Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



Síntomas del fracaso educativo nacional hacen crisis al final del sexenio de Calderón

A pesar de los 40 años -ininterrumpidos ya- de neoliberalización de la economía del país, México:

1) no logra empezar a crecer

Y ¿cómo: con el retroceso educativo en términos absolutos, con el agro arrasado, si el salario perdió casi la mitad de su poder adquisitivo en el sexenio que termina, si miles de microempresas cerraron por la violencia o el mercado interno disminuido, si no despega la investigación científica y la modernización tecnológica del país y se informalizó aún más el empleo?; sin embargo, pese a todo ello, el sector bancario y de medios masivos operan ¡con ganancias!;

2) los monopolios en comunicaciones reconcentran su poder económico y político, y se ahondan las ya de por sí alarmantes diferencias de clase; estas tendencias lo que harán será acentuarse, basta ver los pronunciamientos del presidente declarado formalmente electo tras su aparentemente limpio triunfo, avalado controversialmente, por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Se difundió profusamente en las redes que Enrique Peña Nieto contó con el notorio y evidente respaldo de parte de Televisa y su aparato mediático, del Consejo Coordinador Empresarial a través de algunas empresas, y el de la Iglesia Católica y de las telebancadas en el Congreso y el Senado y que también erogó una cifra aún desconocida de recursos económicos para alcanzar dicho triunfo.

3) la sociedad de la información y el conocimiento aparecen como algo cada día más lejano en nuestro país.

El próposito, la aspiración, de constituirnos en una sociedad de la información y el conocimiento, se malogra en la medida en que proyectos como el de Banda Ancha para Todos (que en su momento esbozó el Sindicato Mexicano de Electricistas con infraestructura de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad y de la desaparecida Compañía de Luz y Fuerza del Centro, recursos ahora bajo control de la iniciativa privada,) o el proyecto basado en WiMax, de Internet de banda ancha inalámbrica, de la empresa MVS (que tanta polémica generó en fechas recientes, al exhibirse tanto por parte de la empresa como del gobierno federal, las negociaciones, presiones y componendas que tienen en las alturas del sistema político nacional, en detrimento hasta de la libertad de expresión o el derecho à la información), son desarticulados por las autoridades federales (por lo menos, con la participación de la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Energía, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Comisión Federal de Telecomunicaciónes), para poder ofrecer, luego, al mejor postor económico y político (muy probablemente, en este caso, también se trate de Televisa) la oportunidad de desarrollar la infraestructura tecnológica que haga factible la provisión y el acceso a una nueva oleada de servicios interactivos de televisión, comunicaciones e información, dejando en pocas manos las ganancias multimillonarias derivadas de ello.

Ayer, el priísta Pedro Joaquín Coldwell, quien calificó de «porros» y «acarreados» a los cientos de estudiantes de la Universidad Iberoamericana, que se manifestaron vivamente en contra de la candidatura presidencial de Enrique Peña durante una visita a su institución, y que inmediatamente después de esas declaraciones, publicaron un video donde 131 de ellos presentaron evidencias de ser universitarios matriculados, dando origen al movimiento «#Yosoy132», llamó otra vez la atención de miríadas de internautas, al implicar que en México, algunos de los usuarios de las redes de internet, y particularmente de las redes sociales, principalmente estudiantes, son ignorantes, no tienen nada interesante que decir y/o lo hacen mal, lo que confirma los resultados obtenidos por México en las evaluaciones internacionales sobre educación.

Al descalificar así, entre líneas, desde su alta posición como líder del principal partido político del país, a quienes participan con sus ideas, críticas y comentarios de toda índole y calidad en la red de redes, Pedro Joaquín Coldwell pone en cuestión no solamente el estado en que se encuentra el país, debido tanto a su sistema político-económico, como al abuso de quienes detentan los medios masivos de comunicación y que imponen, así, ideologías, hábitos, conductas y estilos de pensamiento entre la población, pero, sobre todo, acusa la verdadera calidad de nuestro sistema educativo.

El sistema educativo mexicano es fruto de la Revolución Mexicana: esperanza de desarrollo, igualdad y unidad nacional; ahora, se encuentra lastrado, tanto por la franca molicie que parece prevalecer en la cúpula del poder sindical magisterial, como por el cada vez más visible abandono oficial -en favor de la educación impartida bajo esquemas mercantiles: la educación privada- y los intentos por desaparecer, minimizar, e incluso reprimir, las manifestaciones de rebeldía y desesperación, que desembocan con una preocupante frecuencia en violencia, entre las depauperadas bases magisteriales, y hasta entre los propios estudiantes normalistas, del centro y sur de la República (Hidalgo, Oaxaca, Guerrero).

Las expresiones que juzgan poco interesantes, o mal planteadas, las muestras de malestar social en las redes, dejan entrever la pobre disposición del gobierno federal entrante, para que se ahonde y consolide una incipiente democracia deliberativa que, si nos lo propusiéramos realmente, los mexicanos podríamos desarrollar hasta convertirla en una verdadera democracia participativa, que supere de una vez por todas los vicios y defectos de una democracia meramente representativa.

Ya sabemos que, a pesar del IFE, o gracias al mismo, nuestra democracia representativa siempre ha generado escepticismo y dudas sobre la limpieza electoral, la validez de los resultados y la legitimidad de nuestros representantes, por la consabida comisión impune de fraudes electorales, la compra-venta illegal, pero consentida, de votos, el derroche de recursos en forma de gastos de campaña, la manipulación interesada de las encuestas, el desaseo en el manejo de la documentación electoral, de los resultados mismos y, la supervivencia del voto corporativo, por sectores, etcétera.

El lema de la Revolución encabezada por Francisco I. Madero fue, precisamente «Sufragio efectivo, no reelección». Esta «alternancia política» bipartidista, sí, pero que en lo económico ha sido, es monolítica -monótonamente- neoliberal, entre el PAN y el PRI, y que lleva estacionada en el poder cuarenta años, se ha traducido en cuarenta años de estancamiento económico, social y cultural, lo que parece distar mucho de aquellos propósitos originales de la Revolución: tierra y libertad, justicia social e igualdad, bienestar y paz.

Hemos estado avanzando en el sentido contrario: cada día hay más pobreza, desigualdad, dependencia, injusticia, descontento, inseguridad.

