Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



2011 es el Año Internacional de la Química

México es un país con generosos recursos naturales y minerales, por ello cuenta con una importante tradición, que data de la época prehispánica, en el manejo de diversas sustancias y compuestos químicos de origen mineral y biológico.
En la actualidad, nuestra dependencia en ciencia y tecnología, nuestra escasa investigación científica, en ciencias como la química particularmente, nos colocan en una situación ominosa de cara al futuro.
Pese a recursos como el petróleo y la plata, y a la gigantesca farmacopea natural con que nos dotaron los procesos geológicos, climatológicos y ecológicos en el subsuelo y superficie del territorio nacional, somos un país exportador de petróleo crudo, que paradójicamente importa casi la mitad de las gasolinas que demanda el consumo nacional; una enorme tajada de la industria de la plata está en manos de un holding, concentrador de la segunda fortuna más grande de México, sólo después de la de Carlos Slim Helú; y con respecto a la herbolaria, la biopiratería que realizan universidades (como de la Georgia, en Estados Unidos) y farmaceúticas extranjeras, no sólo de las especies de plantas que los indígenas mexicanos utilizan para curarse, sino incluso de las técnicas de preparación terapéutica de las mismas, han sido denunciadas en diversas ocasiones.
Por otro lado, los recursos financieros de nuestro sistema nacional de salud son parasitados, mediantes prácticas de colusión para la fijación de precios exagerados, por parte de diversas farmacéuticas.
Este 2011, la American Chemical Society ofrece a los usuarios de Internet un portal llamado Química para la Vida, en el cual se aborda cada día un aspecto o tema específico dentro del vasto campo de interés de esta ciencia. En nuestro país, la UNAM dio a conocer una serie de eventos que realizarán para divulgar los aportes de la química al mundo moderno.

Con respecto al acervo de las bibliotecas universitarias, relacionado con el campo de la química, existen casi 300 libros sobre una de sus ramas especializadas que es de sumo interés, por sus implicaciones para el medio ambiente y la salud, la toxicología.

Cabe advertir que de 2009 a la fecha únicamente se han incorporado a las bibliotecas universitarias, seis obras sobre dicho tema, a saber:

  1. RA1226 W54 2010, Wildlife toxicology : emerging contaminant and biodiversity issues, de Kendall, Ronald J., ed.
  2. RA1211 R46 2009 Toxicología fundamental de Repetto, Manuel.
  3. RA1211 C375 2008 Casarett and Doull’s toxicology : the basic science of poisons de Casarett, Louis J.
  4. RA1211 B37 2008 Medical toxicology of natural substances : foods, fungi, medicinal herbs, plants, and venomous animals de Barceloux, Donald G.
  5. RA1215 M36 2008 Manual de toxicología para médicos de Harris, Carson R. edit.
  6. GE140 E57 Ensayos toxicológicos para la evaluación de sustancias químicas en agua y suelo : la experiencia en México de Ramírez Romero, Patricia.

No obstante, la Biblioteca Virtual de la Universidad Veracruzana permite consultar casi 40 títulos de publicaciones periódicas especializadas, la mayoría a texto completo, en el ámbito de la toxicología.

Por su parte, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) ofrece una bibliografía sobre sustancias tóxicas.



México está fuera de la sociedad del conocimiento: José Narro Robles

¿Qué se necesita para ser una sociedad del conocimiento? Las respuestas son varias, se responde el rector de la UNAM, José Narro Robles. Pero existen tres puntos indispensables, define, a los que México aún aspira a llegar con plenitud.

Ciudadanos educados, acceso al conocimiento y producción de éste, todas resultado de un tema nuclear: educación. “Cuando revisamos estos tres temas nos ubicamos para ver que no estamos dentro, que México no se ha insertado en la sociedad del conocimiento”, enfatiza el rector de la máxima casa de estudios.

Si bien reconoció que ha habido avances, no deja de ser preocupante que el país tenga una población con el nivel educativo de nueve años como promedio, que el rezago educativo alcance a 33 millones de mexicanos y que existan seis millones de analfabetas.

“Eso nos hace vulnerables para incorporarnos a esta nueva sociedad del conocimiento, como tampoco a la economía del conocimiento, y que nos acompañará en las próximas décadas”.

