Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



El costo de la ignorancia

«No invertir en ciencia es lo que llamo el costo de la ignorancia. La ignorancia es mucho más costosa que el conocimiento. Entiendo que por ignorancia en este país no somos capaces de producir muchos bienes de capital, por esto tenemos que importar la mayoría de los aparatos electrónicos, los materiales de curación y medicamentos, maquinaria, textiles, etcétera. Lo hacemos porque no sabemos cómo fabricarlos. Estamos pagando al extranjero la importación de bienes de capital y las regalías por el uso del conocimiento. Por ignorancia, vendemos nuestras riquezas naturales en crudo, como el petróleo, los minerales, la madera, los productos del mar, etcétera. Prácticamente los regalamos, porque no tenemos en México la tecnología para transformarlos. Ese es el costo de la ignorancia, también lo vemos en muchos aspectos de la cultura, por ejemplo, en la importación de música, libros, filmes, objetos de arte, etc., porque no los podemos crear aquí. México paga, por ignorancia, un costo enorme y, sin duda, de continuar así hipotecaremos nuestro futuro. Este es un ejemplo dramático, pero el mejor dinero que podemos invertir en nuestro país es [el que invertimos] en la educación, formar personas bien preparadas y educadas que puedan ayudar al país. A veces, me asusta ver la enorme cantidad de nuevos mexicanos que están condenados a no tener una buena educación, o a no tener ni siquiera educación. Me preocupa que ésto se vaya a traducir en el futuro en un problema enorme para este país. ¿Cómo vamos a hacer que estas personas reciban muy buena educación?». Antonio Gómez Nashiki. La ciencia, base de la riqueza. Educación 2001. Revista mexicana de educación.