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Bibliotecas, Información y Conocimiento



La Universidad de Columbia permite lectura y discusión de WikiLeaks

En una comunicación publicada hoy por el diario The Guardian, se aclara que la advertencia previa a los estudiantes de esa universidad, de abstenerse de leer o discutir en línea los cables de Wikileaks, obedece a un interés de la Oficina de Servicios de Carrera de ofrecer información a los estudiantes, que les sea útil tras graduarse y buscar empleo. Sin embargo, reconoce que la prohibición de leer dichos materiales fue dirigida a sus empleados, por el propio Departamento de Estado, pero no ha emitido lineamientos semejantes para los posibles futuros empleados.

La Universidad de Columbia, además, establece que:

«La libertad de información y expresión es un valor central de nuestra institución. Por ello, la posición de la Escuela de Asuntos Públicos Internacionales es que los estudiantes tienen derecho a discutir cualquier información de la arena pública que consideren relevante para sus estudios o para su rol como ciudadanos globales, y de hacerlo sin temor a consecuencias adversas. Los documentos de WikiLeaks están disponibles para los estudiantes de la Escuela (y para todos) a través de una gran variedad de fuentes respetadas, y existen mútiples medios para la discusión y debate, tanto dentro como fuera de las aulas».



Wikileaks: triunfo del ideal de Internet

Mientras cientos de sitios espejo intentan eludir la censura en Internet de los documentos del Cablegate, el periodista James Ball de Wikileaks pide a los EE.UU. recordar sus principios sobre la libertad de Internet.

Si Wikileaks llegara a desaparecer definitivamente de la Internet hoy, mañana los cables de las embajadas continuarían apareciendo.

La eliminación de Wikileaks ha demostrado que no será sencilla: aunque el sitio principal ha tenido que trasladar sus servidores después de que Amazon le retiró el alojamiento, y cambiar su dirección de Internet después de EveryDNS cancelará la cuenta de Wikileaks, aún está activo y funcionando.

Incluso el miércoles, el día en que el sitio fue más obstruido , Cablegate recibió 54 millones de hits, de al menos 3,6 millones de individuos únicos. Duplicados de los Cables de Wikileaks están ahora cargados en cientos de servidores diferentes, de todo el mundo. Incluso el cierre de la cuenta de PayPal de Wikileaks ha sido hasta ahora poco más que una molestia menor.

Pero incluso aunque todas éstas pudieran desaparecer mañana, gracias a un respaldo tradicional: los viejos medios. El New York Times, The Guardian, Der Spiegel, Le Monde y El País estarían circulando el material de Wikileaks.

Todos compartieron el mismo criterio editorial de Wikileaks tras haber vistola información : ellos la juzgaron de interés público y decidieron darla a conocer. En este instante, estos sitios publican los mismos cables que Wikileaks. Ellos han contribuido a las redacciones.

El sitio web de The Guardian, en el momento de escribir estas líneas, en realidad contiene más material sobre EE.UU. que el propio Wikileaks. Ninguno se han enfrentado a la reacción política o técnica que enfrentó el sitio principal de Wikileaks, sin embargo, todos tendrían que ser desconectados o apagados, para enterrar la historia de los cables de la Embajada.

Sin embargo, a pesar de la ineficacia de los esfuerzos de censura del Gobierno de EE.UU., el senador Joe Lieberman y otros están empeñados en impedir su circulación.

En cierto sentido, los intentos por Lieberman y el gobierno francés para impedir el suministro de servidores de alojamiento web a Wikileaks son la cuestión menos problemática – en la era de la prensa escrita, impresores y distribuidores fueron atacados regularmente con demandas cuando los gobiernos o algunos individuos particulares trataron de evitar que las historias circularan.

Enfocarse en los proveedores de alojamiento web es simplemente la versión moderna de un viejo truco, uno que no parece funcionar en la era web. Por otro lado, aún publicaciones polémicas pero que carecen de la audiencia Wikileaks así como su resiliencia, observan con ansiedad los acontecimientos actuales.

Lo que resulta novedoso -y preocupante – son los intentos de los gobiernos para evitar que millones de sus ciudadanos lean este material. Los 19 millones de empleados del gobierno federal estadounidense han sido instruidos de no leer el material de los cables – o de cualquier publicación que los contenga. Las agencias han añadido a casi todos los medio de comunicación convencional, filtros web, y lbloqueos, un movimiento que recuerda a la Gran Muralla de Fuego China.