Durante la presentación de la Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales, editada por la UNAM y Siglo XXI, Narro Robles puntualizó que lo anterior es parte de la realidad nacional, traducida en un problema y “si uno quiere resolver un problema tiene que tener un buen  diagnóstico”.

DESGLOSE. Primer punto: “ciudadanos con la preparación y el manejo esencial del conocimiento que ha generado el ser humano”. Para lo que el universitario recuerda que la educación en todo su conjunto sigue siendo una tarea pendiente, un rezago histórico ligado a la pobreza y desigualdad, con la exclusión de indígenas y mujeres.

“Algún día habrá que plantearse el gran reto de decir ¡basta!, al analfabetismo, al nivel tan bajo de educación”, en un país en el que los tomadores de decisiones ya serán más políticamente incorrectos, pero que seguirán en el país del discurso y no de los hechos.

Dos: “la posibilidad de contar con acceso a la información del conocimiento, requerimos de su disponibilidad”.

La preocupación reside en que “no hemos podido resolver el acceso democrático al conocimiento, no usamos la tecnología para ponerlo a la disposición a la sociedad de la mejor forma, en sus múltiples variantes”.

Tres: “mecanismos para generar conocimiento”. Que no se cumple a plenitud en buena medida por la escasa inversión que se hace en ciencia y tecnología.

“Invertimos una tercera parte de lo que Brasil, diez menos que Suecia o Israel  ¿por qué nosotros no podemos mejorarla?”.

El rector de la Universidad refiere que México tiene la economía para destinar mayores montos al ramo y a la educación y su cobertura; cuenta con la infraestructura e investigadores para absorber productivamente a la inversión que se haga en ciencia.

“En tanto nuestra producción científica, reflejada en aportaciones y artículos, es ‘limitada’ por utilizar una palabra diplomática”.

Al finalizar su participación, José Narro citó un discurso del presidente uruguayo José Mujica el año pasado, quien refería que “la educación no era si no el puente entre el pasado y el futuro, por lo que había que hacer una inversión fuerte”, en buena medida por el compromiso con las próximas generaciones. No hay más, “al país le conviene invertir más en educación”.

Una enciclopedia fundamental

Autoridades de la UNAM, así como de educación presentaron la Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales, editada por esta casa de estudios junto con Siglo XXI.

Concebida originalmente como una obra para el bachillerato de la Universidad Nacional, se convirtió en una publicación para toda la sociedad. Si bien se contarán con ejemplares en el nivel medio superior y superior de la UNAM, el rector José Narro refirió que con apoyo de la SEP y la ANUIES, pueda hacerse asequible a más instituciones del nivel básico y otras universidades.

“Esperemos se sumen a la tarea para difundirla en las bibliotecas de nuestro país y al conjunto de nuestra sociedad”, dijo. “Todas las bibliotecas del país deberían tener una enciclopedia como ésta. Invitamos al subsecretario de Educación Básica, Fernando González Sánchez, para que considerara la posibilidad de acceso a escuelas del nivel básico y bachillerato”. Al respecto, el funcionario acotó que buscarán que cada secundaria del país cuente con una colección.

En tanto, la UNAM tendrá el objetivo de hacerla llegar a casa de todos los universitarios, entre docentes y administrativos además de su comunidad estudiantil, agregó Narro Robles.

La Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales, conformada por cinco volúmenes que reúnen 13 disciplinas, participaron casi un centenar de expertos. Cuenta con casi tres mil 800 páginas y “constituye un material invaluable para fomentar el saber interdisciplinario”.

El proyecto surgió en el rectorado de Juan Ramón de la Fuente, bajo la coordinación de la entonces secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM, Rosaura Ruiz.

“Es una enciclopedia actualizada, que cuenta con el conocimiento fundamental que debe saber cualquier persona culta, puesto que fue pensada para el bachillerato, el último nivel de formación en información general”, acotó la ahora directora de la Facultad de Ciencias.

Fuente: La crónica de hoy.



