Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



22% de la población nacional se verá afectada por el impuesto a Internet

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), estudiantes en edades de 12 a 19 años se verán afectados por el impuesto a las telecomunicaciones que incluyen el uso de Internet. Con tal impuesto las familias de menores recursos se verán en dificultades para continuar con sus suscripciones de dicho servicio y los cibercafés tendrán que revisar sus costos para absorber el efecto del impuesto.
Al mismo tiempo que en Finlandia ha alcanzado el nivel de derecho civil la provisión del servicio de Internet para todos, con una conexión de al menos un megabit por segundo, vemos que en nuestro país se alza aún más la barrera que divide a las personas con acceso a la red, del resto -la gran mayoría de la población-. Por este camino, la brecha digital y brecha de capacidades que son extensión de la brecha económica en nuestro país, lo único que harán será ahondarse.
En otro sentido iba la intención del Sindicato Mexicano de Electricistas -cuyo patrón Luz y Fuerza del Centro ha sido disuelto de manera intempestiva- de que la red de fibra óptica de mil kilómetros que se instaló en el centro del país permitiera al Estado brindar servicios de triple play (telefonía, Internet y televisión digital), a bajo costo. Es evidente que la disolución de la empresa y la pérdida de sus empleos de 44 mil trabajadores están relacionados con los negocios que realizarán particulares -especialmente extranjeros- cuando la CFE y el gobierno federal «subasten» las concesiones para usar dicha red.



De custodios a facilitadores y de facilitadores a dinamizadores

Dice Catuxa, editora de uno de los blogs más interesantes sobre bibliotecología en la red, Deakialli Documental, en una ponencia para las XV Jornadas Bibliotecarias de Andalucía, que el papel de facilitador del bibliotecario en el nuevo entorno de la red, las redes sociales y la web 2.0 no solo es indispensable, sino que debe extenderse hasta la figura del bibliotecario como «dinamizador» de los recursos de información en beneficio de los usuarios. Si nos atenemos al significado de la palabra dynamis, podemos seguir que se trata de que el bibliotecario no sólo conozca -y conozca mucho, quisiérase que mejor que el resto- la diversidad de recursos de información a su alcance, sino que además sea capaz de ponerlos en movimiento.
Diría que ese poner en movimiento un recurso de información debe ser en un sentido centrípeto con respecto a los usuarios potenciales. Es decir debe acercarlos al usuario y ponerlos a girar en su entorno. Dependerá, una vez realizado lo anterior, del usuario y de su iniciativa, si se beneficia o no de tales recursos. Esto es equivalente en muchos sentidos al servicio bibliotecario conocido tradicionalente como diseminación selectiva de información (DSI).
Enfrentados a una difícil situación nacional, con una situación económica precaria para todos, de la que no están exentas las universidades, es necesario que se integren esfuerzos pedagógicos, didácticos, bibliotecarios y tecnológicos para hacer llegar a la esfera de atención de los usuarios, los recursos de información con que disponen de suyo las bibliotecas, y todos aquellos que son parte de la red y que con mucha frecuencia no suponen costos por su consulta y utilización. En este tiempo de crisis la información para todos puede hacer una diferencia notable.
Cabe hacer notar que ese papel dinamizador no sólo hace alusión a poner en movimiento -hacia el usuario, siempre hacia el usuario- los recursos de información, sino que también hay que poner en movimiento al usuario mismo. ¿Cómo puede hacerse ésto, preguntaría alguien? Creemos que la forma de poner en movimiento al usuario hacia los recursos de información es posible sí y sólo sí se le alfabetiza informacionalmente. El trecho que media entre el usuario y los recursos es uno que debe recorrer el usuario con su propio esfuerzo y con sus propios recursos -lectura superficial, de comprensión, crítica, gestión personal de la información, organización de acervos personales del conocimiento, planeación y ejecución de rutinas investigadoras, etcétera- y el bibliotecario como enseñante puede hacer mucho para apoyar en ese terreno al usuario.
Para aderezar este post, invitamos fervientemente a los lectores de este blog, a que se den una vuelta por ROAR (Registro de Repositorios de Acceso Abierto), a donde una plétora de recursos a texto completo, en todos los campos del conocimiento, están a la espera.



