Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



Su sangre llega hasta nosotros: nuestros hermanos de allá

Tormenta

Por Jacques Roumain (Haití, 1907-1944)

El viento espantó un rebaño de bisontes blancos en la
[vasta pradera
del cielo. Silenciosos y poderosos aplastaron
el sol: el sol se apagó.
El viento aulló como una mujer en mal de parto:
La lluvia acudió, hija del fuego y del mar;
llegó danzando
y lanzó sobre el mundo cortinas de bruma.
Las hojas cantaron
temblando como debutantes de music-hall;
vino el trueno
y aplaudió. Entonces todo se calló para dejar
aplaudir al trueno; las flores
murieron sin haber vivido; las palmeras agitaron
sus abanicos contra el calor.
Un rebaño de bisontes emigra del oriente al
occidente, y la noche llegó como una mujer de luto.

Tomado de: Roumain, Jacques. Gobernadores del rocío y otros textos. Fundación Biblioteca Ayacucho. Gobierno Bolivariano de Venezuela. Texto completo en línea.



2010: un año que tenemos que pensárnoslo

Y pensárnoslo mucho, en solitario y colectivamente, porque tal vez antes del 2012 no haya otro momento decisivo en nuestra historia como éste. Y tenemos que pensárnoslo en el sentido que señala Jorge Mendoza, retóricamente: «El pensamiento retórico: Otro argumento sobre la mente«.
Y recordar a Solón, reunirnos con él en la memoria, con el legislador griego, el de los orígenes de la civilización occidental: si el pueblo padece hambre e injusticia, si el pueblo no tiene trazado un camino, si el pueblo sufre de carencias y de desazón, si algunos abusan de esta condición para sacar provecho y beneficiarse, si nos roban lo que nos pertenece, si los bolsillos están vacíos y hay esta especie de esclavitud bochornosa, existen causas identificables de todo ello, y está en las manos de la propia sociedad, el corregir o eliminar dichas causas.



Valor e importancia de los recursos de información

Las universidades públicas mantienen una oferta importante, interesante, de recursos de información que se contratan, desarrollan y mantienen con recursos públicos.
La vida académica de las universidades debería girar en torno a los problemas sociales, económicos y culturales que demandan solución imperiosa, aprovechando, para encontrar dichas soluciones, los recursos de información más adecuados existentes en el orbe.
No obstante, hay que advertirlo, parece existir una cultura de la autosatisfacción de la demanda de información entre muchos docentes, investigadores y estudiantes. ¿Cuáles son las consecuencias de dicha cultura? ¿Qué ocurre cuando académicos y bibliotecarios trabajan separados, sin una estrecha comunicación y sin conocer bien a bien, lo que piensan unos de otros, y especialmente sin que se conozcan las necesidades y las propuestas de todos?
Sin duda, la red de redes -Internet- ha facilitado que cualquier persona pueda obtener vasta información en pocos instantes y, en función de cuán hábil es la persona para hacer las consultas y cuán flexible es para enriquecer sus estrategias de búsqueda, la información puede ser desde pobre y poco confiable desde el punto de vista académico, hasta muy valiosa.
Para sortear el problema de la calidad de la información, que es fundamental en cualquier proceso de generación, construcción y organización del conocimiento, las bibliotecas universitarias mantienen convenios de servicio con proveedores de información ampliamente reconocidos en el mercado de información y editorial a nivel internacional. La experiencia compartida entre instituciones de educación superior, y la demanda de información por parte de sus cuerpos académicos, conforma el acervo o los repositorios con que éstas proveen de información a sus docentes, investigadores y estudiantes.
A partir de la experiencia que hemos acumulado en los servicios bibliotecarios, podemos postular dos hipótesis: la primera es que los docentes, investigadores y estudiantes están autosatisfaciendo sus necesidades de la mejor manera que pueden, muchas veces pasando por alto la existencia de los servicios bibliotecarios; la segunda es que los bibliotecarios han estado extendiendo una oferta más que generosa de recursos de información de excelente calidad, de la que poco están informados por diversas razones los universitarios y acaba por ser subutilizada.