La esperanza de «cambio» que se arremolinaba en las plazas, en aquel año 2000, se frustró paladinamente en 2012: el ex-presidente Vicente Fox en persona, el presidente «del cambio» , llamó a votar por el regreso del antiguo régimen. Ahora, Enrique Peña sucederá a Felipe Calderón, en el poder, tersamente.

Parece que no importa bajo qué siglas, el programa de reducción del Estado, la privatización de bienes públicos, la desregulación económica, y el impulso al darwinismo económico-social, cuya cúspide atroz es la corrupción de cuello blanco que alimenta, con un puñado de mexicanos, la lista Forbes de los más ricos del mundo, y la guerra contra el narco, el imperio del más fuerte, el regreso de la ley de la selva, la extinción del estado de derecho y las escalofriantes carnicerías, en que los distintos grupos delincuenciales se hacen pedazos unos a otros -nada más entre ellos, se dice, pero enmedio de la población civil trabajadora, desarmada e indefensa, que ha salido poniendo las cifras de colaterales– al margen de toda ley, sin aparentes investigaciones, ni procesos judiciales, ni incautaciones de bienes, ni bloqueo de las redes de financiamiento, etcétera. Este modelo neoliberal, privatizador, que se apoya en la violencia del narcotráfico, acabó imponiéndose desde el 2000, durante doce años.

Y durante seis o doce más, puede preverse, a partir de este diciembre.

Por otro lado, las cifras de pobreza, desempleo y marginalidad no han hecho más que crecer. Ahora, hasta podemos «presumir» -dicho con culposa ironía- de que en México hay más analfabetas que en 2006. Y un presidente electo que no es capaz de recordar lo que lee.

En todas las escuelas y bibliotecas del país deben existir de forma permanente programas, abiertos a ciudadanos de todas las edades, para abatir el analfabetismo simple y para combatir, sobre todo, el analfabetismo funcional, que es el que se manifiesta cuando las personas saben leer y escribir, sí, pero simplemente no lo hacen.

La lectura y la promoción de la misma, es una de las tareas insoslayables, urgentes, que pueden socavar en su base el poder manipulador omnímodo de las televisoras.

Cada día es más urgente la necesidad de implementar, en todos los niveles y sectores, formales e informales, de la educación, programas de alfabetización informacional.

Desde el punto de vista de los servicios, recursos y agentes de la información, el resultado electoral del 2012 representa, básicamente, el triunfo de la ignorancia supina de nuestra historia, y el del analfabetismo funcional.

La Reforma Integral de la Educación Básica, RIEB, que hace énfasis en el aprendizaje y desarrollo de competencias entre los estudiantes, requiere que los docentes, las autoridades y los padres de familia hagan aún un mayor esfuerzo para lograr se superen que los resultados de las pruebas como ENLACE y PISA.

Lo anterior implica una cruda paradoja:

Aunque, en su cotidianidad, los niños y jóvenes viven en medio de y padecen los prejuicios, la violencia y la destrucción ambiental y civilizatoria, generada por los adultos, se espera que ellos aprendan a ser multiculturales, asertivos, pacíficos, cultos, racionales, críticos y creativos.

Y luego, está el poder «educativo» de las televisoras, tan elogiado hasta por algunos funcionarios de gobierno. Uno de ellos, Alonso Lujambio, como debe recordarse.

Es claro que la inmensa mayoría de los habitantes de este país perciben su realidad a través de los filtros, de las lentes, de la mirada que las televisoras les ofrecen.

Las televisoras comerciales en México han vuelto estériles todos -o casi todos- nuestros esfuerzos educativos.

En México casi nadie lee periódicos, menos leen libros y son pocos, aún, los que se informan en Internet.

En nuestro país, y ésto debemos tenerlo muy claro, como en muchas otras partes del mundo también, las cadenas de televisión tienen todavía el poder de «crear» o «inventar» (y también de destruir): presidentes, enemigos públicos, estrellas, y/o líderes admirables.

Por eso, los reclamos de los estudiantes universitarios de este país, aglutinados en torno a #Yosoy132, son certeros, trascendentes, justos. Conocedores de todo lo anterior, no dudan en exigir, en reclamar: mayor apoyo a la educación, a la investigación científica, a la cultura y al conocimiento, que se democraticen los medios, que se reformen, que se pluralicen y se abran a todas las voces y expresiones intelectuales y políticas, y a que se ejerza el derecho a la información como fundamento de una verdadera democracia.

México no puede seguir viviendo en el oscurantismo que se propaga -paradójicamente- tanto en la escuela, como fuera de ella; peor aún, que impera en los propios hogares mexicanos -a través de la televisión-.

 

#Yosoy132, proceso electoral, monopolio de medios y la (futura) sociedad de la información en México

Muy acertadas son las demandas del movimiento estudiantil universitario y académico, aglutinado en torno a la etiqueta #Yosoy132, que está llevando a una buena parte de la sociedad mexicana, a reaccionar positiva y propositivamente ante el control y la manipulación que al parecer han establecido, como norma de conducta, los medios de comunicación, particularmente en lo relativo a la propaganda de los partidos políticos y de sus candidatos.

La supuesta información interna de Televisa, que se ha divulgado a nivel internacional, gracias al diario The Guardian (pero originalmente, por la revista Proceso y posteriormente también por Wikileaks), sobre la compra de servicios especiales de promoción de ciertos candidatos -como, presuntamente, fue el caso de Enrique Peña Nieto, cuando era gobernador del Estado de México- y para el desprestigio de otros -como, presuntamente, fue el caso de servicios pagados por el ex-presidente Vicente Fox para afectar la imagen del entonces -en 2006-, candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, indica que las críticas de los estudiantes, dirigidas contra el consorcio Televisa principal pero no exclusivamente, no carecen de sustento.

El tema de los medios de comunicación como constructores de opinión y modeladores de nuestra realidad sociopolítica y sociocultural, es un tema que demanda la atención de toda la sociedad, por sus consecuencias a corto, mediano y largo plazo.

Sin ir muy lejos, durante el segundo debate de los candidatos a la presidencia, que se transmitió el pasado día 10 de junio, se pudieron apreciar inexplicables y -por ende, sospechosas- «fallas técnicas»- que afectaron principalmente a uno de los cuatro candidatos que se presentaron a debatir.

