Año 15 No. 621 Noviembre 30 de 2015 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Influencia de géneros profanos y religiosos perdura en la música

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Jorge Vázquez Pacheco

Antonio García de León

Antonio García de León

Antonio García de León, investigador y musicólogo originario de Jáltipan, Veracruz, participó en el Coloquio Veracruzano de Otoño “El paisaje veracruzano. Una mirada a través del arte”, con la conferencia “El paisaje sonoro”, en la que ofreció datos y detalles en torno a este tema, que sorprenden por su variedad y riqueza.

El evento fue organizado por la Universidad Veracruzana, el Gobierno del Estado y la Secretaría de Educación de Veracruz y la intervención de García de León tuvo lugar en la sala de videoconferencias de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de Xalapa.

El ponente se remontó al Veracruz de los años coloniales, el trajín cotidiano de una incipiente ciudad mercantil con tañer de campanas, pregones, salvas de artillerías, ruidos de carpinteros, herreros sobre calafates de embarcaciones y, por las noches, los ecos de los fandangos cuyas notas debieron escucharse hasta el islote de San Juan de Ulúa.

“El ambiente que se instala desde su fundación y su primera trashumancia en un mar enlazado por el comercio y sus razones; una cultura exógena y cambiante matizada por los elementos que por aquella época constituían la modernidad y que a la postre acunó el desarrollo de un liberalismo temprano”, a decir de García de León.

Dio detalles en torno del trabajo de los grupos esclavizados, de los contingentes de negros, mulatos, indígenas y españoles libres, quienes se empleaban en los servicios portuarios, artesanales y militares. Abundó acerca de la represión por parte de la Iglesia hacia manifestaciones culturales musicales como la sarabanda y la chacona, formas que posteriormente se llevaron a Europa y que fueron trabajadas por compositores tan importantes como Bach y Haendel.

“Muchos maestros de capilla, ministriles, cantores, músicos de iglesia y promotores de las danzas furtivas fueron portugueses, y se promovieron así géneros profanos y religiosos que influyeron en la música que se escucha hasta ahora en las dotaciones de jaranas, tablaturas y formas de tañer.”

Destacó la presencia en México de la obra del guitarrista gaditano Juan Antonio de Vargas y Guzmán, quien fundó en el puerto de Veracruz una escuela de cifra para guitarra; de 1776 procede su excelente e íntegro método para interpretar la guitarra.

Luego llegarían el son cubano, las polkas, mazurkas y otras tonadas de corte europeo. “Pero el que definitivamente clavaría sus anclas en el puerto fue el danzón, mientras la ciudad saltaba extramuros y se formaban los populares barrios de La Huaca y Caballo Muerto”.

Al referirse a Xalapa, habló de su amplio papel protagónico desde la implantación de las ferias, en 1720 y por decreto de Felipe V, así como sus características tertulias de salón, la adopción de nuevas costumbres y el ejercicio de permisividades como la celebración del ascenso al trono del rey Carlos III, una fiesta que se prolongó por un mes, desde fines de mayo de 1774.

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