Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



El Referencista No. 7, descarga el boletín electrónico de la DGBUV

La Dirección General de Bibliotecas de la Universidad Veracruzana publica trimestralmente un boletín electrónico llamado El Referencista. Su objetivo es contar con una publicación electrónica para la difusión y diseminación de información sobre recursos y servicios del sistema bibliotecario universitario, así como textos de interés general sobre bibliotecas, los libros, la lectura, la alfabetización informacional y la sociedad de la información y el conocimiento. Se espera que la información publicada en el boletín, sea de utilidad para los estudiantes, docentes e investigadores universitarios y para el público interesado en general.
En fecha reciente se ha agregado el número 7, de este boletín, a la oferta pública de información que hace esta dependencia. Esperamos que encuentren de interés los contenidos de ésta edición.

Enlaces a números anteriores:
1, 2, 3, 4, 5, 6



Lectura 2.0

Leer en la pantalla de la computadora es algo que hacemos cada vez con más frecuencia. Lamentablemente, todavía hay una enorme parte de la población, la mayoría, que no conoce y puede beneficiarse del uso de redes como Internet, o la World Wide Web, para ser más precisos. El acceso a noticias e información que se actualiza prácticamente minuto a minuto es una experiencia fascinante, conmovedora y que necesita gestionarse de alguna forma. En el lapso de unos pocos minutos uno puede tener disponibles 10 0 12 ventanas con información de interés, y acabar leyendo solamente algunos fragmentos de cada una. Es tal el caudal de información que apenas da tiempo de agregar a los favoritos aquello que resulta más interesante y, en el mejor de los casos, hacer alguna nota. Si los intereses del lector son diversos, variados, la red se vuelve un verdadero manantial de novedades y de información de fondo, de artículos o ensayos que ameritan una lectura cuidadosa, que pocos hacen. Pensé en el título Lectura 2.0, para esta nota, porque indudablemente el auge de las comunicaciones electrónicas, el acceso a contenidos multimedia, nos permite realizar una clase de lectura que yo llamaría enriquecida. Por ejemplo, leyendo acerca de un tema como la fotografía, puedo ir a Flickr, o leer la excelente página de Ken Rockwell, o tener la última información disponible del mercado de tecnología fotográfica digital en Dpreview. Pero también puedo encontrar la entrada correspondiente a Henri Cartier-Bresson en la Wikipedia y enterarme de que muy recientemente el MOMA ha presentado una parte de sus maravillosas fotografías. También puedo ver videos en Youtube que habla sobre la técnica fotográfica, el arte de la iluminación y ver revisiones en vivo de los últimos equipos.
Todo ésto puedo hacerlo mientras hago una búsqueda entre libros electrónicos sobre aquellos que versan sobre la fotografía y encontrar una variedad de títulos, desde los que exponen la fotografía en blanco y negro, la de paisaje, la de retratos. Puedo ver una línea del tiempo sobre la evolución del arte y la ciencia fotográfica y conocer más sobre los tipos de cámaras y sensores, así como las características ópticas que distinguen a una lente gran angular de un telefoto, de una lente macro. Por si lo anterior no fuera suficiente, puedo descargar a mi computadora programas que me permiten trabajar de una manera increíble con fotografías digitales, o usar directamente algunas herramientas fotográficas en línea. De pronto, en algunas pocas horas o un par de días, puedo conocer las generalidades que tal vez tomaron, varios meses o incluso años, aprender a otras personas, antes del advenimiento de la red. La lectura en pantalla tiene otras ventajas sobre la búsqueda de fuentes impresas: puedo manejar un número mucho mayor de fuentes de lectura en la red que en papel, puedo dejar un rastro de lo que he venido leyendo casi de forma automática, y puedo descargar y preservar gran parte de la información consultada, en forma de archivos. En cambio, ubicar e integrar un repertorio de lecturas impresas es un proceso que toma más tiempo y que puede involucrar algunos costos, la transcripción de fragmentos de la información es un proceso que toma más tiempo, a menos que se cuente con la tecnología de digitalización adecuada. (Por cierto, un uso que le he dado recientemente a mi teléfono equipado con una modesta cámara de 1.2 megapixel, es que fotografío la pasta de algunos libros, e incluso de páginas en interiores, lo que es mucho más económico que fotocopiar y aunque la imagen almacenada no es la mejor, permite que la información pueda leerse, tiempo después). En cambio, con una conexión adecuada a la red y un equipo de prestaciones modestas, tengo al alcance de mis manos literalmente una biblioteca mundial.
De alguna manera, a la Lectura 2.0 parece aplicarse a ese principio proverbial que reza «al que tiene se le dará más y al que no tiene, lo poco que tiene se le quitará». Menciono lo anterior, porque para poder hacer ese reconocimiento de un tema en la red, es preciso y fundamental contar con alguna información previa, ya sea como resultado de lecturas, noticias, videos o charlas. Sin ese bagaje previo, la consulta de la red seguramente no brinda resultados tan interesantes y nos quedamos únicamente con alguna información general en la superficie del tema.
El meollo de la Lectura 2.0, me parece, es que hay que aprender a usar esta vasta biblioteca digital y para ello debemos atravesar un proceso que los bibliotecarios denominamos «alfabetización informacional«. Una persona alfabetizada en información encontrará que hay muchas más cosas que aprender, descubrir y probar empleando un medio como la red, y que ello puede hacer la diferencia entre una vida limitada a algunos pocos estímulos intelectuales de la vida cotidiana, y una vida en la que los asuntos que pueden resultar de interés y de impacto en la vida personal son tantos que el tiempo literalmente se desborda. Pero esta lectura enriquecida, a la que llamaremos provisionalmente Lectura 2.0 necesita anclarse en algo más que los propios recursos en la red. Necesita de la vida real. Hay un ciclo que retroalimenta lectura y experiencia. A mayor lectura, podríamos decir, se incrementa la capacidad para ver en profundidad y detalle la experiencia y viceversa, en la medida en que vamos viviendo y experimentando y resolviendo nuestras situaciones vitales, la lectura cobra un alcance y una perspectiva inusitada, que definitivamente nos enriquece. La Lectura 2.0 nos abre nuevos retos y desafíos que tienen que ver con nuestra capacidad para asimilar, comprender y respetar otras culturas, y revisar con una mayor riqueza de elementos nuestra propia cultura, ver sus inconsistencias y fallas, aquello de lo que carece y a la vez sus grandes fortalezas. Los invito a aprovechar la plétora de recursos que están disponibles en la red para acrecentar su experiencia y a aprovechar su experiencia para sacar el mejor partido de todo lo que está disponible en la red.