En un primer momento del debate, al inicio de la intervención del candidato de la coalición de partidos Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, se transmitió -al menos por la cadena de televisión satelital DISH-, sólo la imagen, sin audio; dicha falla, aunque duró no más de 6 segundos, parece imperdonable, tratándose de un evento que, como lo califican las propias televisoras, alcanzó un record histórico de audiencia.

La otra falla fue más grave, pues durante casi 10 segundos no se tuvo ni audio ni video del último mensaje del mismo candidato, Andrés Manuel López Obrador, en la misma cadena de televisión satelital. Lo que vieron los espectadores en ese medio fue simplemente un cuadro a negro. Nada semejante ocurrió, ni antes ni después, con ninguno de los otros candidatos.

Pueden parecer insignificacias, pero si nos atenemos a los costos de producción de los tiempos de televisión en la actualidad, y a la logística y previsiones técnicas que se toman hasta para programas de menor relevancia, resulta sumamente preocupante percibir la displiscencia o hasta la mala hechura -no se sabe si intencionada, o no- de estos momentos particulares de una transmisión, que hasta parecen afectar selectivamente a uno de los candidatos.

Cuando los jóvenes del movimiento #Yosoy132 exigen la democratización de los medios de comunicación, dan pauta precisamente a que este tipo de «fallas», intencionadas o no, y otras carencias e inequidades que tienen lugar en las transmisiones de radio y televisión*, y que afectan a cualquier candidato o aspirante a un cargo de representación popular, o a voceros de un sector o a otro de la sociedad, se señalen y se corrijan o enmienden, en aras de una verdadera imparcialidad y claridad en la transmisión de la información.

El papel de la información en la sociedad es cada vez más claro: la información es, entre otras cosas, una actividad que permite inducir, alentar, desalentar, en suma: regular los procesos sociales. Esto lo saben muy bien en los medios masivos de comunicación, y ese conocimiento e inteligencia, se plasma en las campañas de marketing, tanto de productos comerciales -para generar la necesidad y la demanda de un determinado bien, o satisfactor- y en el marketing político. El peso de los medios de comunicación, como la radio y la televisión, y el poder que representan en esta función de difusión, inducción y control, es tan grande, que por ello, se impone, sobre quienes detentan el uso de dichos medios, la observancia de un código de ética; pero como la ética supone la combinación virtuosa y conciente de saberes y haceres a la luz de diversas valoraciones -algo que, debe reconocerse, no todos hacemos, ni todo el tiempo ni siempre bien-, los medios deben tener contrapesos sociales, integrados en forma plural, con criterios consensuados sobre la realidad a evaluar, con capacidad de respuesta inmediata para monitorizar, dar seguimiento, supervisar y hasta vigilar, en todo momento, el quehacer de los comunicadores en los medios, sus mensajes y comportamientos.

«Dejar hacer y dejar pasar», en los medios, hoy, es simplemente criminal.

La democracia debe construirse a partir de una competencia en condiciones de libertad y equidad. No es posible que una minoría arrase con sus conceptos y opiniones sobre los de una mayoría, a través del poder de coacción y de manipulación, repetición y distorsión de la realidad de los medios, como la radio y la televisión.

Otro gran acierto de los jóvenes es el empleo coordinado de las nuevas tecnologías de información: Twitter, Facebook y Youtube. En este punto, no debemos pasar por alto la referencia a que la primera guerrilla virtual o ciberguerrilla, o movimiento contestatario digital, es atribuido a la organización de los indígenas zapatistas de Chiapas que atrajeron los reflectores sobre la realidad de las etnias de México, presentándola ante los ojos del mundo, utilizando precisamente Internet.

Sin embargo, la composición del movimiento #Yosoy132 es mil veces más plural y diversa que la de los zapatistas. Por ello, es digno de destacarse su capacidad para definir y afinar sus justas demandas y exigencias, en un grupo específico de puntos, los cuales incluyen, además de la democratización de los medios y el acceso a Internet de banda ancha, como un derecho constitucional en nuestro país, la realización de juicios políticos a Enrique Peña Nieto, Vicente Fox y Felipe Calderón, debido al papel de los primeros en el uso brutal de la fuerza pública en San Salvador Atenco, y por la cuestionable eficacia de la guerra declarada, contra el narcotráfico, por el último.

Ante la movilización estudiantil que llevó en días pasados a miles de jóvenes al Estadio Azteca, para realizar una protesta visible en la televisión, contra la candidatura impulsada por los medios y, en particular, Televisa, de Enrique Peña Nieto, se difundió también por la red información en el sentido de que, desde algún nivel del gobierno del Estado de México, se acarrearon grandes cantidades de partidarios del candidato mencionado, con el boleto de entrada al partido de futbol de marras pagado, para intimidar o disuadir de su protesta a los integrantes de #Yosoy132. El asunto llegó hasta el punto en que algunos de éstos sufrieron agresiones físicas, ante su derecho a manifestarse libremente. Actualmente hay litigios en curso sobre dichas agresiones, y estudiantes del #Yosoy132 presos, mientras que no se sabe que se haya detenido a ninguno de los supuestos agresores. Mal síntoma.

También en estos días, la Comisión Federal de Competencia elabora un dictamen cuyo contenido se podría a dar a conocer a más tardar el 15 de junio, sobre la posible alianza, en un negocio multimillonario en dólares, de Televisa con una empresa emblemática del grupo de negocios de Ricardo Salinas Pliego: Iusacell. Si se confirma que han autorizado la fusión del duopolio televisivo, para formar otro de telecomunicaciones (con Telcel, el de Carlos Slim), el más grande del país -y quizá uno de los más grandes, o el más grande de Iberoamérica- se envía una señal muy lamentable al movimiento estudiantil #Yosoy132, que está exigiendo precisamente que se modere el poder -quasi absoluto- de las televisoras, y de las empresas de telecomunicaciones relacionadas con la provisión de servicios de Internet.

Actualización: hoy en la mañana, en el noticiero MVS Noticias con Carmen Aristegui se informó que en el curso de este día, podría aprobarse «una alianza» entre Iusacell y Movistar, que es una empresa con capital español, para aumentar la competencia ante el proveedor dominante de servicios de telefonía móvil, Telcel, de Carlos Slim, el hombre más rico de México y del mundo.

