Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



Frente al libro-electrónico, la persona-libro: abren Biblioteca Humana en Canadá

Diversos personajes de la ciudad de Canadá contarán sus historias de vida de forma personalizada al lector que elija escucharlos en lugar de leer.

No tienen definido cómo denominarán al proyecto. Especulan con libros humanos, humanos librescos y hasta hombre-libros.

Según el diario francés Le Monde, la finalidad es «celebrar las diferencias y promover la tolerancia», según dijo Anne-Marie Aikin, vocera del establecimiento público, uno de los más grandes del mundo en su género.

Seleccionaron 60 voluntarios para el proyecto piloto elaborado por la ONG Human Library, un movimiento anti-violencia nacido en los 90 en Dinamarca que busca promover nuevas formas de intercambio humano.

Doscientos socios de la Biblioteca de Toronto participaron en esta experiencia fuera de lo común consistente en «tomar prestado un libro humano» y pasar unos treinta minutos conversando con él antes de «devolverlo» para que otro pudiera «leerlo» a su vez, según el artículo que recoge infobae.

Algunas entrevistas
Entre los hombres-libro que los lectores pudieron consultar había, por ejemplo, un exiliado haitiano, una argelina musulmana, un ingeniero congolés, además de otros «títulos».

A los voluntarios se les pidió que reflejasen «una diversidad de vidas y de experiencias», que ilustrasen «la vitalidad de las comunidades de Toronto» o que fuesen «representativos de un tema social importante» como el SIDA, la prostitución o la inmigración.

A los «lectores», que escuchasen, preguntasen y expresasen su opinión.

En el ensayo pre-lanzamiento, un monje budista resultó ser uno de los «libros» más consultados, al igual que Anthony Hutchinson, ex miembro de una pandilla delictiva convertido en guitarrista de una banda.

Otros «ejemplares» consultados fueron un joven afectado de parálisis cerebral, una abuela militante, un sobreviviente de la pobreza, otro del cáncer y una ex prostituta que hoy regentea un local nocturno.

Lo que los autores del proyecto no aclararon es qué pueden hacer los socios de la biblioteca si el libro viviente no les gusta o los aburre desde las primeras «páginas».

Reproducido íntegramente de La República (Perú).