Foto: Henri Cartier-Bresson, publicada en guardian.com.uk.



Bases de datos que contienen información personal de millones de mexicanos están a la venta en 12 mil dólares en el barrio de Tepito.

Esta nota, que circula ya en estos momentos en el portal de El Universal, no tiene desperdicio y es un reflejo de la fragilidad de nuestro «estado de derecho».

«Por 12 mil dólares dan información a (sic) 2009 que recaban los gobiernos; la han adquirido tanto grupos del crimen organizado como agentes policiacos

«EL UNIVERSAL comprobó que en tres memorias externas, cada una de 160 gigabytes, el comprador recibe el padrón electoral de todo el país, el registro de todos los vehículos y de licencias de conducir, entre otros “productos”.

«La información la han adquirido tanto grupos del crimen organizado como agentes policiacos que la utilizan para trabajar, ya que en sus corporaciones no tienen esa disponibilidad de datos.

«Un agente que tiene los datos en su poder explicó: “Cuando le comentamos al jefe de grupo que se estaba vendiendo, nos cooperarnos para comprarla, cada uno de nosotros puso 10 mil pesos, porque la verdad agiliza el trabajo”.

«Mencionó que uno de los archivos, denominado “Casetas Telmex”, con los números de todos los teléfonos públicos del país, les permite rastrear llamadas relacionadas con secuestros o extorsiones, un trámite que les tomaría unos cinco días, si lo hacen ante la compañía.

«Otro archivo incluye datos de las policías del país, con fotografía de sus elementos, número de placa y el lugar donde están adscritos.

«El agente consultado advirtió del riesgo de esta última información: “Los delincuentes ya saben con quién llegar, a quién amenazar, pues cruzando datos con la lista del padrón [electoral], obtienen hasta sus domicilios y ubican a su familia, para presionarlos”.

«La información que se adquiere contiene también la identificación de todo el parque vehicular del Servicio Federal, donde está incluido el transporte de carga. Ahí se detallan marca, modelo, placas y tipo de carga que transportan, desde electrodomésticos y abarrotes hasta material explosivo y las rutas.

«Especialistas del Instituto Nacional de Ciencias Penales y de la Universidad Autónoma Metropolitana reconocieron que las bases de datos almacenadas por el gobierno no son 100% confiables debido a la falta de control, que las hace vulnerables a robos y fugas de información.»



¿Quién lee para llegar al final…?

