Enmedio de una de las peores crisis económicas de la historia del país, y en la víspera de la publicación del plan económico del gobierno federal para el año 2010, un plan que pone la mira sobre la recaudación de más impuestos, inclusive a actividades cuyo desarrollo es vital para el crecimiento del país, como son las telecomunicaciones y el servicio de internet, se reunieron en Acapulco, Guerrero, bibliotecarios profesionales y estudiantes de las carreras de bibliotecología de todo el país, a discutir en foros un conjunto de ponencias, bajo el tema «Usuarios: Oferta y demanda informativa de las bibliotecas», en la XL Jornadas Mexicanas de Biblioteconomía, que organiza la Asociación Mexicana de Bibliotecarios A.C.
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«Universidad Veracruzana» en Google Trends

Búsquedas por Universidad Veracruzana en Google Trends

Búsquedas por "Universidad Veracruzana" en Google Trends

¿Qué volumen de búsquedas por las palabras «Universidad Veracruzana», reporta el servicio Google Trends? ¿Qué podemos deducir de las variaciones temporales en dicho volumen de búsquedas? ¿Qué otras interpretaciones pueden dársele a esta gráfica?

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Un estudio revela que los estudiantes aprenden mejor en ambientes virtuales

Un estudio reciente de SRI International revela que la educación en línea supera por sus resultado a la educación presencial. Parece lógico, en la medida en que en el ambiente virtual es relativamente más sencillo desplegar actividades de búsqueda, recuperación, análisis y evaluación de una amplia gama de fuentes informativas, mientras que en el ambiente presencial las fuentes de información pueden estar limitadas. Por otro lado, la interacción persona a persona que es caraterística del trabajo en el aula, en realidad brinda escasas o mínimas oportunidades para un trabajo concentrado entre alumno-docente, y en grupos numerosos la atención que éste puede brindar a sus estudiantes queda diluida.
Por su parte, en los entornos virtuales, asíncronos, es posible desarrollar no solamente una interacción secuencial de preguntas y respuestas, consultas y orientaciones entre alumno y maestro, sino que existen las condiciones técnicas para desarrollar una multiplicidad de interacciones con uno o más interlocutores, que pueden tener lugar de manera simultánea o correrse en paralelo. La interacción docente-alumno, mediada por la red y las aplicaciones carece de la interacción global persona a persona, pero si el docente es un buen comunicador y logra hacerse comprender a través del uso -básicamente- del texto o aprovecha otros recursos de tipo audiovisual, y el estudiante está desarrollando continuamente su nivel de alfabetización funcional y sus competencias informáticas, cabe esperar que los resultados sean alentadores.



¿Cuánto ha costado, hasta ahora, la RIEB?

«En entrevista, el yerno de la maestra Elba Esther Gordillo [Fernando González Sánchez, subsecretario de Educación Básica] aseguró que los viajes, las asesorías, las consultas, los libros, la formación de maestros, como parte de la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB), han tenido un costo de alrededor de 400 millones de pesos.» (Tomado de La Jornada).

Contrasta esta cifra con el dinero que paga anualmente el gobierno federal para mantener membresías en organizaciones internacionales en el ámbito educativo:

Tan sólo: «La Secretaría de Educación Pública, a cargo de Josefina Vázquez Mota [el documento, publicado en Voltaire.net está fechado el 23 de julio, de 2008 ], asigna 14 millones 935 mil 36 dólares (164 millones 285 mil 396 pesos ) a 13 organismos internacionales: el Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe, 8 millones 194 mil 528 dólares; la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 4 millones 800 mil pesos; el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa, 800 mil 230 [dólares]; la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 425 mil 24 dólares; la Organización de los Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 262 mil 392 dólares; los programas de la OCDE, 191 mil 370 dólares; la Unión Internacional de Geodesia y Geofísica, 100 mil dólares; el Centro Internacional de Estudios para la Conservación y Restauración de Bienes Culturales, 57 mil 706 dólares, y el Convención del Patrimonio Mundial, 50 mil dólares, entre otras.»

En dicho documento, se afirma que  «El gobierno de Felipe Calderón entrega anualmente casi 2 mil 442 millones de pesos (222 millones de dólares) por concepto de “pago de membresía” para pertenecer a 243 organismos internacionales», y se presenta un desglose detallado de dichas aportaciones.

La cantidad representada anualmente por los gastos de «membresía» de México en diversos organismos internacionales, según el primer dato sobre el costo de la RIEB, equivale al costo de seis reformas educativas de la educación básica, al año.

Esa misma cifra equivale a dos terceras partes del presupuesto anual para educación de adultos en todo el país (que se estima en 22 mil millones de pesos a ejercer a lo largo de seis años).

No obstante el enorme gasto social que generan tan importantes actividades y membresías -nos referimos a la RIEB y a la pertenencia a organismos interncionales-, en fecha reciente, docentes de diversos puntos del país, incluso especialistas en temas educativos, cuestionaron que en los libros de texto gratuitos de la materia de Historia, editados por dicha dependencia, se omite información sobre periodos como la Conquista y la Colonia.

Sin embargo las autoridades educativas del país explican que será hasta 2011, en el libro de texto para cuarto año, cuando se aborden esos periodos de nuestra historia.

Para obtener más información:

Ramírez, Ericka. Despilfarra México 222 mdd en cuotas internacionales. Consultado el 26 de agosto de 2009,  en http://www.voltairenet.org/article157732.html

Robles, Manuel. Libros de texto gratuitos, la historia mutilada. Consultado el 26 de agosto de 2009, en http://www.proceso.com.mx/noticias_articulo.php?articulo=33072