Universidad, edición científica y beneficio público, de madrid+d

Joaquín Rodríguez, de madrid+d pone hoy el dedo en la llaga que aqueja, de manera aguda y desde hace ya algunos años, a las instituciones de educación superior, no sólo en Europa sino en todo el mundo: ¿cómo refrendar, dejar zanjada, bien establecida, la importancia y necesidad del quehacer científico y de investigación humanística que se lleva a cabo en las universidad públicas, la necesidad de que cualquier persona que sea capaz y lo desee inicie y concluya estudios de nivel superior, ante una sociedad sacudida por un complejo de crisis económicas, tecnoculturales y medioambientales, sociopolíticas en todos los casos?

Visiones oficiales extremadamente utilitaristas o cortoplacistas, podrían desdeñar los beneficios de largo aliento y a largo plazo que han representado para el desarrollo de la cultura occidental, la educación y la investigación que realizan las instituciones de educación superior.

La ubicuidad de la información y de los contenidos digitales pueden prestarse a justificar una tentación regresiva, para aquellos que consideran que la relación costo-beneficio de la inversión pública en educación superior es negativa.

Para convencer a las autoridades públicas de que el dinero invertido en la educación superior «no cae a través de un desagüe que solamente sirve para el apalancamiento del personal funcionario (interesado, cómo no, en mantener su estatuto y en no discutir de aquello que le da de comer)», convendría que los universitarios, docentes e investigadores «mostraran clara y cuantitativamente, cuáles son los beneficios públicos que se derivan de su actividad».

Según el autor, «El problema […] es que las Universidades y sus profesionales siguien absolutamente encadenados a los mecanismos de legitimación y acreditación tradicionales, a los índices de impacto gestionados por el ISI, a métodos de gestión privados de la visibilidad que solamente revierten en beneficio de la “carrera” académica y profesional de quien acepta el yugo de ese cursus honorum perverso y endogámico. Las herramientas digitales -como tantas veces he manifestado-, proveen a los científicos de la capacidad de emanciparse de las editoriales y, de paso, de los mecanismos de evaluación y certificación tradicionales, pero en lugar de asumir seriamente el control de sus medios de producción (editoriales), prefieren aceptar la avara contabilidad del hit parade científico».



Cancún: resultados al gusto de quienes más contaminan

Iván Restrepo

Concluyó la cumbre sobre el clima. Sus resultados fueron del agrado de China, Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y la Unión Europea, máximos generadores de gases de efecto invernadero. El gran logro, dice Christiana Figueres, responsable en la Organización de Naciones Unidas de los asuntos climáticos, es que la luz de la esperanza se ha vuelto a encender y la fe en el proceso para obtener resultados ha sido restaurada.

Que así sea. En tanto, y pese a los esfuerzos por convertir brevemente a Cancún en polo turístico ejemplar, no pudieron ocultar las desigualdades socioeconómicas, la falta de planeación urbana, la agresión al paisaje y a los ecosistemas costeros, la contaminación de la laguna Nichupté. Los delegados comprobaron que la erosión hace de las suyas en el litoral de la península de Yucatán, Tabasco y Veracruz.

La reunión sirvió de tribuna a varias instancias gubernamentales de México para informar sobre las cosas buenas que están haciendo, de tal forma que nuestro país semeja el paraíso en el tema ambiental, donde hay un esfuerzo sostenido y permanente para revertir los daños ocasionados por fincar el crecimiento de la economía en el mal uso y la destrucción de los recursos naturales.

Así, el titular de la Comisión Nacional del Agua detalló las labores de la dependencia a su cargo para cumplir la Agenda del Agua 2030, que incluye recuperar las 300 cuencas hidrográficas del país, agua potable para todos, reubicación de los asentamientos localizados en los márgenes de los ríos. Hubiera sido bueno saber si durante la década de gobierno panista recuperaron al menos una de las cuencas altamente contaminadas, como la Lerma-Chapala-Santiago, la del Coatzacoalcos, el Balsas o el Pánuco; o evitar la extracción desmedida de líquido y, a la vez, recargar los acuíferos en estado crítico, como los del valle de México, La Laguna o Hermosillo.

En su turno, Georgina Kessel, titular de la Secretaría de Energía, anunció dos nuevos proyectos para producir energía con base en el viento, Sureste I y Sureste II, en el Istmo de Tehuantepec. Como ocurre con otros proyectos, estarán a cargo de las trasnacionales. En este caso españolas, que encontraron en México la tierra prometida para acrecentar sus ganancias.