«¿Quién lee para llegar al final, por deseable que éste sea? ¿Acaso no hay ocupaciones que practicamos porque son buenas en sí mismas, y placeres que son absolutos? ¿Y no está éste entre ellos? A veces he soñado que cuando llegue el Día del Juicio y los grandes conquistadores y abogados y estadistas vayan a recibir sus recompensas -sus coronas, sus laureles, sus nombres grabados indeleblemente en mármol imperecedero-, el Todopoderoso se volverá hacia Pedro y le dirá, no sin cierta envidia cuando nos vea llegar con nuestros libros bajo el brazo: ‘Mira, ésos no necesitan recompensa. No tenemos nada que darles. Han amado la lectura'».
Virginia Woolf



PublicACTA – La Declaración de Wellington (Nueva Zelanda)

ACTA (Acuerdo Comercial Antipiratería) es un tratado internacional controvertido, que impactará los derechos de los habitantes del planeta en cuanto al uso de recursos digitales, y ha sido negociado de una forma carente de transparencia. PublicACTA es un movimiento organizado por InternetNZ de manera que un público más amplio pueda conocer y aprobar, en su caso, las propuestas de ACTA.

La «Declaración de Wellington» señala que los tratados de propiedad internacional de ámbito mundial no se deberían realizar a puerta cerrada y en salas neblinosas por el humo, sino a plena luz del día y con la participación pública en la Organización de Naciones Unidas, donde se suelen suscribir habitualmente los acuerdos sobre propiedad intelectual. La ONU reconoce y permite participar a organizaciones no gubernamentales, periodistas y representantes de países pobres, mientras que el ACTA solo abre sus puertas a países ricos y grupos de presión de empresas poderosas.

Este Tratado Comercial Anti-Falsificación, negociado en secreto, podría:

* convertir a los operadores de Internet en policías privados del copyright

* imponer penas desproporcionadas e injustas para usuarios y consumidores

* dañar el acceso a medicinas y al conocimiento básico en países pobres

* obstaculizar la innovación

* establecer una forma anti-democrática de crear políticas públicas que ignoran a los Parlamentos y los Senados

PublicACTA está recopilando firmas de apoyo a la Declaración de Wellington en el enlace siguiente:

Apoyo a la Declaración de Wellington



El caso del RENAUT y el subdesarrollo nacional

Y resultó que en nuestro país, aparte de que los consumidores pagan tarifas telefónicas -por las líneas fijas y las celulares- de entre las más caras del mundo, además, tuvieron que a) dar de alta su Clave Unica de Registro de Población (CURP) en una base de datos gubernamental, y en caso de no contar con ella, tuvieron que realizar otra transacción por la red para obtenerla; aunado a lo anterior, esos mismos consumidores, ahora tendrán que b) verificar, mediante la presentación de la documentación correspondiente, los datos de su identidad asociados a su CURP y a su línea celular.
Al menos así se presenta públicamente el funcionamiento del llamado RENAUT (Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil), para cumplir así con lo establecido en el Acuerdo Nacional para la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, cuyo propósito es:
«Regular el registro, establecimiento y acceso a bases de datos de los equipos de telefonía móvil y fija, así como el acceso a la información sobre la ubicación física de los móviles en tiempo real, en los casos en que sean aparatos y números telefónicos relacionados con actividades delictivas.».
Quienes no cumplieron con la obligación de registrarse, tras un año de plazo para hacerlo, verán suspendido su servicio de telefonía móvil en las horas siguientes. Casi 25 millones de usuarios quedarán sin el servicio, por esta omisión, y eso que nuestro país cuenta con una cobertura de telefonía celular, apenas un poco superior a la de Perú. ¿Cómo quedará la cobertura, después de la aplicación de ésta medida? ¿Tendremos la cobertura más baja de Latinoamérica?
Supuestamente, se pretende combatir el delito y la extorsión vía telefónica mediante esta medida. No obstante, se difunde por la red información en el sentido de que habría personas que habrían usado una CURP distinta a la propia, para hacer el registro sin que, por parte de las autoridades encargadas del Registro, mediara proceso de validación alguno.
Es decir, el RENAUT ha sido alimentado, en un número de casos por determinarse, con información incorrecta, y el sistema en que se basa el registro no resultó capaz de evitar esas distorsiones informativas.
Entonces ¿qué confiabilidad -y, en última instancia, utilidad- puede tener un registro semejante?
Por otra parte ¿qué garantías tiene la población de que la información registrada en el RENAUT, no será utilizada por terceras partes para el marketing de todo tipo -comercial, político- o incluso para la comisión de los delitos que, supuestamente, querían evitarse? ¿Tiene esto algo que ver con la eventualidad, en el año 2012, de un proceso electoral adonde la votación sea precisamente a través de los teléfonos celulares? Esto es algo que por ahora no se menciona.
A todas luces, con el RENAUT se esta propiciando una situación de mayor caos en las telecomunicaciones, y de mayor desconfianza entre la población.
Lo que se propusieron hacer las autoridades en turno fue algo equivalente a que el gobierno de Estados Unidos obligara a toda su población a dar de alta el número de serie del software de Microsoft que utiliza para sus actividades profesionales o comerciales, para combatir el terrorismo. ¿Quién podría validar la confiabiabilidad e integridad de un volumen de información semejante?
Por si lo anterior no levantara suspicacias, baste decir por último que los encargados del RENAUT tomaron la nada juiciosa decisión de usar un contador falso -un script que simulaba un «incremento» en el número de usuarios que realizaban su registro- para dar la impresión de que se estaban registrando los más de 80 millones de celulares que hay en el país.
Consideren los lectores con detenimiento todo ésto, ante el todavía fresco Caso Gürtel, en España, un país adonde aparentemente las instituciones encargadas de administrar la justicia funcionan mejor -al menos, mejor que aquí, adónde menos de 1 por cierto de los delitos denunciados (que son menos del 3 por ciento del total de delitos cometidos efectivamente y que aparentamente nunca se reportan) llegan hasta la emisión de una sentencia y la aplicación de la justicia-, un caso en el que hubo acciones de espionaje telefónico, dobles contabilidades y casos de extorsión, supuestamente a manos de, o por instrucciones de, algunos miembros prominentes del Partido Popular, representativo de la derecha española.