Los estudiantes de la Universidad de Columbia han sido aconsejados no hacer comentarios sobre los cables si pretenden aspirar a un trabajo en el gobierno. Y una compañía de visualización de datos de los EE.UU., Tableau, incluso ha rechazado trabajos basados en las historias de Wikileaks, sin recibir una sola solicitud específica para hacerlo.

Los esfuerzos del gobierno de EE.UU. para poner fin a esta historia muestran tanto una preocupante falta de compromiso con los principios básicos de Internet, de transparencia y neutralidad, así como una carencia fundamental de comprensión de su infraestructura.

Los últimos acontecimientos no deben inquietar sólo a los periodistas o a los activistas – de acuerdo con sus declaraciones públicas recientes, ha demostrado ser un motivo de preocupación para un par de estadounidenses prominentes, también.

La primera voz estridente, hablando en una reunión de ayuntamiento en China, dijo:

«A medida que la información fluye con más libertad, más fuerte se vuelve la sociedad, porque entonces los ciudadanos de países de todo el mundo pueden exigir cuentas a sus propios gobiernos. Pueden empezar a pensar por sí mismos.”

El mismo, concluyó:

«Puedo decirles que en los Estados Unidos, el hecho de que tenemos un Internet libre -o acceso a Internet sin restricciones- es una fuente de fortaleza, y creo que debe ser alentado»,

Un segundo orador, en enero de este año dijo:

«La censura no debe de ninguna manera ser aceptada por ninguna empresa de ningún lugar. Y en Estados Unidos, las empresas estadounidenses deben hacer de ésto un principio de partida… Dbe ser parte de nuestra marca nacional. Estoy segura de que los consumidores en todo el mundo premiarán a las empresas que siguen estos principios.»

¿Las identidades de estos dos agitadores radicales? Nada menos que el presidente Barack Obama, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

No podría estar más de acuerdo con ellos.

James Ball es un periodista de investigación, trabaja actualmente con Wikileaks.

Traducido de: www.indexoncensorship.org

 

¿Y si Google no dejara buscar la palabra Wikileaks?

Por Delia Rodríguez (De los Blogs de El País). Historia del día. Wikileaks.org ya no funciona porque EveryDNS, la empresa que les proporciona las DNS (el sistema que «traduce» una dirección IP numérica difícil de recordar en un nombre de dominio) les ha cancelado el servicio, dicen, debido a los repetidos ataques de denegación de servicio que están sufriendo. La decisión es gravísima, aunque el problema no es serio técnicamente hablando, porque basta con utilizar directamente la IP o asociar otros nombres de dominio a otras DNS para acceder al contenido de la página. Pero es que se trata de la segunda acción en 24 horas por parte de empresas norteamericanas contra Wikileaks. La gran Amazon decidió ayer dejar de alojar las páginas de la organización de Assange porque «violaba sus términos de uso«.  

Hay que ser muy ingenuo para creer que ambas decisiones han sido tomadas libremente por las empresas. La acción de Amazon parece responder a las presiones de Lieberman, jefe del Comité de Seguridad Nacional del Senado, que ha llegado a decir: «La decisión de Amazon de desconectar ahora Wikileaks es la decisión correcta y debería marcar el estándar para otras empresas que WikiLeaks está utilizando para distribuir su material ilegalmente conseguido. Pido a cualquier otra empresa u organización que esté alojando a Wikileaks que termine inmediatamente su relación con ellos«.

Si la petición de Lieberman triunfa, tenemos un problema. Las grandes empresas de internet han nacido en EEUU, e incluso la gran autoridad que decide sobre los dominios (la ICANN) sigue siendo controlado en gran medida de este país. Hasta ahora la cosa ha funcionado más o menos bien y de forma neutral. Pero si este país decidiera lanzar una ofensiva contra Wikileaks, ni siquiera haría falta molestar a la justicia internacional. Entre la ICANN, Google, Amazon, Yahoo, Microsoft, Yahoo, Facebook, Twitter o Apple bastaría para esfumar Wikileaks del mapa. A veces conviene recordar que esos nombres que para nosotros son sinónimos de internet son en realidad empresas privadas. La red de momento es neutral, aunque no sus agentes. Precisamente ayer, Raúl Rivero, director técnico de la edición digital de El País, se preguntaba qué pasaría si ICANN bloquease el dominio wikileaks.org. Se contestaba argumentando que sería «una pérdida de los principios de Internet» pero que sería perfectamente posible: «sigue siendo el ‘único punto de decisión central’ de una red absolutamente descentralizada». Hace poco la ICANN se ha enfrentado a la polémica al desenchufar 82 nombres de dominio relacionados con el p2p.

