Participantes en la mesa «Evaluación y acreditación»
David Sandoval Rodríguez
Uno de los principales retos de las instituciones de educación superior (IES) es crear un sistema de aseguramiento de la calidad, sostuvo María de los Ángeles Ancona Valdez, jefa de la Unidad de Evaluación y Acreditación de la Universidad de Guadalajara (UdeG), al participar en la Primera Reunión «México, Centroamérica y el Caribe» de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL).
En el evento organizado por la Universidad Veracruzana en el puerto de Veracruz, la directiva de la UdeG trazó un panorama del contexto regional y enunció las principales problemáticas y retos que enfrentan las universidades latinoamericanas, así como las posibles soluciones.
Al presidir la mesa con la temática «Evaluación y acreditación», Ancona Valdez puntualizó que «se implantó una cultura de la calidad y la evaluación que está presente en el discurso pero no siempre en la práctica, además esta cultura no permea de manera homogénea».
En ese sentido, agregó que las IES han trabajado para cumplir con criterios, estándares e indicadores, así como sistemas de mejoramiento de la calidad que muchas veces provienen de otro tipo de entidades que no son académicas.
«La acreditación de los programas educativos es un punto medular en nuestras universidades», reconoció, «por ello los temas de la evaluación y acreditación están permeando en todo lo relacionado con la educación».
La ponente declaró que «los elementos de la metodología de evaluación carecen de una legitimidad académica y social», incluso en algunos países las organizaciones que se contratan para evaluar a las universidades lo hacen «con una metodología elaborada en los años noventa que no ha sido actualizada ni revisada».
Aunque las universidades de la región han reconocido un compromiso social, todavía se deben superar las brechas científicas y tecnológicas que persisten, en comparación con otras regiones del planeta.
Se considera que las universidades deben ser un agente de cambio para sus contextos, añadió; «es decir, que revolucionen a través del pensamiento, con estudiantes capaces que puedan atender las necesidades de la sociedad».
Para acortar la brecha existente se deben crear sistemas de información válidos y confiables entre las instituciones educativas y se debe «crear un marco normativo que regule un sistema de aseguramiento de la calidad», pero «estos mecanismos deben instalarse en las instituciones por ellas mismas para asegurar su permanencia y continuidad».