Por otra parte, el tema de los medios masivos de comunicación estuvo ausente en el segundo debate de los candidatos presidenciales. Ni siquiera se mencionó éste como uno de los «subtemas posibles», de los tres bloques que articularon el mismo. De nuevo, pesan aquí la suposiciones de que las televisoras han acumulado tal poder, que esa podría haber sido una condición tácita para transmitir el debate por «sus» canales de mayor audiencia: que nadie cuestionara sus mecanismos de operación, ni sus políticas de comunicación, ni su influencia.

Con la información muy fresca sobre Televisa, divulgada por The Guardian, un periódico con un prestigio internacional ganado a lo largo de su historia, y que apuntaría a lo que serían ni más ni menos que coaliciones mafiosas entre medios y candidatos en México, resulta notable que ninguno de los candidatos actuales hiciera mención de ello.

El movimiento #Yosoy132 ha enfocado sus baterías, por ahora, en los temas que giran en torno a la equidad en el proceso electoral; pero es de esperarse que se articulen y organicen en torno a demandas de un nivel aún más elevado, trascendente y de largo plazo.

El asunto de la información y la comunicación nos preocupa y nos concierne sobremanera, a quienes estamos relacionados, por ejemplo, con la educación, con la investigación y, particularmente, con los servicios bibliotecarios y de información. En estos ámbitos, estamos concientes de que muchos docentes y estudiantes (de todos los niveles educativos) e investigadores (en el caso de universidades, públicas y privadas) acuden a las bibliotecas académicas, escolares y/o públicas, o a la red Internet, enmedio de densos nubarrones de desinformación, lastrados por lagunas procedimentales, y por la ausencia de criterios para evaluar la calidad de la información; y de que, con frecuencia, los propios académicos, docentes e investigadores, la mayoría incluso con posgrados, se brindan «autoservicios» de información empleando la red, sin que se conozca a ciencia cierta el nivel de profundidad y la calidad de la información que son capaces de localizar, recuperar y obtener, sin el auxilio de los bibliotecarios.

Adicionalmente cabe señalar que, a nivel nacional, la realidad que enfrentan los bibliotecarios, la mayor parte de las veces, es sencillamente gris y deprimente: porque el grueso de las bibliotecas escolares y universitarias en el país carecen de los recursos económicos indispensables para su desarrollo, pues las normativas existentes no estipulan la obligación, de sus instituciones, de destinar anualmente un porcentaje preestablecido del presupuesto de las mismas, para asegurar el desarrollo óptimo de los recursos y servicios de información que brinda esta organización académica fundamental.

Retomo una afortunada metáfora del doctor en biblioteconomía, Jesús Lau, que reza que si las universidades fueran panaderías, la «harina se encuentra en las bibliotecas».

Bajo el esquema de cosas vigente ¿cómo se asegura la suficiencia y la calidad de «la harina» que se usa para «hacer pan», en las universidades públicas y privadas de México? Y, si una panadería no hace pan, o lo hace de mala calidad, entonces ¿qué es lo que en realidad hace?

Además: el acceso a la información y el conocimiento, eje central del movimiento #Yosoy132, supone inevitablemente el desarrollo, desde la edad más temprana, del hábito de la lectura y, por consiguiente, de las habilidades para el acceso y uso eficaz de la información, como se definen en una de las visiones más comprehensivas del tema, y que rebasa el ámbito de los servicios bibliotecarios (aunque fue allí donde se originó), y que es el tema central de lo que conocemos como alfabetización informacional.

Es necesario que el movimiento #Yosoy132, revise, considere y retome los conceptos medulares que se han desarrollado a nivel internacional, sobre el asunto de la alfabetización informacional, pues ahí se encuentran las claves para empoderar realmente a los ciudadanos mexicanos, para hacer frente a los mensajes de manipulación y coherción omnipresentes de los medios masivos de comunicación y para construir los cimientos de una sociedad moderna, democrática, sana, justa, segura y armoniosa.

Para articular una política de información y comunicación en el país, que regule el funcionamiento y los efectos perniciosos de los medios en la sociedad, se debe debatir ampliamente sobre la organización democrática de sus estructuras y procedimientos; a propósito de ese debate, pueden servir los pronunciamientos que, sobre la sociedad de la información, se han realizado a nivel global en las distintas Cumbres de la UNESCO sobre la Sociedad de la Información, como parte de las políticas de fortalecimiento y consolidación de la democracia, garantizando la participación social plural en los medios.

Dicha política de información y comunicación involucra, necesariamente, los temas de la educación tanto formal como informal, adonde definitivamente deben llamarse las cosas por su nombre, y lo que ahora figura solamente como algunas «competencias» limitadas, acotadas, y que algunos pueden considerar meramente complementarias o accesorias, al saber leer y escribir, pero que en realidad son los ejes articuladores de los curricula educativos en la sociedad de la información:

  • saber que se necesita información,
  • saber dónde buscar la información que se necesita,
  • saber localizarla y recuperarla,
  • usarla respetando la ética y las legislaciones correspondientes
  • transformar dicha información y dicho conocimeinto en beneficios sociales e individuales, efectivos y reales.

Lo anterior será decisivo en la vida cultural y científica del país. Es posible que los jóvenes que integran el movimiento #Yosoy132, ya estén concientes y enterados de todo ésto.

Como parte de estas reflexiones, hoy, reproducimos en este blog, dos notas publicadas en La Jornada: una, relativa a la «exportación» de capital intelectual formado en México, hacia el extranjero, que es un eufemismo para decir que muchos mexicanos, preparados académicamente, huyen de una situación de estancamiento económico, nula inversión en ciencia y tecnología, inseguridad, subempleo, marginalidad, etc.; y la otra, que contiene el posicionamiento de un reconocido científico mexicano -Javier Flores- el cual, conociendo desde su interior, la simulación que representa el «hacer como que se hace» ciencia, en México, señala que este estado de postración, corrupción y dependencia hacia el extranjero en este y otros campos, es el fruto de decisiones tomadas por una «dictadura» que ha castrado, a lo largo de décadas, la creatividad y el potencial científico de nuestra nación. Javier Flores, además, le pone nombre y apellido a los autores de esta política que atenta contra nuestra soberanía como nación independiente: los partidos políticos PAN y PRI.