Por su parte, el gobernador de Quintana Roo señaló que la entidad a su cargo cuenta con políticas públicas para combatir el cambio climático, con proyectos para generar energías alternativas, eliminar todos los tiraderos a cielo abierto y proporcionar agua limpia a la población.

Durante la cumbre, las áreas donde se alojaron las delegaciones y la zona turística lucieron limpísimas, no así donde viven los pobres. Además, una empresa, Reoil, comprará los residuos de aceite a decenas de hoteles y restaurantes para elaborar biodiesel y así evitar que los residuos se tiren al subsuelo o al drenaje.

En paralelo, los gobernadores de los tres estados que conforman la península de Yucatán acordaron crear un fondo para disminuir las emisiones contaminantes y contrarrestar así los efectos del cambio climático. Se desconoce el monto de los recursos destinados para tal fin y los programas para reducir la vulnerabilidad de la zona costera, preservar la calidad del agua del acuífero peninsular y proteger el macizo forestal, el segundo del continente. Se espera que pronto Quintana Roo deje de ocupar el primer lugar nacional en delitos ambientales.

Finalmente, el licenciado Felipe Calderón pidió preservar los bosques y selvas del planeta mediante mecanismos que permitan pagar a quienes en el medio rural cuiden tan importantes ecosistemas.

En el caso de México –dijo– son 13 millones de habitantes, en su mayoría indígenas que viven en la miseria. Además, proclamó que el turismo ya no debe fincarse en la destrucción de la naturaleza, del paisaje. Proponemos dos asuntos urgentes para hacer realidad lo anterior: 1. Reordenar y consolidar el crecimiento de Cancún y la Riviera Maya, a fin de que garanticen su existencia a largo plazo y dejen ser polos de desigualdad; 2. Cancelar el megaproyecto Costa Pacífico que el gobierno federal piensa establecer al sur de Sinaloa. Son incontables los daños ambientales, sociales y económicos que ocasionaría.

Reproducido de: La Jornada.



El acuerdo de Cancún: licencia para matar

Luis Hernández Navarro

El acuerdo de Cancún ha sido presentado ante la opinión pública como un avance en la lucha por enfriar el planeta. ¿Es verdad? No, no lo es. Fue un gran fracaso. Para combatir el cambio climático no hay más que una medida eficaz: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El acuerdo aprobado en la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 16) no avanzó un solo milímetro en esta dirección.

El acuerdo de Cancún es bueno para Estados Unidos y los países desarrollados, pero es muy malo para el clima. No impide que la temperatura global aumente en más de cuatro grados centígrados. Y, como señaló con toda claridad la delegación de Bolivia, recientes reportes científicos muestran que 300 mil personas ya están muriendo cada año por los desastres relacionados con el cambio climático. Este texto amenaza con el aumento de muertes anuales a un millón.

Los compromisos de reducción de emisiones contemplados en el documento apenas alcanzan 60 por ciento de lo que el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) indica como requerimiento para que la temperatura se eleve.

El acuerdo da permiso para matar. Más que avance es un retroceso. Las naciones desarrolladas no ofrecieron nada nuevo en reducción de  emisiones ni en financiación. Por el contrario, lograron abrir los candados para dar marcha atrás a los compromisos existentes, y avalar todas las rutas de escape posibles para evadir sus responsabilidades. El texto comunica textualmente que los países acuerdan que las emisiones nacionales deben tocar techo lo antes posible, pero no especifica cuál es ese techo, cuándo es lo antes posible ni qué sucede a los que no lo cumplan.

El acuerdo de Cancún crea las condiciones para vaciar de contenido el Protocolo de Kyoto. El protocolo fue aprobado en 1997 en Japón, y entró en vigor en febrero de 2005. Fija límites para la emisión de gases de efecto invernadero, vinculantes, para 37 países industrializados.  Estados Unidos firmó el acuerdo, pero no lo ratificó. Los 183 países que lo ratificaron fueron responsables de menos de 55 por ciento de las  emisiones de CO2 de 1990.