iPad, reinvención de la magia

Existen pocas cosas tan mágicas como estar absorto en la lectura de una novela impresa, un cuento, un gran ensayo, un relato o un poema -así sea en las ediciones impresas más humildes- y estar presente a la vez ante los hechos y las emociones descritos o sugeridos con sensibilidad e inteligencia por un buen escritor. Escribir así, de tal forma que al leer vuelva a ocurrir toda esa gran invención de nuevo -pero no exactamente esa-, en la cabeza del lector, es algo que bien podemos llamar magia.

El día de antier, como ha sucedido en otras muchas ocasiones, centenas, miles de adeptos a la tecnología Apple y sus encarnaciones aguardaron pacientemente en largas colas frente a las tiendas de la empresa, para ser los primeros en entrar y adquirir un iPad.

Sí, estoy seguro de que la gran mayoría de los lectores conocen ya los famosos iPad. En una entrevista reciente con Steve Jobs (el padre de Apple, de Next, de Pixar, de las computadoras Apple y de las Macintosh, del iPod, del iPhone y ahora también del iPad) al referirse a la forma en que se interactúa con el iPad, afirma que esa interacción bien puede calificarse como «mágica».

En su momento -a mediados de los 80- también fueron mágicos los iconos, los menús de persiana, el curso y el ratón, los elementos de las primeras interfases gráficas de usuario en las primeras computadoras Macintosh. La transición de la interacción entre el hombre y la computadora a través de comandos escritos en un teclado, a la interacción inmersiva, visual y gráfica de señalar y hacer click o hacer click y arrastrar, le dieron un vuelco insospechado al uso de las computadoras, haciéndolas mucho más fáciles de usar para las personas comunes y corrientes y sin conocimientos avanzados de programación, o de los comandos propios de los sistemas operativos.

De nueva cuenta, en nuestros días, Apple es capaz de dar un giro de 90 grados, que no de 180, a la industria de la informática. Sobre la senda de éxito ya probado con el iPod y el iPhone, dispositivos que incorporaron interfaces táctiles y multitáctiles, ahora Apple se posiciona con una superioridad tecnológica clara, no solo frente al Kindle de Amazon y otros lectores multimedia portátiles, sino también frente a la oleada de miniordenadores portátiles o netbooks con que empresas como Dell, HP y Toshiba están literalmente inundando el mercado, y frente al mercado global de la telefonía celular y móvil.

La cota establecida por Apple con el iPad, sin embargo, es una cota muy alta, a la que procurarán ascender otras empresas o incluso grupos de empresas, que deberán integrar conocimientos y tecnología que han ido elaborando de forma mayormente separada.

La ventaja de Apple aquí, es que conoce su tecnología de principio a fin, el hardware, el software y la parte humana, y está poniendo en movimiento toda su experiencia bajo la forma de una magistral jugada.

El tiempo dirá si, más pronto que tarde, las computadoras a las que estamos acostumbrados nos parecerán ridículamente estorbosas y primitivas, cuando frente a nuestros ojos reposen únicamente pantallas multitáctiles no de 10 pulgadas, sino de 20 o 30 pulgadas o aún más, con una gloriosa calidad visual y con despliegues bi dimensionales y tri dimensionales de la información, de acuerdo a las necesidades de visualización del usario.

Los nativos digitales, aquellos que han nacido de la mano de las nuevas  tecnologías de información y de la red Internet, encontrarán como lo más natural, que con la acción de un dedo, puedan señalar, abrir un enlace, ampliar una imagen o cerrar una ventana.

La lectura de textos, hipertextos e hipermedios, en estos nuevos bardos tecnológicos será entonces, acaso, doblemente mágica.