Si se aúna la preocupación del movimiento #Yosoy132, por el acceso a la información y al conocimiento para todos, con la necesidad de detonar el desarrollo de la ciencia y la tecnología en nuestro país, fortaleciendo el trabajo del Estado y de la sociedad en el campo de la educación, del fomento a la lectura, del desarrollo de un sistema bibliotecario robusto -precisamente en las regiones adonde los niños y los jóvenes enfrentan a diario, solamente, un horizonte de pobreza y de violencia, imitando en lo que cabe el modelo de Colombia-, mediante la provisión de nuevas tecnologías accesibles para todos, el impulso a la creación intelectual en todas sus formas de expresión: literaria, pictórica, musical y audiovisual, estaríamos sin duda en el albor de una futura sociedad del conocimiento en México, cuyo esplendor se alcanzaría tal vez en una década.

Dichosos los ojos que presencien aquello.

¿Cómo podemos mantener viva esta legítma aspiración, esta esperanza, a lo largo de generaciones? #Yosoy132 es un ejemplo.



México, cuarto lugar en exportación de cerebros: UNAM

Al flujo migratorio general, se incorporan personas altamente calificadas, que poseen estudios de posgrado y habilidades excepcionales en las ciencias, la tecnología y el arte.

La Jornada en línea
Publicado: 12/06/2012 10:19

México, DF. Nuestro país ocupa el cuarto lugar en el mundo como exportador de cerebros, solamente por debajo de Gran Bretaña, Filipinas e India. “Ante esta situación, es necesario estudiar a fondo el fenómeno migratorio para tener una visión integral del papel que desempeña el país en la competencia global por atraer recursos humanos”, indicó Camelia Tigau, investigadora del Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN), de la UNAM.

Al flujo migratorio general, se incorporan personas altamente calificadas, que poseen estudios de posgrado y habilidades excepcionales en las ciencias, la tecnología y el arte.

Estos individuos conforman lo que ha sido denominada la Migración Altamente Calificada (MAC), y tienen características diferentes de los migrantes con calificaciones medias y bajas.

“Si se habla de fuga de cerebros, se hace referencia a individuos calificados en quienes el país –en nuestro caso, México– ha hecho una inversión que se pierde con su éxodo”, señaló Tigau.

Asimismo, se ha aceptado últimamente que hay una fuga de cerebros benéfica y otra dañina. La primera impacta en la educación en el momento que sectores de la población buscan instruirse para conseguir empleos mejor remunerados en el extranjero. “En relación con la segunda, el país pierde al invertir en los estudios de mexicanos en el extranjero que no regresan”, explicó.

Es difícil establecer el impacto que tiene la fuga en la educación: no se sabe si ésta mejora con aquélla, lo que resulta indudable es que la diáspora intelectual aún no ha logrado apoyar al país como se quisiera.

En México existe una Red de Talentos Mexicanos (creada a iniciativa del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, de la secretaría de Relaciones Exteriores), cuya influencia, sin embargo, no es significativa.

A partir de esta realidad, la nación debería estar bien posicionada en el mercado mundial de competencias y tener nuevas estrategias para recuperar sus cerebros fugados. “El gobierno supone que sólo los profesionistas en ciencias exactas (tecnólogos y académicos) pueden aportar conocimiento al desarrollo, y no toma en cuenta lo que podrían aportar, por ejemplo, los artistas”, señaló.

En torno al fenómeno migratorio en el contexto de la globalización están, por un lado, las personas muy calificadas que pueden irse a cualquier sitio porque poseen una alta especialización y redes profesionales significativas y, por el otro, aquéllas con muy bajas calificaciones.

“Se debe considerar que no sólo hay fronteras físicas, sino también del conocimiento. Si un migrante no habla inglés es difícil que pueda abrirse paso en un país como Estados Unidos, porque la economía beneficia a quienes tienen más recursos”, afirmó la investigadora.

Desde esta perspectiva es normal que haya migrantes altamente calificados, cuyo tránsito no se ve obstaculizado por ningún tipo de barrera física o del conocimiento.

“La pregunta es qué hacer para que el país se beneficie de ellos. Eso es lo que buscamos. Se advierten iniciativas del Instituto de los Mexicanos en el Exterior y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), pero los resultados tardarán algún tiempo”, reconoció.

La fuga es consecuencia de múltiples y variados problemas, como la violencia, la escasez de empleos, la corrupción, los horarios de trabajo demasiado amplios y la contaminación de las ciudades, entre otros.

En el plano internacional, México posee una alta tasa de migración. Por su ubicación geográfica tiende a ser un territorio expulsor. Es más, cualquier otra nación con un nivel de desarrollo menor, colindante con Estados Unidos, tendría migrantes. Además, se habla de que la Unión Americana y Canadá son imanes de talentos.

“En primer lugar, cuentan con políticas de atracción. De hecho, aunque el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) tiene sus propios mecanismos para otorgar visas a mexicanos, EU no atrae suficientes talentos, de manera que la fuga de cerebros hacia ese país podría aumentar”, añadió la universitaria.

Si bien está acotado el problema, ¿qué se puede hacer para atraer a los talentos fugados, y a otros de diferentes partes del mundo?

Cada uno es un individuo con propia trayectoria de vida, al que se le debería hacer una propuesta atractiva para que decidiera regresar o venir por primera vez. Hay naciones como el vecino del norte, con atractivos para personas altamente calificadas, y también para las menos calificadas.

“Frente a la competencia global por atraer talentos, me parece que México debería tener una visión integral. Instituciones gubernamentales como la Red de Talentos Mexicanos, el CONACyT y el Instituto Nacional de Migración deberían establecer más comunicación entre sí para no perder lo poco que se hace al respecto”, concluyó Tigau.



La nueva política de ciencia y el fin de la «dictadura»

Por Javier Flores*

Hace algunos meses participé en un encuentro internacional realizado en Tenerife, España, que se tituló: Ciencia, entre la democracia y la dictadura, en el que especialistas de diversos países examinaron el impacto de los regímenes dictatoriales –en particular del nazismo, el franquismo y algunas dictaduras latinoamericanas– sobre el desarrollo de la ciencia y la tecnología en naciones de Europa, España y América Latina. Los datos presentados daban cuenta del daño causado por los gobiernos impuestos, que se tradujeron en la persecución de científicos, algunos de los cuales fueron encarcelados o privados de la vida, el cierre de universidades, la emigración de talentos y el retroceso o estancamiento de los sistemas científicos, que les ha llevado varias décadas superar.