El documento aprobado está lleno de lagunas, confusiones deliberadas e imprecisiones. Asienta, por ejemplo, que se deben completar los trabajos para prorrogar Kyoto lo antes posible para que no haya brecha entre el primero y segundo periodo de cumplimiento, pero no dice cómo, cuándo, dónde y en qué términos. Se trata de una
formulación de buena voluntad. Por ejemplo, Japón, que se había negado a seguir adelante con el segundo periodo de cumplimiento, puede alegar que salió triunfante.

El texto de Cancún abre la posibilidad de que los objetivos de disminución de gases de efecto invernadero no sean vinculantes (como lo son ahora) y su cumplimiento sea solamente voluntario, es decir, como una llamada a misa a la que asiste quien quiere. Los países –dice el texto– se comprometen a discutir las opciones legales para alcanzar un resultado acordado en 2011 en la Cumbre de Durban.

El acuerdo de Cancún fue aprobado sin consenso y con una maniobra diplomática de graves consecuencias hacia el futuro. A lo largo del plenario Bolivia expresó su desacuerdo de manera razonada. La canciller Patricia Espinosa violentó el sistema de toma de decisiones de Naciones Unidas. Este tipo de resolutivos deben ser aprobados por consenso, es decir, sin votos en contra. Así ha sido siempre. Y esa norma no fue respetada. La funcionaria mexicana rompió la regla del consenso. La violación sienta un grave precedente.

Penosamente, Bolivia no fue apoyada por los países de la Alba. La dejaron morir sola, permitieron que el gobierno mexicano la aislara. Claudia Salerno, la representante de Venezuela, apostó a convertirse en la negociadora responsable. Al final declaró: Yo puedo regresar a mi casa diciendo: tengo algo. Por supuesto no aclaró qué. Algunos representantes diplomáticos de estas naciones dijeron, extraoficialmente, que las posiciones de Evo Morales eran muy radicales y no llevaban a ningún lado, y que era necesario sacar una declaración final de compromisos.

La posición de Bolivia en favor de la justicia climática en la cumbre fue absolutamente congruente con las propuestas acordadas por 35 mil personas que asistieron a la Conferencia Mundial de los Pueblos de Cochabamba en abril de 2010. En el año transcurrido desde Copenhague, esas propuestas se integraron en el texto de negociación de las partes. Sin embargo, el texto de Cancún excluyó sistemáticamente esas voces. El resto de las naciones que integran la Alba no honraron esos compromisos, a pesar de la participación de varios mandatarios de países latinoamericanos en Cochabamba.

Una pista de los intereses presentes en el acuerdo de Cancún la brindan las declaraciones de Todd Stern, el representante de Estados Unidos. Se logró un paquete equilibrado de decisiones, dijo. Añadió: Lo que tenemos ahora es un texto que, aunque no es perfecto, es una buena base para seguir adelante.

En Cancún no hubo un pequeño paso hacia delante, como claman ONG como Oxfam. Por el contrario, se abrió la puerta a una mayor privatización y mercantilización del clima. Tal como dijo Vía Campesina: El balance es negativo para la humanidad, pues se abrieron las puertas al gran capital y a las trasnacionales para que continúen con sus negocios y sigan apostando con la vida.

Reproducido de La Jornada.



