Claudia Peralta Vázquez
El investigador del programa de Doctorado en Análisis de la Conducta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carlos Bruner, expresó que aunque la conducta humana pueda parecer indescriptible e inexplicable, no es difícil comprender su origen y las variables que la controlan ya que sigue leyes sencillas y accesibles.
«Realmente son variaciones de un par de temas fáciles de aprender que pueden llegar muy lejos en las manos apropiadas», dijo al dictar la conferencia «Recobrando la magia del análisis experimental de la conducta», en el XXV Congreso Mexicano de Análisis de la Conducta.
Bruner comentó que los principios básicos del análisis de la conducta son suficientes para predecirla, explicarla y controlarla.
«No creo que los modelos matemáticos, la teoría evolutiva o la economía puedan contribuir al desarrollo del análisis de la conducta», manifestó ante estudiantes, profesores y público en general.
Los modelos matemáticos no son propios de nuestro enfoque porque nosotros somos inductivistas, añadió. «Cualquier cosa que se diga sobre la evolución de la conducta es bastante gratuita».
Aseveró que la magia de la psicología se basa en comprobar que efectivamente la conducta de los organismos sigue leyes sencillas y accesibles. Bajo esta perspectiva, destacó que el objetivo de su exposición es despertar en los estudiantes el entusiasmo por el estudio de una psicología científica: «Creo que los universitarios se han vuelto apáticos e indiferentes y dan por sentado los enormes logros de la psicología y de nuestra disciplina».
Expresó que mucho se podría recuperar si se viera a los animales haciendo cosas novedosas, igual que a los niños y adultos en cualquier escenario donde se apliquen los principios del análisis de la conducta. «De esta manera se recobraría la sensación de asombro, la maravilla que es tener un enfoque de la psicología que nos dé resultados tangibles».
Resaltó que la industrialización de la ciencia le roba algo de magia a la psicología de utilidad práctica, que lo mismo se aplica en la educación de los niños, enseñándoles habilidades de autocuidado, como lavarse los dientes y vestirse. De igual forma, se implementa en la enseñanza de la escritura y aritmética.
Con una experiencia de 45 años en el estudio de esta rama, Carlos Bruner sostuvo que durante este periodo las personas han cambiado sus formas de comportamiento. «A mí en lo particular no me llama la atención esta serie de cambios porque siempre son el resultado de los mismos principios».
El investigador de la UNAM también dio a conocer que han tenido la ventaja de analizar el comportamiento humano a través de estudios de laboratorio aplicado en ratas.
En ese espacio se simplifican las cosas, controlan variables, temperatura, sexo de las ratas, cantidad de ruido que les llega, se emplean computadoras y aparatos automáticos.