Me tocó hablar del caso de México. Debo confesar que el tema me resultó muy difícil, pues, considerando la etapa posrevolucionaria, en nuestro país no se puede hablar propiamente de dictaduras de corte semejante a las encabezadas por Adolfo Hitler, Francisco Franco, Juan Carlos Onganía o Augusto Pinochet. Es más, mis resultados apuntaban a describir un efecto paradójico de esas dictaduras sobre la ciencia mexicana, pues si bien en Alemania, España, Argentina y Chile el daño que se produjo a la ciencia fue tremendo, nuestro país, en cierto modo, resultó beneficiado de las mismas. Explico por qué:

La emigración de talentos producida por el nazismo en Alemania y otras naciones europeas bajo su jurisdicción permitió la llegada a América y, en particular, a México de investigadores muy talentosos, como los que desarrollaron en nuestro país, en ese entonces, el núcleo más importante de la investigación para la síntesis de hormonas esteroides en el mundo.

La expulsión de científicos producto del franquismo, combinada con una política visionaria del general Lázaro Cárdenas, permitió la llegada y asimilación a México de especialistas de primer nivel que contribuyeron al desarrollo de la ciencia en nuestro país, cuya huella sigue siendo enorme. Las dictaduras militares en Argentina y Chile se tradujeron también en la incorporación de destacados científicos de esas naciones a las instituciones educativas y científicas mexicanas.

Entonces surge la pregunta de por qué, a pesar de que las dictaduras señaladas trajeron a nuestro país esos beneficios, México hoy tiene un desarrollo científico y tecnológico por debajo del que actualmente ostentan Alemania, Austria, España, Argentina o Chile, que las sufrieron en carne propia. ¿Cómo es posible que dentro de un desarrollo supuestamente democrático podamos estar peor en la ciencia y la tecnología que quienes padecieron esos regímenes autoritarios?

Para responder a esa pregunta habría que considerar una imagen que tiene dos componentes. La primera: a) baja inversión en ciencia y tecnología, tanto pública como privada; b) escaso número de científicos, producción limitada de nuevos investigadores y carencia de instituciones y puestos de trabajo para absorberlos, y c) consecuentemente, una pobre producción científica (aunque de calidad) y una casi inexistente actividad de innovación y registro de patentes.

El segundo componente es la asfixiante dependencia científica y tecnológica de México frente al exterior, que queda ilustrada por la balanza de pagos tecnológica, siempre con valores negativos y que en 2007 alcanzó mil 389 millones de dólares.

Se trata de una combinación de elementos que muestra con claridad un modelo de desarrollo científico seguido por México no por casualidad, sino de forma deliberada, dentro de regímenes supuestamente democráticos. Pobreza científica y entrega de nuestro país a intereses extranjeros, especialmente a Estados Unidos, nuestro principal socio comercial.

No queda más remedio que coincidir con Mario Vargas Llosa en su célebre declaración en la que definió a México, más que como una nación democrática, como una dictadura perfecta que ha resultado objetivamente más nociva para la ciencia y la tecnología que el nazismo, el franquismo o cualquiera de las dictaduras latinoamericanas a las que me he referido.

Este modelo, que combina el estancamiento científico con el incremento de la dependencia, es el que han impulsado los gobiernos de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional. La única opción que hoy se tiene para acabar con esta dictadura es, en mi opinión, el programa de ciencia, tecnología e innovación del Movimiento Progesista que encabeza Andrés Manuel López Obrador, cuyo diagnóstico y puntos programáticos pueden consultarse en: educacion, ciencia y desarrollo

* Se reproduce el texto integro de la contribución del científico en la edición de hoy del diario La Jornada.



#YoSoy132 Veracruz emite una declaración

A la sociedad veracruzana:

Debido al estado de descomposición social que atraviesa México y por supuesto el estado de Veracruz, nosotros los jóvenes universitarios vamos asumir nuestra responsabilidad a la que nos habíamos ya tardado en hacerlo. ¿Dónde estábamos cuando México nos necesitaba? Pues queremos pedirles perdón, aquí estamos.

Primero que nada, debe quedar en claro que somos apartidistas mas no apolíticos, la diferencia entre uno y otra es muy grande, nadie puede ser apolítico cuando todos los días, en cualquier parte se busca llegar a un acuerdo ya sea para la aprobación de una ley o para decidir qué película se verá en el cine.

Nos da mucha tristeza que a todo movimiento social siempre se le busque asociar con un partido político o con una tendencia perversa. Seguro que los que simpatizan por el Partido Revolucionario Institucional por ejemplo, dirán que atentamos contra su libertad de expresión al manifestar nuestro repudio a Peña Nieto. Y la verdad es que no, porque nosotros los jóvenes no vamos a atacarlos personalmente, ni siquiera estamos diciendo, como suele hacer el PRI, que si no están con nosotros están en contra, ni los amedrentamos ni utilizamos los medios para manipular y distorsionar la información a nuestro favor, ni utilizamos la fuerza pública para reprimir personas y escudarnos en una débil justificación de la preservación del orden como sucedió en San Salvador Atenco en donde quisieron despojarlos de sus tierras.

Por supuesto que respetamos la pluralidad y la individualidad, y que seguramente seguidores de Josefina Vázquez Mota o Andrés Manuel López Obrador querrán colgarse para que así los que resulten afectados, busquen desprestigiar la causa con cualquier pretexto. Nuestra causa no es ningún candidato, nuestra causa es el país y la atención urgente de los problemas, recordarles a muchos de ustedes que, aunque sin conocernos ya nos tacharon de grilleros, cuando nosotros no utilizamos ese lenguaje que tan tristes frutos dio en su momento, el movimiento hace conciencia porque nos dejaron un país herido, descompuesto y sumergido en el egoísmo, el conformismo, en la apatía y sobre todo la codicia de unos cuantos que subordinan a otros más.

Nosotros también repudiamos esta guerra contra el narcotráfico y el autismo gubernamental hacia las víctimas de la violencia, los asesinatos a periodistas, a académicos, a activistas sociales, el compadrazgo político fomentador de la impunidad como el caso de la guardería de ABC y de su verdugo Juan Molinar Horcasitas, el amedrentamiento a cualquier voz crítica y por supuesto, la deshonestidad de cada uno de los gobernantes que todos los días salen hablar de una realidad distorsionada con la que buscan echarse flores, pero no son más que discursos que nadan en el vacío y el autoengaño.

