Universidad Veracruzana

Kaniwá

Bibliotecas, Información y Conocimiento



El bibliotecario en la era digital y del «cabroñol»

Dos artículos periodísticos, uno publicado recientemente en El País, y el otro en La Jornada, dan motivo a una breve reflexión. En el primero, se señala:

«Algunos de estos bibliotecarios [la nota de El País se refiere a los bibliotecarios que trabajan en bibliotecas adonde han echado raíces los servicios tecnológicos, como el uso de computadoras con acceso a Internet] enseñan a los niños a desarrollar presentaciones con PowerPoint o a crear vídeos en Internet. Otros hacen que los alumnos utilicen las redes sociales para debatir todo tipo de cosas, desde historia hasta comentarios sobre los relatos de los compañeros. Pero aunque los bibliotecarios escolares tienden a ser los que enseñan a los alumnos aptitudes básicas, necesarias no sólo en el colegio sino también en el trabajo y en la vida diaria, suelen ser también las primeras bajas en los recortes presupuestarios de los colegios».

De cara a una de las crisis económicas mundiales más graves -crisis que se ve acendrada a nivel nacional por la conducción económica de los años recientes-, las bibliotecas son instituciones que a pesar de sus valiosos servicios y colecciones al alcance de todos los que las necesiten, parecen desprotegidas y ven amenazados sus presupuestos para la adquisición de recursos documentales y para la renovación de suscripciones, toda vez que el papel que se les asigna es «de apoyo», o «de servicio», sin reconocérseles como auténticos epicentros de la vida académica de las instituciones educativas. En el peor de los casos, las bibliotecas ven amenazados los recursos que permiten sostener a los recursos humanos que hacen posible la organización y servicios bibliotecarios.

También recientemente Carlos Monsiváis ha dicho en TvUNAM, que si en México ha de avanzarse hacia un país de verdaderos lectores, que no meramente usuarios casuales o lúdicos de computadoras, o si aspiramos a vivir en un país de instituciones donde las autoridades y funcionarios de todos los niveles no sean -como se queja el escritor de las actuales- «belicosamente analfabetas», deberá tomarse como condición fundamental, el apoyo a y el desarrollo de la red nacional de bibliotecas.

Para enfrentar estos retos, los bibliotecarios deben asumir una actitud nueva, diferente. La discusión sobre el futuro de las bibliotecas públicas y escolares debería ocupar los primeros lugares en las preocupaciones de todos los que trabajan directa e indirectamentemente con las bibliotecas. En dichas reflexiones debe ocupar el primer lugar la relativa a la función social de las bibliotecas: creadora y desarrolladora de capital social, y detonadora del desarrollo comunitario y humano. Otros temas delicados que deben esclarecerse con amplitud de miras y generosidad humanista son los relativos a la inclusión digital, al analfabetismo en sus diversas expresiones, a la libertad de expresión, el derecho a y de la información, la creación y gestión de conocimiento, etcétera.

A dicho debate deberían acudir tanto docentes y bibliotecarios profesionales, el gobierno y la empresa, así como los padres de familia y los estudiantes.

La Alfabetización Informacional (ALFIN), a la que se ha hecho referencia en este blog, ofrece la perspectiva y el marco general para estas reflexiones, marco que pueden aprovechar los bibliotecarios para orientar su quehacer y para afianzar el papel fundamental de la biblioteca en el seno de los procesos educativos y de democratización, para alcanzar la equidad en la vida económica y social.

Aunque tradicionalmente se les considere, principalmente, como «salvaguardas» de los libros, los bibliotecarios deben asumir de inmediato un papel proactivo con relación al uso de la red, y de los vastos recursos de información que ésta ofrece, deben desplegar de manera más organizada y sistemática todas sus habilidades y experiencia en el manejo de grandes volúmenes de información; sin embargo no basta con asumir dicho papel proactivo, sino que además deben dar muestra de un desarrollado sentido crítico, puesto que la calidad de la información que hay en la red es tan diversa como sus orígenes y la fiabilidad de la misma debe estar constantemente bajo revisión.

Hacer uso provechoso de la red implica, según lo dicho hasta ahora, en primer lugar, poseer los elementos de una cultura lectora crítica. De otra forma, es decir, navegar la vasta red de documentos sin espíritu ni sentido crítico, convierte lo que debería ser una práctica provechosa y formadora en un quehacer estéril y hasta en ocioso entretenimiento.

El riesgo de que internet se convierta en una forma hasta perniciosa de televisión individualizada e interactiva es real y los bibliotecarios debemos movilizar capacidades y recursos para evitar que eso suceda.

Al respecto, el texto El cabroñol y el espejismo de la web, publicado en La Jornada señala que: «los japoneses y los coreanos no alcanzaron sus altos niveles de lectura gracias a Internet sino al contrario: los altos niveles de lectura y educación permitieron a esos pueblos un rápido desarrollo de las nuevas tecnologías digitales.»

El bibliotecario que alfabetiza informacionalmente a sus usuarios, los invita a leer en la red, a buscar y seleccionar sus lecturas entre una vasta colección de recursos de excelente calidad, ayudándolos a discriminar y distinguir el grano de la paja, proponiéndoles el enriquecimiento y la contextualización de la información en línea con obras de reconocida autoridad o calidad, con recursos impresos, publicaciones periódicas y bases de datos de publicaciones académicas, y alienta en ellos la duda sistemática, el espíritu de investigación e indagación, así como la comprensión de la importancia y trascendencia del lenguaje y la comunicación.