Paradojas de las bibliotecas universitarias

Durante muchos años se han impartido cursos y se han hecho incontables presentaciones y demostraciones a estudiantes de nuevo ingreso, a estudiantes tesistas o de los últimos semestres de licenciatura, a estudiantes de posgrado, investigadores y académicos, sobre cómo utilizar y aprovechar las fuentes de información en línea con que cuentan las bibliotecas universitarias y que constituyen la oferta de información para sustentar los procesos de enseñanza, investigación y difusión.
A pesar de su costo, que es elevado, estos recursos informativos se aprovechan aún menos que los libros y revistas impresos, que también escasamente se usan.
Las universidades públicas en nuestro país, cuentan con recursos limitados en muchos órdenes, y aunque periódicamente se generan oleadas de interés por el quehacer de las bibliotecas y su función en el ámbito académico, generalmente se desestiman o relegan a un segundo plano, por considerarse que realizan simplemente una función «de apoyo» académico. Tal vez hasta hay quienes, obnubilados por las posibilidades de la tecnología, creen que las bibliotecas están pasando a ser poco menos que onerosas reliquias sin mayor valor o utilidad.
Es tiempo de que esa visión se transforme.
Las bibliotecas universitarias son el principal sustento de la formación profesional de los estudiantes. Como lo expresó en cierto momento el doctor Jesús Lau, si las universidades son panaderías, las bibliotecas son las que tienen la harina.
Esta es una metáfora cruda, pero elocuente. Y sin embargo, más allá de esa función formativa, las universidades han recibido de la sociedad la encomienda y tienen el compromiso de preparar profesionistas comprometidos con la atención de necesidades sociales.
No exclusivamente necesidades de tal o cual mercado, ni sólo las necesidades de alguna moda del consumo, sino las necesidades elementales y universales de todas y cada una de las personas que viven en el territorio nacional. En algunos casos, las soluciones aplicables aquí, generadas por los universitarios, pueden aplicarse a los problemas similares que experimentan otros grupos humanos en otras partes del mundo.
No obstante, ocurren paradojas como la siguiente: la sociedad financia investigaciones con fondos públicos que luego acaban beneficiando a intereses privados o particulares.
Esto debería de dejar de ocurrir en lo inmediato.
Las universidades públicas deben anteponer las necesidades de la mayoría de la población a los intereses de lucro o económicos que puedan tener unos u otros particulares. Las necesidades de la población han sido siempre, y seguirán siendo por mucho tiempo, las mismas, las relativas a los derechos humanos fundamentales que, en nuestro país, están cada día más lejos de resolverse y atenderse: derecho a la alimentación, derecho a la vivienda, derecho a la salud, derecho al trabajo, derecho a la información, derecho a la educación, derecho a la participación democrática, derecho a la seguridad personal y ambiental, derecho a la intimidad y privacidad, derecho a la libertad de creencias, derecho a un trato equitativo por parte de la justicia.
A ese propósito, las bibliotecas representan un bien público de incalculable valor.
Aquí, en las bibliotecas, aunque pueda tardarse, el que busca encuentra.
Si no encuentra de inmediato lo que busca, puede encontrar un puente que lo acerque o lo conduzca al objetivo deseado.
Hay que decirlo aunque lo sabemos con creces, en las bibliotecas existe más información relevante y de calidad publicada que la que, individualmente, podría procesar de manera razonable y útil cualquier ser humano.
Los bibliotecarios estamos llamados a servir de inmediarios entre nuestros usuarios y el conocimiento y la información, para ayudarle y facilitarle tanto como sea posible el acceso a dichos conocimientos e información.
Esta situación se reafirma cuando al buscar información de su interés, en el buscador más empleado por todos -Google- un estudiante obtiene dos millones de documentos como resultado, de los cuales tal vez apenas el 0.1%, es verdaderamente relevante.
Por lo anterior, el bibliotecario en la sociedad de la información, también es un educador y debe ser tomado en cuenta en las deliberaciones de la academia.
En primer lugar, las autoridades universitarias pueden empezar a prestar más atención a lo que ocurre realmente en las bibliotecas: los estudiantes universitarios no pueden conducirse adecuadamente y avanzar con éxito en su vida académica, si consideran al bibliotecario como un enemigo, un adversario o un oponente, o en el mejor de los casos alguien sobradamente indiferente, que cuida un espacio; no puede haber éxito educativo, ni científico ni técnico, en México, si la biblioteca escolar y universitaria, en lugar de ser un punto de encuentro con la información, el saber y los pares intelectuales, es el coto o dominio de una personalidad, por maravillosa que sea, o un sitio abandonado, mal iluminado, mal ventilado, mal dotado y mal equipado.