La cultura del autoservicio de información, en la que de manera individual cada integrante de la comunidad universitaria se autoprovee de los recursos de información que están a su alcance, o conforme a sus habilidades, debe ser elevada a una cultura de la compartición de información, a la comparación y discusión sobre las fuentes de información impresas y electrónicas que utilizamos, en busca de las más adecuadas y pertinentes,  a una cultura de la búsqueda de la excelencia en términos de la actualidad, autoridad y completitud de la información que manejamos, información que forma parte -o debería formar parte- de nuestros planes y programas de estudio, de nuestros programas académicos y nuestros proyectos institucionales.
La información ha tenido siempre y mantendrá siempre esa condición de ser un elemento de importancia estrátegica para la acción. Por lo anterior, es importante que los universitarios den a conocer cuáles son sus necesidades de información a los académicos y a los bibliotecarios, y si no están muy seguros de cuáles son esas necesidades de información, es posible que organizados en comités, uno por cada facultad e instituto, y trabajando con bibliotecarios interesados en el asunto,  se elaboren mapas de necesidades de información, para que las adquisiciones de recursos y servicios de información correspondan, de la mejor manera, con dichos mapas y resuelvan en la mayor medida posible dichas necesidades de información. Un punto de partida seguro, para establecer dichos mapas de necesidades de información, puede ser la consideración meticulosa de los planes y programas de estudio, comparando dichos planes y programas con los existentes en otras partes del mundo, con la bibliografía actualizada que generan las diversas casas editoriales nacionales y extranjeras y considerando tanto como sea posible el estado del arte del conocimiento en cada disciplina. Estas consideraciones, por tanto, demandan la socialización de nuestros conocimientos y la determinación del alcance de nuestros saberes en los diversos terrenos de las ciencias y las humanidades. De esa manera, reconociendo lo que sabemos y admitiendo lo que no sabemos, podemos crear un paisaje informativo -nuestro paisaje informativo- más definido, uno que nos permita conocer cuáles son los terrenos con los que estamos familiarizados y aquellos sobre los que requerimos bibliografía nueva, o acceso a bases de datos, que nos sirvan como una «cartografía del saber».
En nuestra búsqueda de la excelencia informativa, además, debemos tener en cuenta las diversas modalidades y soportes de la información. Actualmente existen excelentes fuentes de información de acceso público, pero muchas fuentes de información de primera magnitud son productos que comercializan casas especializadas en ciertas áreas. Otras fuentes de información pueden encontrarse en formatos sonoros, ópticos, magnéticos, etcétera.
Por otro lado, debemos considerar la propia información que producen los claustros, laboratorios y gabinetes de investigación en nuestras universidades. Al ser esta investigación financiada con recursos públicos, existe en principio un compromiso ético de compartir y difundir tanto como sea posible dicha información. Debemos cerrar el ciclo de la información-conocimiento que va desde la lectura hasta la publicación, y lograr que más universitarios estén enterados e interesados en lo que produce como nueva información la propia universidad. La diversidad, la libertad y la claridad conceptual que alcancemos, como consecuencia de un proceso semejante, será determinante para conformar nuestro bagaje cultural como universitarios, pero sobre todo como seres humanos inmersos en una sociedad agobiada por la incertidumbre, pero capaces de encontrar soluciones.
En un país en crisis, como el nuestro, la crisis más grave en un siglo, los universitarios debemos y podemos hacer un esfuerzo adicional para comenzar a poner en orden el vasto campo de nuestros intereses universitarios y trabajar para enriquecer, fortalecer o ampliar aquellas áreas en que ésto sea necesario.

La sociedad nutre en todos los aspectos a la Universidad, por lo que nuestra deuda mayor es con ella, pues ella nos dota de toda nuestra razón de ser y de todo nuestro sentido.



LULA 2010

El proyecto LULA 2010: Linux para Universidades Latinoamericanas, de la Universidad de Extremadura, España, promete ser uno de los proyectos más interesantes de integración de las nuevas tecnologías, y particularmente del software libre, en el ámbito de la educación superior.

Cabe decir que la oferta inicial del proyecto está dirigida a todos aquellos interesados en conocer el potencial de las aplicaciones de software libre basadas en Linux para la enseñanza y el aprendizaje en disciplinas especializadas del curriculo universitario.