Díganos, ¿Por qué oponerse a un movimiento que basa sus principios en la unión y que aboga por la atención a las problemáticas y la exigencia de un país mejor en el que todos podamos tener equidad de oportunidades?

Por supuesto que no todo son marchas y consignas, pero esas marchas son precisamente el primer paso para no cometer los errores que ustedes, los que no han entendido el espíritu de esto, hicieron con su apatía y su atención excesiva al beneficio personal. Por supuesto que hay propuestas, y una de esas es una libertad de información de calidad y que el Internet sea un derecho constitucional. ¿Esto es un acto de intolerancia o de porrismo, preguntamos?

En cambio, nosotros cuando hablamos de intolerancia, lo externamos como una necedad de rechazo con fundamento débil. Alguien activo y pensante sabe que su verdad es relativa y que ante ésta existe oposición, y no por eso lo niega. Asumirse partidario de algo (no siglas, algo mucho más complejo), no te priva de discutirlo y ser crítico con tu propia elección. El error es que cada quien quiere acarrear agua a su molino y rechazar lo otro. O peor aún, utilizar actos más perversos como el ocurrido en 1968.

Y podrán refutarnos, es que ustedes también quieren acarrear agua para su molino. Y les diremos que no, porque nosotros somos jóvenes y nuestro único molino son los libros, la educación, la búsqueda de un país donde exista una verdadera democracia y no una democracia de compadres fundamentada en el abuso de poder y el abuso de una situación privilegiada para rebajar al otro.

¿Quiénes somos? Somos todas las universidades del mundo en un mismo espíritu, somos todos los jóvenes que tenemos acceso a la Internet y los que no, somos los que cambiamos la comida del día por las copias que exigió el maestro en su clase para el día siguiente, somos los jóvenes que no queremos esa desleal competencia en la que el PRI se refugia para ganar comicios, somos las víctimas de la violencia que dejó Felipe Calderón y el Partido Acción Nacional por su incompetencia, somos los 35 muertos de aquel 20 de septiembre y la soledad que quedó en sus familias, somos el estudiante con maestría que no pudo obtener un empleo porque el puesto ya estaba reservado para un recomendado, somos los periodistas asesinados, Somos Regina Martínez, somos los reporteros veracruzanos sobajados por convenios de publicidad, somos las muchachas desaparecidas en Xalapa, somos los académicos asesinados por sus críticas al régimen, somos José Luis Martínez y José Luis Blanco Rosas, somos los niños calcinados de la guardería ABC y sus padres que aun los lloran en los rincones de sus casas, somos los que repudiamos una izquierda fashion como la del PRD, somos los que sabemos que los diputados no son de los ciudadanos porque se asocian en bancadas, somos Ayotzinapa y sus estudiantes asesinados por sus ideas de la educación universal, somos 1968, somos el movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y la memoria de Nepomuceno Moreno, somos el pueblo de Cherán y sus comuneros asesinados en la búsqueda de autonomía, somos las mujeres violadas en San Salvador Atenco y los asesinados de ese pueblo por policías porque quisieron despojarlos de sus tierras para poner un aeropuerto, somos los que recordamos que Fidel Herrera endeudó al Estado y nos heredó a Los Zetas, somos los que ya no queremos más monopolios como el de Emilio Azcárraga ni mujeres como Elba Esther Gordillo, quien entorpece la educación y amedrenta a sus agremiados para su beneficio y enriquecimiento personal, somos el agremiado que no puede alzar la voz en su sindicato.

Somos el sí pasa algo de un Estado donde no pasa nada. Somos los que nacimos en el error de diciembre y nos convertimos en el acierto del mes de mayo. Somos 132.

Movimiento universitario 132 Veracruz



#Yosoy132 y el advenimiento de una sociedad del conocimiento

Movilizados en torno a demandas -en realidad, desde hace mucho, exigencias irreductibles- muy específicas (democratizar los medios, alentar la competencia real en las telecomunicaciones, rechazo a la imposición de uno de los candidatos por parte del duopolio televisivo conformado en México por Televisa y TV Azteca, garantizar el derecho al acceso a Internet para toda la población, eliminando con ello la brecha digital que mantiene a más de la mitad de la población sin acceso a estos medios), decenas de miles de jóvenes universitarios de todo el país, encabezados por una «masa crítica» que lo detonó todo, de entre los estudiantes de la Universidad Iberoamericana, están retando al país a despertar, a rechazar el control manipulador de los grandes medios masivos de comunicación, usando los instrumentos de su generación: Facebook, Twitter y Youtube.

Con estas herramientas, bien aprovechadas, de su lado, han dado un gran ejemplo de que es posible la acción pacífica y coordinada para expresar posicionamientos de fondo, en calidad tanto de estudiantes como de ciudadanos autoinformados; están haciendo valer su derecho de réplica, ante los afanes de algunos periodistas de canonizar intencionadamente sobre la vida política del país.

¿Cuánto ha cambiado el escenario político nacional en las últimas dos semanas?

No sabemos aún cuánto, pero comienza a notarse la diferencia.

Por lo menos ahora se habla de que las dos grandes televisoras transmitirán en cadena nacional y por sus principales canales, 2 y 13, el segundo debate presidencial que tendrá lugar el próximo 10 de junio.

Un movimiento estudiantil nacional mantendrá en jaque a las televisoras y su comportamiento en la fase final del proceso electoral, a un mes de la fecha definitoria, el primero de julio. El destino próximo futuro del país se juega en las pantallas de las televisiones y de las computadoras de los hogares de la inmensa mayoría de los mexicanos.

La juventud está demostrando tener la capacidad para sacar a México de las tinieblas en la que lo mantenían convenientemente hundido, quienes detentan un poder casi absoluto sobre los medios de comunicación e información.

La trascendencia del movimiento #Yosoy132 estriba en que -aparte de señalar la senda correcta para resolver nuestros ancestrales problemas de desigualdad e injusticia, proponiendo como principales instrumentos de solución, la información y el conocimiento accesibles para todos- concita de inmediato la simpatía y afecto de todos los trabajadores del conocimiento, la educación, el arte y la cultura, que ven en la información y en el conocimiento un bien inapreciable, sustancia indispensable del debate racional, abierto, plural, fundamentando, que debe dar sustento y claridad, sobre todo a las decisiones y acciones de gobierno, a todos los niveles, en una sociedad verdaderamente democrática. Esta simpatía se afianza, además en el hecho de que son los jóvenes de este país los que buscan la construcción de mejores condiciones de vida, es decir, porque se trata del futuro del país clamando por definir su propio ser futuro.