Las bibliotecas deben ser lugares tan atractivos como los jardines, los museos, las galerías, los restaurantes y las salas de cine, adonde todo invita a disfrutar la vida.
¿Y qué mejor lugar para conocer y apreciar realmente la vida, que la biblioteca, al lado de los grandes, medianos y pequeños autores y sus textos, o en la navegación inteligente por el ciberespacio?
Los planes y programas de estudio podrán ser espléndidos, pero la verdadera formación se va a dar tanto en la biblioteca, como en el laboratorio o taller, o en el campo de prácticas, si los docentes y los estudiantes cuentan con los recursos de información que son necesarios, suficientes y pertinentes para aprender, y si, además, saben emplearlos.
Por supuesto: es indispensable la experiencia y la visión pedagógica del maestro, del profesor, del tutor, pero sin recursos de información actualizados, de calidad y abundantes ¿qué se va a aprender y para qué?
Con el paso del tiempo, quienes trabajamos en bibliotecas llegamos a pensar que, como muchas otras cosas que ocurren en nuestro país, nuestro servicio es parte de un simulacro: sí, las bibliotecas figuran en los informes y en las estadísticas, se toman en cuenta las cifras que generan en todos los sentidos, pero la calidad y el propósito, la visión de mediano y largo plazo siempre o son postergadas o son desconsideradas; pero las bibliotecas no figuran como deberían -como prioridad- en los presupuestos, ni figuran alto en los organigramas, ni tampoco figuran en las actividades más visibles y emblemáticas de que se ufanan los universitarios, las bibliotecas están ahí y punto, una universidad sería inconcebible sin ellas, pero nada más.
Por ello, estamos obligados a reflexionar: si este servicio es una simulación, eso compete directamente a los académicos e investigadores y a los propios estudiantes universitarios, y entre ellos tendría que hablarse francamente si lo que llaman «docencia» e «investigación» -sin libros, sin bibliotecas, sin bases de datos, ni sistemas de información idóneos- no es también, acaso, una simulación.
Y podemos decir ésto porque vemos que no sólo en nuestra universidad, sino en general en la educación superior, las tecnologías de información han traido de la mano un desinterés de los estudiantes universitarios por la calidad de la información; una inmensa mayoría de ellos, se conforma con el equivalente a la «comida rápida» que sirve en Google, y menosprecian los platillos orgánicos o la comida gourmet que se pueden servir de las bases de datos especializadas, la lectura de un excelente libro impreso y la consulta de otras colecciones (audiovisuales, de obras raras y valiosas, de tesis, etcétera).
Para allegarse información calificada y evaluada por pares cognitivos, es decir, especialistas en los temas que ahí se abordan, debemos acudir a las publicaciones especializadas que actualmente se encuentran representadas en bases de datos de acceso abierto, o en bases y sistemas comerciales de información, tomemos el caso de SpringerLink.
Alguien puede acusar que se trata de bases de datos en inglés, pero eso no debería poder usarse como una objeción para no aprovecharlas. Teniendo como vecinos a inmediatos a los Estados Unidos de América, esa no puede ser una excusa.
Alguien puede objetar que se trata de información que está fuera del alcance del estudiante universitario promedio, por el nivel de comprensión, la especialización del vocabulario, etcétera. Pero si queremos que nuestro país supere su situación ancestral de atraso científico y tecnológico ¿qué clase de objeción es esa?
Los universitarios debemos aspirar a dar mejores resultados, no sólo en las estadísticas y los informes, sino en la vida misma, en el trato con nuestros semejantes, especialmente aquellos que enfrentan las peores desventajas: las de la pobreza, el desempleo y la falta de acceso a los bienes culturales.
El espíritu de los universitarios es -debe ser- ese espíritu generoso del que hablaba José Vasconcelos, quien pedía que los bienes de la universidad se derramaran hacia la sociedad. Hablamos de los verdaderos bienes de la Universidad: de la información, el conocimiento, el saber, la ciencia, el arte, la literatura, la cultura.
Hacer eso, aseguraría el buen destino de los bienes intelectuales y culturales de la Universidad. De lo contrario, todos estos bienes acumulados en unas pocas manos, al servicio de unos pocos bolsillos, son bienes que en realidad se están desperdiciando.