Wolfram Research podría cambiar para siempre la búsqueda de información

Cuando escuchamos, hace un par de días, que Wolfram Research, la empresa creadora de Mathematica, un software científico de uso muy extendido en centros de investigación de todo el mundo, trabaja en el desarrollo de un buscador, la cosa nos pareció una noticia más sobre buscadores como las que aparecen continuamente en SearchEngineWatch.com.
Pero no es así.
Si se realiza la pretensión de la empresa de que el buscador «calcule conocimiento», únicamente habrá que estar a la espera de resultados, hacer una multitud de pruebas, para concluir que las búsquedas de información en la red jamás volverán a ser lo que son por ahora.
De acuerdo con Stephen Wolfram, que escribe en el blog de la empresa:

«Con Mathematica, dispongo de un lenguaje simbólico para representar cualquier cosa -así como el poder algorítmico para realizar cualquier tipo de computación. Y con New Kind of Science [NKOS es una metateoría científica que desarrolló el autor] cuento con un paradigma para comprender cómo pueden desarrollarse a partir de reglas simples, todo tipo de complejidades.
«¿Pero qué hay de todo el conocimiento que la humanidad ha acumulado?
«Mucho de ello está ahora en la web -en miles de millones de páginas de texto. Y con un buscador podemos buscar de manera bastante eficiente términos específicos y frases en todo ese texto.
«Pero no podemos realizar cálculos con ello. Y de hecho, [con esa información] sólo podemos responder preguntas que, literalmente, ya han sido realizadas. Podemos buscar todas esas respuestas, pero no podemos encontrar nuevas respuestas.
«Así que ¿qué hacemos con ello? Algunas personas piensan que el camino hacia adelante implica que, de alguna manera, alcancemos la «comprensión automática» de todo el lenguaje natural que existe en la red. La web semántica hará que ese propósito se alcance más fácilmente.
«Pero, combinando las capacidades de Mathematica y NKS parece haber una alternativa: implementar de manera explícita métodos y modelos, como algoritmos, y «curar» también explícitamente todos esos datos, de manera que sean computables inmediatamente.
«No será fácil hacer ésto. Cada tipo de método y modelo -y de dato- tiene sus propias características especiales y su carácter. Pero con una combinación de Mathematica y las capacidades de automatización de NKS, así como un gran cuerpo de expertos humanos, me congratulo en comunicarles que hemos ya avanzado un largo trecho.
«Pero, está bien. Digamos que hemos tenido éxito en crear un sistema que sabe mucho, y que puede saber mucho más. ¿Cómo interactuaremos con él?
«La forma en que los humanos nos comunicamos es a través del lenguaje natural. Y cuando uno trata con todo el espectro de saberes y conocimientos, creemos que también el lenguaje natural es la única opción realista para comunicarse con las computadoras.
«Por supuesto, lograr que las computadoras traten con el lenguaje natural, ha resultado de una increíble dificultad. Y aún estamos bastante lejos de tener computadoras que «comprendan» de manera sistemática grandes volúmenes del texto en lenguaje natural que hay en la red.
«Pero, si se ha logrado convertir ese conocimiento en computable, ya no se necesita que las computadoras «comprendan» el lenguaje natural.
«Todo lo que uno necesita es tomar las preguntas que las personas realizan en lenguaje natural y representarlas en una forma precisa, que se ajuste a los cálculos que la computadora puede hacer.
«Por supuesto, aún eso no sea ha realizado todavía, ni en su forma más general. Y a eso se agregan nuevas dificultades, por el hecho de que no querríamos encasillarnos en el uso de un solo idioma, como el inglés: también querríamos manejar el espectro de notaciones que las personas usan en una gran diversidad, si no en la totalidad de dominios.
«Yo no estaba seguro de que fuera a funcionar. Pero estoy muy feliz de poder decirles que con una mezcla de ingeniosos algoritmos y heurística, grandes cantidades de linguística del descubrimiento y curación lingüística, lo que combinado probablemente representa varios logros teóricos, hemos conseguido que efectivamente funcione.
«Reunir todo ésto y crear una verdadera máquina computacional de conocimiento es una tarea sumamente díficil.
«Se trata, sin lugar a dudas, del proyecto más complejo en el que me he involucrado en toda mi vida. Involucra una gran cantidad de destrezas -y de partes dinámicas constitutivas- de lo que hubiera tenido que administrar jamás.
«Y -como Mathematica, o NKS– este proyecto parece que no tendrá fin.
«Pero estoy feliz de comunicarles que casi alcanzamos el punto en el que nos sentimos capaces de mostrarles la primera parte del resultado.
«Va a estar en nuestro sitio www.wolframalpha.com. Un sólo campo de búsqueda dará acceso a un vasto sistema, con millones de millones de millones de datos curados, y millones de líneas de algoritmos.
«Estamos trabajando arduamente justo ahora, para que WolframAlpha esté lista para salir a la luz.
«Pienso que todo ésto será sumamente emocionante. Un nuevo paradigma sobre cómo usamos las computadoras y la web.
«Nos pondrá frente a frente con lo que la gente pensaba que serían capaces de hacer las computadoras, hace 50 años».

Hasta aquí nuestra versión de lo que dice el blog de Wolfram Research.
Lo cual nos trae a la mente el maravilloso cuento de Isaac Asimov, «La última pregunta«, cuya lectura recomendamos ampliamente, y muchas preguntas -precisamente-: como la de que si tendremos tiempo para asumir otra perspectiva sobre nuestro trabajo como bibliotecarios.