El Referencista No. 5 ya está disponible para su descarga.

Ha transcurrido un año desde que se retomó la edición y publicación de el boletín electrónico trimestral «El Referencista». En ese tiempo hemos visto crecer el número de consultas a este blog, y el número de descargas de dicho boletín, y esperamos que los universitarios y el público en general hayan encontrado y sigan encontrando en ellos alguna información de utilidad. El boletín puede descargarse en versión PDF, desde el portal de la Dirección General de Bibliotecas. Reiteramos una cordial invitación para que nos hagan llegar en todo momento sus comentarios, dudas y sugerencias,  para mejorar el contenido y el sentido de ambos recursos de información y comunicación.



Un estudio revela que los estudiantes aprenden mejor en ambientes virtuales

Un estudio reciente de SRI International revela que la educación en línea supera por sus resultado a la educación presencial. Parece lógico, en la medida en que en el ambiente virtual es relativamente más sencillo desplegar actividades de búsqueda, recuperación, análisis y evaluación de una amplia gama de fuentes informativas, mientras que en el ambiente presencial las fuentes de información pueden estar limitadas. Por otro lado, la interacción persona a persona que es caraterística del trabajo en el aula, en realidad brinda escasas o mínimas oportunidades para un trabajo concentrado entre alumno-docente, y en grupos numerosos la atención que éste puede brindar a sus estudiantes queda diluida.
Por su parte, en los entornos virtuales, asíncronos, es posible desarrollar no solamente una interacción secuencial de preguntas y respuestas, consultas y orientaciones entre alumno y maestro, sino que existen las condiciones técnicas para desarrollar una multiplicidad de interacciones con uno o más interlocutores, que pueden tener lugar de manera simultánea o correrse en paralelo. La interacción docente-alumno, mediada por la red y las aplicaciones carece de la interacción global persona a persona, pero si el docente es un buen comunicador y logra hacerse comprender a través del uso -básicamente- del texto o aprovecha otros recursos de tipo audiovisual, y el estudiante está desarrollando continuamente su nivel de alfabetización funcional y sus competencias informáticas, cabe esperar que los resultados sean alentadores.



Sobre imagen institucional y bibliotecas

Sirvan estas líneas para invitar a los visitantes de este blog, en general, y a los universitarios veracruzanos en particular, a reflexionar sobre un asunto que, aunque tiene que ver principalmente con la forma en que tiene presencia la Universidad Veracruzana en el ciberespacio, no deja de tener consecuencias importantes con relación a las actividades sustantivas de nuestra universidad: la docencia, la investigación y la difusión cultural.

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Gapminder.org, un portal que desafía al sentido común

¿Podemos tener una visión del mundo basada en hechos? ¿Podemos confiar en nuestro sentido común cuando nos referimos a información procedente de infinidad de fuentes, en torno a una infinidad de cuestiones, sobre asuntos relativos a todo el mundo? Estas son algunas de las preguntas que Gapminder.org trata de responder y el proceso es bastante sorprendente.

Invitamos a los lectores del blog a explorar las múltiples gráficas y animaciones que genera Gapminder, y esperamos recibir algunos comentarios acerca de las ideas que vienen a la mente al observar el cambio a través del tiempo, de los indicadores económicos, de salud, educación y otros para nuestro país y otros países del mundo.



Recortes presupuestales a la educación superior y cibercentros gratuitos para todos

¿Cuánto tiempo de retraso tiene nuestro país, con relación a otros países de América Latina, o del contienente europeo, o del Lejano Oriente, en términos de crear condiciones y generar oportunidades suficientes de acceso de los ciudadanos a la sociedad de la información y el conocimiento? ¿10 años, 20?
La misma miopía política y económica con que se conducen asuntos como el desarrollo de las capacidades científicas y tecnológicas de los mexicanos, que tiene su complemento con el divorcio -incomprensible- entre políticas públicas y cultura, el «dejar hacer, dejar pasar» educativo en manos de intereses de grupos, o esa visión interesada que quiere y permite hacer negocio -frecuentemente privado y raramente público- con el patrimonio cultural nacional, aún a costa de su destrucción, se extiende hasta el campo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y su papel como motor de una nueva economía, basada en la información y el conocimiento.
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La indiferencia no resolverá la crisis