La Sinfonía de la Ciencia

Bien. El contenido de Youtube ahora es consultable en la red universitaria. Excelente. Veamos de qué puede servirnos ésto:

Symphony of Science – ‘We Are All Connected’ (ft. Sagan, Feynman, deGrasse Tyson & Bill Nye)

Symphony of Science – A Wave of Reason

Symphony of Science – ‘The Case for Mars’ (ft. Zubrin, Sagan, Cox & Boston)

Symphony of Science – The Poetry of Reality (An Anthem for Science)

Estamos preparando la traducción de algunas de las letras de estas melodías… ¡vaya forma de divulgar la ciencia!



Roger Penrose analiza la posibilidad de que antes del Big Bang hubiera otro Universo

La ciencia, en cuanto esfuerzo humano, parece que no tendrá nunca fin, pues el Universo mismo se revela ante ella como inagotable. Adonde quiera que la ciencia aplica sus métodos e instrumentos, descubre capa tras capa de nuevas realidades, o de realidades antes desconocidas, y erige nuevos edificios de preguntas sin respuesta, al menos temporalmente.

¡Cuánta fascinación y admiración despiertan artículos como éste, publicado en Arxiv.org, en el que colabora Roger Penrose y del que informa el servicio NOTIWEB de madrid+d, que a su vez acredita como fuente al diario ABC de España! A partir de información de la radiación cósmica residual del Big Bang, los autores postulan la existencia de «aeones previos», o de un pre-universo, al evento que ocurrió hace aproximadamente 13,700 millones de años (el Big Bang) y cuyos efectos son, ni más ni menos, que la existencia de todo cuanto nos rodea y de nosotros mismos.
Las especulaciones cosmológicas y los hallazgos que la ciencia ha realizado a lo largo de unas pocas décadas, alimentadas desde luego con la observación del espacio profundo gracias a telescopios como el Hubble, la observación de la radiación cósmica de fondo, quehacer en el que se apoya el documento citado, así como el intenso trabajo intelectual de Stephen Hawking, quien literalmente se levanta sobre hombros de gigantes como Newton y Einstein, nos ofrecen un cuadro del Universo y por ende de nuestras existencias individuales, que amerita toda nuestra atención y reflexión.
Si la vida humana tiene un sentido, tal vez tiene que ver con este descubrir y este conocer incesante, que es posible gracias a la actividad científica. Otras formas de conocimiento son válidas, y arrojan constantemente luz sobre nuestro derrotero como especie en el universo: la música, el arte, la literatura, la poesía.
Pero, de todas las luces con que contamos, tal vez la más poderosa y penetrante es la de la ciencia.



Más beneficios de la lectura: leer transforma el cerebro

Una noticia fascinante, publicada este día, viene a reforzar la creencia de que leer es uno de los mecanismos más importantes para desarrollarnos como seres humanos. Hasta donde sabemos, no existe la lectura fuera de la que realizamos los miembros de la especie humana. Tal vez es una forma elemental de lectura el reconocimiento de huellas que realizan algunos depredadores, pero nosotros leemos aún cuando no estamos cazando.
«Leer provoca que el cerebro adapte y utilice para la lectura, regiones destinadas a otras funciones», es la fascinante conclusión de Laurent Cohen y Stanislas Dehaene, del Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica de Francia (INSERM), autores de la publicación de los resultados de investigación en la revista Science.



$50,000 USD por diseñar un buen juego educativo…

Sí, pero el concurso National STEM Video Game Challenge, está reservado a los más jóvenes estudiantes estadounidenses.
Además, allá, a los bibliotecarios les interesa involucrarse en este tipo de iniciativas. Microsoft y AMD, ambas empresas tecnológicas, participan también. Pero destaco la intervención de la American Library Association y de la American Association of School Librarians. Por cierto, STEM son las siglas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, campos a los que las autoridades educativas estadounidenses les dan la mayor prioridad, para asegurar la continuidad del liderazgo tecnológico de los Estados Unidos, en los años venideros.
Algo cercano pretende hacer la empresa Incubadora de Talento, en México, concretamente en Hidalgo, a través de un concurso para la creación de juegos educativos, al menos a nivel de «story board», en una iniciativa que ha atraído el interés de un gran número de instituciones: entre otras el Fondo PYME, AMITI, la Universidad Iberoamericana, el Instituto Politécnico Nacional, la editorial Random House Mondadori, etcétera. Resulta interesante que el videojuego deberá estar basado en una obra literaria, de una lista propuesta por los organizadores del concurso: Juego de Talento.
Aquí, el premio consiste en apoyos económicos para que los creadores del story board y la empresa incubadora mencionada, desarrollen y comercialicen el proyecto ganador, dando pauta a la creación de una nueva empresa.