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Hoy -también- juega nuestra selección

Por Carlos A. Sánchez

De cara a tan gloriosa fiesta deportiva en tierras cariocas, aquí hoy juega una vez más la «selección» de jueces, legisladores, secretarios, gobernadores, subsecretarios, secretarios de los secretarios y el resto de esa ampulosa, grave y a la vez graciosa, pirámide de funcionarios públicos, encabezada por el propio jefe del ejecutivo.

Para sus intereses, esa «selección» siempre ha resultado ganadora.

Con las camisetas del solipsismo, el cinismo o el amor al extranjero antes que a la patria, bien puestas, esta selección es a la que los medios oficialistas de comunicación rinden pleitesía un día si y otro también, alabando sus abusos, sus componendas de élite o, al menos, sus errores, mientras la gente «sigue» y es perseguida por el estrafalario estruendo radial y televisivo, de fastuosos eventos deportivos en el extranjero. Dichos eventos son criticados como dispendios superfluos en su propio país, mientras que aquí una parte de la población, entarimada por la publicidad, mayormente alcoholizada grita frente a las pantallas inertes de televisión, animando a una no-representación deportiva nacional, hundidos en el sueño narcotizante del duopolio televisivo, ignorantes de que a punta de goles, la kakistrocracia se ocupa de frenar, desmantelar y fracturar durante un día más al país.

Lucha «libre», pietismo guadalupano y fútbol lúbrico, son tres rasgos, tres ejes redundantes de nuestro conformismo social, rasgos con los que insistentemente los mass media anti-nacionales, quieren tatuar en nuestra sociedad una auto-imagen juvenil, folklórica, retozona, juguetona, benevolente, aguantadora, luchona y hasta feliz, mientras sucesivas administraciones públicas, legislaturas y cortes de supremo oprobio, avalan, aplauden, ejecutan y vitorean el saqueo, desmantelamiento, corrupción y destrucción de las instituciones que deberían constituir un país.

El frenazo económico se prolonga desde el año 1980, mientras la descomposición nacional se ahoga entre gritos de gol.