Los universitarios han hecho gala de visión crítica, enfrentando incluso los argumentos de quienes por medio del avasallador poder de la televisión, pretendieron presentarlos como un pequeño grupo de «acarreados» y «manipulados». De inmediato aparecieron en Youtube, 131 de ellos, dando la cara, con credenciales de estudiante en mano, exhibiendo un inmenso valor civil ante un poder que no es ajeno a la persecución y la represión.

En su acción más reciente, estos jóvenes profesionistas admirables, están convocando a miles de universitarios a ser observadores electorales, para evitar que un nuevo fraude electoral afrente aún más a este gran país.

El movimiento estudiantil que se declara apartidista, pero no apolítico, está creando brechas insospechadas en el poder de manipulación de los medios masivos de comunicación, obligándolos a abrir los micrófonos y dirigir sus cámaras a  sus peticiones y demandas, que pueden alterar para siempre la forma de hacer política en México.

Los estudiantes de la generación Internet, sometiendo a la razón a los medios, están generando condiciones propicias para detonar el diálogo entre todos los ciudadanos de este país.

Es indudable que no puede sostenerse por más tiempo el monopolio virtual de la comunicación de masas en México, con solo dos operadores prácticamente todopoderosos que con su programación «educan», «definen» o «moldean» la opinión pública de grandes sectores de la población que, por distintas razones, están alejados de la lectura y de los medios alternativos de información que ofrece la red Internet.

La frescura, originalidad y fortaleza del movimiento #Yosoy132 está fuera de toda duda. Es una bocada de aire renovador que puede limpiar la atmósfera de prácticas políticas viciadas, autoritarias, cupulares y elitistas, que ignoran por completo a la sociedad, cuando se trata de tomar decisiones graves sobre economía, seguridad, educación o la cultura, ignorando la opinión y el sentir de la mayoría de los mexicanos.

Habrán que seguir atentamente esta revuelta juvenil y estudiantil que puede inflamar con las mismas aspiraciones democráticas, a otros sectores amplios de la sociedad, en demanda del derecho a la información como una condición indispensable de toda sociedad moderna y democrática.

El movimiento #Yosoy132 que ha tomado a México, a las televisoras y a los políticos por sorpresa, prefigura lo que podría ser el advenimiento de la sociedad del conocimiento en nuestro país.



Estudiantes de la Universidad Iberoamericana dan ejemplo de civismo y responsabilidad política

A pesar de que los medios masivos de comunicación minimizaron las protestas de los estudiantes de la Universidad Iberoamericana ante la visita de Enrique Peña Nieto (candidato priísta-verde ecologista, a la presidencia de la República), y no obstante que Arturo Escobar, vocero del Partido Verde, los acusó de ser acarreados y manipulados, responden públicamente a dichos señalamientos, mediante un video viral en Youtube.



El «fenómeno» Julia Orayen, registrado por Google Trends

Volumen de noticias y volumen de búsquedas, según Google Trends, por el concepto -en azul- «Julia Orayen», la edecán ex-playmate, contratada por el Instituto Federal Electoral (IFE) para aparecer unos segundos, en el primer debate entre candidatos a la presidencia de la República.
En la gráfica aparecen los volúmenes de búsqueda de Enrique Peña Nieto en rojo, de Andrés Manuel López Obrador en verde, y de Josefina Vázquez Mota en naranja.
La respuesta generada en términos de búsquedas, tanto por la figura de la señorita como por el escote de su vestido, se aprecia a lo largo de los días posteriores al debate, superando por casi seis veces las búsquedas generadas por los respectivos candidatos y sus intervenciones.
No extraña que haya analistas que consideren que en la producción del debate, a cargo del Instituto Federal Electoral (IFE), haya predominado una visión cabaretera del proceso electoral y un mínimo, o nulo, respeto por la inteligencia del electorado mexicano.
¿Es confiable una institución que organiza un debate con un elemento distractor de semejante magnitud?
México descendió 15 lugares en 2011, a la posición 72, de la 57, de entre 187 países adonde UNESCO realiza la estimación del Indice de Desarrollo Humano.


Google Trends como indicador del interés de los internautas en el proceso electoral 2012

La gráfica que se muestra arriba corresponde a un comparativo en el sistema de tendencias de búsqueda de Google, Google Trends y que, en este caso, compara el volumen relativo de búsquedas y el volumen de noticias publicadas en la red para los siguientes personajes:

– en naranja, Andrés Manuel López Obrador, candidato del Movimiento Progresista a la presidencia de la república;

– en azul, Enrique Peña Nieto, candidato del PRI-Verde ecologista,

– en rojo, Chicharito, el jugador mexicano de futbol y

– en verde, Josefina Vázquez Mota, candidata del PAN

De las dos gráficas, puede interpretarse que ha habido mucho más noticias publicadas en Internet, tanto sobre Enrique Peña Nieto, como sobre Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri; sin embargo, por cuanto al volumen de búsquedas, es observable el pico alcanzado por las búsquedas por AMLO, incluso sobre las búsquedas por Peña Nieto, en razón del primer debate organizado por el IFE -6 de mayo de 2012.

El pico más reciente, adonde las búsquedas por Enrique Peña Nieto rebasan ligeramente las búsquedas por AMLO, se deben probablemente a las notorias protestas estudiantiles que el primero enfrentó cuando visitó la Universidad Iberoamericana -privada-, adonde se cuestionó su papel en la represión de los pobladores de San Salvador Atenco en 2006.

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=xlqS1abNCkw&w=450&h=259]

La gráfica, que se puede regenerar en cualquier momento, actualizada, haciendo click aquí, brinda más información que sería de interés analizar. Como por ejemplo el origen geográfico de las búsquedas, adonde destaca la ciudad de Xalapa, Veracruz, solamente después de Naucalpan, en el Estado de México.

En la siguiente gráfica se agregó a la comparativa el nombre de Gabriel Quadri, en azul oscuro, para que no se cree la impresión de que se le discrimina por el reducido tamaño de su electorado potencial.

Esta última gráfica puede consultarse actualizada, aquí.