En el día a día del año que termina hemos visto como afloran aquí y allá síntomas de una grave situación que no solamente afecta a nuestro país, sino al mundo entero. La interminable ocupación de un país petrolero, como es Irak -y como lo es también México-, las catástrofes bursátiles de las que se espantan sus propios autores y que ahora acuden a los gobiernos en busca de salvamentos, la caída en picada de índices de ocupación, mercado interno, poder adquisitivo y el clima de inseguridad y de violencia prefiguran una etapa de delicadas consecuencias.
Desde el ámbito de las bibliotecas tales situaciones deben verse desde el punto de vista que privilegia la necesidad apremiante para todos, de acudir a la información y de buscar el conocimiento, pero también de propiciar la discusión y al diálogo racionales, para buscar soluciones y alternativas que pongan fin a este complejo de crisis que amenaza no solamente con desintegrar el tejido social en el país, sino la paz global y los recursos naturales sobre los que tenemos una responsabilidad intergeneracional.
Desafortunadamente no parece estarse generando en las instituciones universitarias del país una actividad destacada que busque reivindicar la creatividad de nuestro pueblo para encarar la carestía, la escasez, el encarecimiento de los servicios (agua, luz, comunicaciones) o la reducción en las posibilidades de que los universitarios que egresan tengan acceso a empleos dignos, ni siquiera para que emprendan, en condiciones propicias, negocios o proyectos propios que generen empleos, brinden o extiendan los servicios de seguridad social, etcétera.
Gran parte del trabajo y esfuerzo dedicados a la construcción de espacios públicos de conocimiento y creación, de claustros adonde de manera libre y racional se generen fermentos de conciencia social es puesto en entredicho a diario ante las situaciones que violentan los derechos humanos fundamentales en la pérdida de empleos, la carestía de los alimentos y los medicamentos, en la falta de acceso a servicios de salud adecuados, o a la vivienda adecuada.
Si las crisis acumuladas de los últimos 20 años no son motivo suficiente para que la inteligencia y el saber de los universitarios se pongan en marcha ¿qué falta?
Todas estas reflexiones -si así puede llamárseles, pues son más bien apuntes incipientes- son desarrollados con mucha mayor consistencia y sustento en información, en un artículo de Eduardo Rosenzvaig que merece lectura y reflexión por parte de quienes laboramos en bibliotecas y de quienes en la docencia y la investigación se preguntan qué podemos hacer ante lo que se avecina.
Dicho artículo es el texto de una ponencia presentada en el II Seminario Internacional de Sustentabilidad, que se realizó el 19 de noviembre de 2008 en la ciudad de Guadalajara, México.

(Audio de este post en formato MP3)



Sobre el Mito de la Caverna y la tarea pendiente de la alfabetización informacional

Dice Eugenia Rico, en su interesante ensayo «El latido del mundo como pre-texto»:

«De la cultura de la tertulia, la palabra y la sobremesa se ha pasado a la cultura atomizada del consumidor ante el ordenador, o frente al televisor: frente a la pantalla. Es una vuelta de tuerca más del mito de la Caverna. En lugar de mirar las sombras, miramos pantallas que reflejan la verdadera vida que está siempre en otra parte».

Lo anterior casa muy bien con lo que se ha dicho aquí acerca de la necesidad de desarrollar las capacidades de la población, y en particular de la población universitaria, para explotar recursos de información como Internet, pero no a costa del diálogo y la discusión que deben caracterizar a todo ámbito de estudios. La alfabetización informacional es -será- ese esfuerzo institucional, social, pendiente que las universidades y los centros de educación deben emprender de manera cotidiana, para que los individuos que ahí se forman o laboran, en primer lugar, reconozcan sus propias necesidades de información -desde las más simples, hasta las más complejas, desde las apremiantes hasta aquellas en las que encuentren solaz, esparcimiento y recreación-; para que los individuos reconozcan el vasto ecosistema de la información, y su papel activo en él, y puedan desenvolverse y atisbar las relaciones e interacciones que hay entre todas las fuentes, formatos, tipos de información y beneficiarse de todas, valiéndose de ellas para satisfacer aquellas necesidades; y por último para que puedan tener acceso a los contenidos, a los mensajes codificados en forma de texto, audio, video o imágenes, y a las herramientas con que esos mensajes se construyen, para generar nueva información, organizándola, extendiéndola, dándole forma de nuevo conocimiento.