Partiendo de esa idea, el grupo de universidades latinoamericanas participantes en este proyecto de la Cátedra Telefónica para la aplicación de las tecnologías de información y comunicación en el entorno universitario, han integrado un repertorio inicial de aplicaciones de software libre que pretenden satisfacer los requerimientos de aprendizaje de los estudiantes en formación.

Una lista detallada de las aplicaciones incluídas en esta distribución de Linux, que puede descargarse en forma gratuita del portal del proyecto, puede verse aquí. Y destacamos algunas de las aplicaciones que nos parece pueden aprovecharse ampliamente en el entorno de nuestra propia casa de estudios:

  • KDevelop 3.5.3: Entorno de desarrollo integrado para C/C++
  • Eclipse 3.5 (Galileo): Entorno de desarrollo integrado. Preparado por defecto para C/C++ y Java EE.
  • Code:Blocks 8.02: Entorno de desarrollo integrado para C/C++.
  • Anjuta 2.26: Entorno de desarrollo integrado para C/C++.
  • MonoDevelop 2.0: Entorno de desarrollo integrado para C# y otros lenguajes .NET.
  • GCC / G++ 4.3.3: Compiladores de GNU para los lenguajes C y C++ respectivamente.
  • Protégé 3.4.1: Editor de ontologías y framework para bases de conocimiento.
  • CMapTools 5.0.3: Herramienta para crear mapas conceptuales.
  • Freemind 0.7.1: Herramienta para crear mapas conceptuales.
  • TkGate 1.8: Diseño y simulación de circuitos digitales.
  • GNU Octave 3.0.1: Aplicación orientada al análisis numérico.
  • Python 2.6.2: Lenguaje de Programación Python.
  • Dia 0.96: Herramienta para dibujar diagramas estructurados.
  • Scilab 5.1: Programación de alto nivel para cálculo científico.
  • Intérprete R 2.8.1: Computación estadística y generación de gráficas con R.
  • R-Commander 1.5-2: Interfaz gráfica para el lenguaje de programación R.
  • ArgoUML 0.28: Herramienta de modelado UML basada en Java.
  • Wireshark 1.0.7: Analizador de protocolos de red, conocido anteriormente como Ethereal.
  • Kompozer 0.7.10: Editor HTML basado en Nvu.
  • Audacity 1.3.7: Grabación y edición de archivos de audio.
  • KiCad 20080825c: Creación de esquemas electrónicos y circuitos impresos.
  • GeoGebra: Herramienta complementaria para la enseñanza de geometría, álgebra y cálculo.
  • eXeLearning: 1.04.0.3532 Editor de recursos educativos.
  • JClic 0.2.0.4: Entorno para la creación, realización y evaluación de actividades educativas multimedia.
  • Praat 5.1.0: Herramienta para el estudio fonético del habla.
  • GRASS GIS: 6.2.3 Sistema de información geográfica.
  • PSPP 0.6.1: Herramienta para análisis estadístico.
  • Apache 2.2.11: Servidor web HTTP.
  • Tomcat 5.5.26: Servidor web con soporte para servlets y páginas JSP.
  • PHP 5.2.6: Lenguaje de programación interpretado para programación web.
  • MySQL 5.1: Sistema gestor de bases de datos.
  • PostgreSQL: 8.3: Sistema gestor de bases de datos.
  • phpMyAdmin 3.1.2: Administración vía web de MySQL.
  • phpPgAdmin 4.2.2: Administración vía web de PostgreSQL.

Estas, entre otras, son las aplicaciones a las que pueden acceder de manera gratuita los estudiantes universitarios en las instituciones que decidan instalar LULA 2010 en algunas computadoras.

Resulta evidente que la oferta de programas comerciales para ámbitos especializados enfrenta una importante competencia de opciones gratuitas como las mencionadas, y corresponde a los usuarios finales la decisión de elegir una opción libre o una opción con costo, en la medida en que cuente con parámetros de comparación y la experiencia en el uso de ambos tipos de programas. Muchas versiones comerciales ofrecen versiones demo, cuya duración o funcionalidad está limitada por razones obvias.

Esta es sin duda una interesante noticia de la que los universitarios veracruzanos y mexicanos pueden beneficiarse con suma facilidad.