Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



Comienza 2011 con alzas generalizadas a precios de bienes y servicios

México ocupa el cuarto lugar de países con mayor inflación en 2010 y el prospecto para este año no es mejor. Los mexicanos, cada año tenemos que renovar esta idea: debemos hacer más con menos, pero los ahorros y sacrificios que se realizan en la base social no tienen un reflejo en las alturas del poder político y económico.
La Bolsa de Valores experimentó ganancias de 20% en 2010. ¡20%!
Y las tasas de interés de los créditos bancarios son draconianas, asfixiando a las PYMES, frenando cualquier intento de crecimiento. El ahorro popular, por otra parte, es sacrificado, y no hay ningún incentivo para que la gente ahorre cuando las tasas de interés de los ahorros bancarios son absolutamente miserables.
Las alzas a la gasolina, gas y electricidad, arrasan con los diminutos aumentos al salario mínimo, y por doquier se ve la necesidad y la urgencia de la gente por recursos para su sostenimiento y el de sus familias.
Los mentados éxitos de la guerra contra el narcotráfico sigue ocupando las planas y encabezados de los diarios, pero la atmósfera de violencia e inseguridad lo que hace es acentuarse. La irritabilidad social salta a la vista de cualquiera que esté atento al fenómeno.
Por eso, hoy como siempre, más que nunca, urge que fomentemos el acceso a la información, la distribución social del conocimiento, la participación ciudadana informada en la toma de decisiones, la transparencia y la vigilancia de las acciones del gobierno en sus tres niveles.
La transformación que requiere el país debe fundarse en el conocimiento científico y en el de nuestras raíces más profundas: somos poseedores de una enorme riqueza histórica, arqueológica y cultural; debemos apostar por el desarrollo científico y tecnológico en todas las regiones, sin menoscabo, evitar la centralización excesiva de conocimiento, información y riqueza y disminuir el índice GINI, que mide la concentración de ésta en pocas manos, promover una distribución más equitativa del PIB a lo largo y ancho del país, diseñar y detonar proyectos de desarrollo para rescatar y aprovechar nuestra riqueza natural y humana.
México es un pueblo que ha sido impedido, literalmente frenado, desde tiempo atrás, para el desarrollo de su propia ciencia y su tecnología, las razones de ese impedimiento deben ser expuestas, estudiadas y superadas: no podemos desperdiciar a otras 10 generaciones o 20 generaciones de niños y adolescentes y dejar que crezcan al amparo de la televisión y los videjuegos, la magia y los nuevos mitos culturales de las empresas, y absolutamente ayunos o ignorantes de la ciencia y de la historia.
Cada día, cuando despertamos, vemos todo lo que hay aún por hacer. En este contexto, no pueden hacerse llamadas que condenen a las bibliotecas públicas, escolares y académicas a la extinción, incluso a pesar del avance avasallador de las nuevas tecnologías: en ningún país desarrollado se están haciendo esos llamados ¿por qué tendrían que hacerse en México? Hacerlo sería suicida e irresponsable, y atentaría contra una de las bases indispensables e irreductibles de una sociedad democrática.
La Encuesta Nacional sobre cultura más reciente, del CONACULTA , muestra que la mitad de los mexicanos nunca han pisado una biblioteca o una librería, que casi nadie lee, que lo que se lee deja mucho que desar.
Esto indica que se ha hecho algo, pero falta aún la mayor parte del trabajo por hacerse.
Ojalá este año 2011 sea uno que nos permita encontrar caminos en la dirección correcta.