Si desea comenzar a desarrollar sus propias ideas sobre alfabetización informacional, o saber si está alfabetizado informacionalmente o cómo lograrlo, puede comenzar aquí: InfoLit Global: Directorio de recursos para el desarrollo de competencias informativas.

Pero para alcanzar aquel punto, Eugenia Rico ya nos advierte de los riesgos, de los obstáculos:

«Y todo esto ocurre en los tiempos del amor después del SIDA. El SIDA fue una enfermedad metáfora, que trajo más atomización en las relaciones humanas. El plasma de las pantallas está hecho de la misma cualidad ideal que el caucho de los condones: sirve para protegernos del contagio de la realidad, sea contagio ideológico o contagio emocional. Este contagio también es metafórico: nos protegemos del contagio no sólo frente a una ideología, sino de las emociones que ya no nos llegan a través de la piel o de la palabra, sino de una pantalla. Esta te protege de las emociones. Funciona como profiláctico intelectual, frente al mundo que nos hiere.

«Internet ha creado otro texto dentro del mundo y ha patentado otra forma de leer este texto. Ya hay mundos virtuales en los que, igual que en el Mundo de las Ideas de Platón, los hombres podemos ser perfectos (aunque a menudo renunciemos a serlo). Internet ha cuantificado la información en bits, con lo cual todo lo que es accesorio queda relegado. Los textos siempre son informativos. Cada vez prescinden más de cualquier tipo de circunloquio. La información y los datos suplantan la reflexión de la literatura. La literatura está dando pasos atrás, respecto a lo que eran sus dominios: por ejemplo, el mundo de los sueños, el mundo de los viajes… Aquello donde se podía explayar. La literatura está auditada por otras disciplinas. Hay una auditoría del periodisimo sobre la realidad. Los lenguajes informáticos priman sobre los lenguajes poéticos. La imagen proclama que ha vencido a la palabra. Los números parecen haber triunfado sobre las letras. La información es el valor en alza. Es poder. Y la literatura es la gran víctima en el mundo del valor mercantil de la información. Sentadas a una mesa de póquer el periodismo y la literatura, la literatura tiene menos cartas y las que tiene están marcadas. No hay tiempo para recrear la realidad, porque nos llegan tantos estímulos que el mundo se expresa en un lenguaje caótico como el de un bebé. La sorpresa se sirve con disparos, no con pasteles de cumpleaños. Lo que la vida tiene de sorpresa, la paradoja, lo imprevisto, el abracadabra que se celebra en la literatura, todo eso está al servicio de intereses económicos. La realidad está superando con muchas creces a la ficción.»

Este blog seguramente está siendo leído en soledad, como fue escrito. Pero las ideas conductoras de Eugenia Rico, de quienes dialogamos antes de plasmar contenidos en este blog y de los lectores, seguramente se unen en muchos puntos, y a partir de ahí puede esperarse que nazca un diálogo.

Esperamos ese diálogo necesario, vital, urgente, entre docentes, bibliotecarios, estudiantes e investigadores, y ¡qué mejor ámbito para ese diálogo en el mundo físico, que al amparo de las colecciones de las obras universales, o en el mundo virtual, favoreciéndonos de esta inmediatez que nos brinda la red!

Sirva este comentario, además, para invitar a todos nuestros lectores a visitar, en las instalaciones de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de Xalapa, entre otras, la colección de publicaciones periódicas (ala derecha, nivel -1), adonde encontrarán muchos otros ejemplares de la revista que publicó el texto de Eugenia Rico: Revista de Occidente, revista emblemática del pensamiento occidental y universal, si las hay; y la colección de Literatura (ala izquierda, nivel 1), que es una de las colecciones más ricas del acervo bibliotecario universitario.

En ambos espacios se podrá constatar que no todo texto es nada más información, y que no toda escritura está al servicio de un interés comercial.

Rico, Eugenia. El latido del mundo como pre-texto. Realidad y ficción del mundo o el texto sin lector. Revista de Occidente. No. 325, Junio 2008, p. 66-74.

Platón. La república.

(Audio de este post en formato MP3)