Año 15 No. 621 Noviembre 30 de 2015 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Juego de pelota precolombino, vinculado a toma de cautivos

Contenido [part not set] de 48 del número 621
Sara Ladrón de Guevara impartió una conferencia a estudiantes de posgrado

Sara Ladrón de Guevara impartió una conferencia a estudiantes de posgrado

Paola Cortés Pérez

El sacrificio por decapitación en el juego de pelota puede estar vinculado a la toma de cautivos y al símbolo de poder de quien lo realizaba, expuso Sara Ladrón de Guevara, al participar en la última sesión del IV Coloquio Académico de la Maestría en Antropología.

La antropóloga dictó la conferencia «Asociaciones simbólicas del juego de pelota precolombino» el 26 de noviembre, en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades, en la que estuvieron presentes José Luis Martínez Suárez, director general del Área Académica de Humanidades; Sergio Rafael Vásquez Zárate, director de la Facultad de Antropología, así como alumnos del posgrado y académicos.

Ladrón de Guevara habló sobre las asociaciones simbólicas relacionadas con los implementos y la pelota, y planteó que la cabeza se convirtió en un símbolo de dominio.

Explicó que el juego de pelota en la América precolombina fue la representación ritual y escénica de la lucha de contrarios, «la oposición es alegórica de fuerzas cósmicas contrarias y está representada por el enfrentamiento de dos equipos rivales».

La académica e investigadora expuso que pudo instaurarse como un espacio de decisión para solucionar conflictos diversos, ya que en la cancha se enfrentaban equipos o individuos, representantes de grupos con intereses políticos, económicos o ideológicos opuestos.

Explicó que la oposición simbólica en el juego corresponde a los espacios opuestos complementarios del cosmos: la del inframundo y el supramundo, que son recorridos diariamente por la esfera solar, símil de la pelota, la cual reproduce la danza astral.

El juego que se practicaba en la costa del Golfo de México en el periodo Clásico, apuntó, estaba asociado a un sacrificio de decapitación. Pero, en las etapas precolombinas, la relación Sol-pelota-cabeza decapitada constituye un complejo simbólico único, perceptible en los rituales.

Indicó que el significado que tenía la cabeza decapitada, era de custodio de la energía vital despojada, «es pelota y es Sol», de ahí que los gobernantes muestran su poder en distintos documentos al posar sobre esta reliquia, porque establece su poderío a partir del derrocamiento del contrario en su representación más inequívoca y dramática: la cabeza cercenada.

Sobre el juego de pelota
Ladrón de Guevara mencionó que a través de datos iconográficos y muestras arqueológicas, se conoce que el juego de pelota en la costa del Golfo de México sólo era practicado por hombres.

Indicó que era un juego elitista, las iconografías encontradas muestran que los gobernantes eventualmente participaban o al menos portaban sus insignias; además, el entrenamiento y el equipamiento debieron significar un alto costo.

Se sabe, dijo, que solía estar presente un veedor o espectador, que hacía las veces de juez o réferi; se conoce que los jugadores eran personas sanas.

Por último, la antropóloga dijo que se desconocen varios puntos sobre el juego de pelota, como el número de jugadores participantes; si el sacrificio era antes o después del juego; cuáles eran las reglas, cómo se realizaba el puntaje, si había torneos, si se llevaban a cabo en fechas precisas, entre otros.

«Como vemos, falta mucho por saber de este ritual primordial, lúdico y sangriento, entrañable y repulsivo a nuestros ojos filtrados por culturas y cosmovisiones distintas, distantes y ajenas», concluyó.

Navegación