El truco es agarrarse a los términos de uso de las empresas, esos contratos privados entre el usuario y la compañía que le proporciona unos servicios y que firmamos dándole a «aceptar» sin siquiera ojearlos. Son en la práctica las «leyes» de esos países sin territorio. Regularmente se producen revueltas de los usuarios cuando alguna cláusula es especialmente abusiva, pero las empresas tienen siempre las de ganar, y los usuarios cada vez más que perder según van cediéndoles parcelas de su actividad en la red. Hay palabras que no se pueden escribir en los muros de Facebook porque la empresa las censura. Apple se reserva el derecho de rechazar las aplicaciones que no le gusten en su tienda on line, como las que tratan de sexo o de su competencia en sistema operativos Android. Amazon puede hacer desaparecer un libro de tu lector electrónico. Twitter puede eliminar un trending topic de su lista. Y así hasta el infinito.

En un ejercicio de ficción, si EEUU y sus empresas se lo propusieran, podría ocurrir que Wikileaks se quedara sin dominios. Que desapareciera de los resultados de búsqueda de Google (y Bing y Ask), lo que afectaría también a todas las páginas -desde pequeñas webs a grandes medios- que usan su tecnología de búsqueda. Los hostings ubicados en Estados Unidos también podrían dar de baja los blogs que hicieran referencia al tema. Podría ocurrir que no se permitiera nombrar a Wikileaks en Facebook, y tampoco en Twitter, y que las cuentas oficiales de Wikileaks fueran borradas. Incluso los navegadores y sistemas operativos no libres podrían incluir medidas en su contra. Este escenario es bastante apocalíptico, y va lo suficientemente en contra de la cultura de la red como para pensar que es improbable en extremo (a no ser que vivas en China, que entonces se trataría de tu día a día). Pero el caso es que es un escenario posible, si no hoy con Wikileaks, mañana con cualquier otro motivo.

Apuntad esta palabra porque será próximo gran trending topic de internet para los próximos años: neutralidad. Va sobre que ningún interés de ningún país, lobby o empresa afecte al hecho mágico de que cualquier contenido se pueda ver igual desde cualquier lugar del mundo a través de la red.

  

Una vergüenza, los ataques a Julian Assange

Dice David Samuels en The Atlantic, el día de hoy:

«Julian Assange y el militar Bradley Manning han hecho un gigantesco servicio público al poner a disposición de todos cientos de miles de documentos clasificados del gobierno de Estados Unidos de América en Wikileaks, y, como era predecible, nadie les está agradecido. Bradley Manning, quien fue analista de inteligencia en Irak, está preso en total aislamiento, sin que familiares ni visitantes puedan verlo, y enfrenta una condena de 52 años».

Samuels compara, además, los ataques del gobierno estadounidense, de denegación de servicio (DDoS) al servidor de WikiLeaks, con tácticas más bien propias del Partido Comunista chino.

La información secreta es contraria a la democracia.



Prohiben a universitarios de la Universidad de Columbia comentar en redes sociales los cables de Wikileaks

«El Departamento de Estado ha impuesto una prohibición a todos los empleados de  leer los cables filtrados por Wikileaks. Oficiales del Departamento de Estado han sido instruidos de no leer los cables debido a que son textos clasificados y sujetos a directivas de seguridad. La censura sobre WikiLeaks del Departamento de Estado se ha  extendido en los Estados Unidos a estudiantes universitarios. Un correo electrónico digirido a estudiantes de la Shool of International and Publich Affairs, de la Universidad de Columbia, dice:

«Los documentos liberados durante los últimos meses a través de Wikileaks se siguen considerando documentos clasificados. El Departamento de Estado te recomienda QUE NO VINCULES estos documentos o los comentes en medios sociales tales como FaceBook o Twitter. Involucrarte en esas actividades pondrá en duda tu habilidad para tratar con información confidencial, la cual forma parte de la mayoría de los puestos dentro del gobierno federal».

Fuente: Democracy.now

 

Cerraron la dirección electrónica de Wikileaks pero hay 100 mil copias de la información por todo el mundo

De acuerdo con The Guardian, en una entrevista con Julian Assange afirmó que:

«El archivo del Cable Gate ha sido diseminado, junto con otro material de interés para los Estados Unidos de América y otros países a más de 100,000 personas en forma encriptada. Si cualquier cosa nos sucede a nosotros, las partes medulares serán difundidas automáticamente. Además, los archivos de el Cable Gate están ya en las manos de múltiples organizaciones. La historia triunfará. El mundo se elevará a un mejor sitio. ¿Sobreviremos? Eso depende de ustedes».

Foto: guardian.co.uk