Claudia Peralta Vázquez
Hoy en día, la visión de ciudad compacta está de moda, así como la estrategia de vivienda vertical, lo cual no se adapta a las necesidades de la población mexicana ya que únicamente cubre los rubros de seguridad y fisiológico, externó Héctor Saúl Castilla Moyado, docente de la Facultad de Arquitectura de la región Orizaba-Córdoba.
Durante su intervención en la mesa “Esquemas alternativos de vivienda”, dentro de la primera sesión plenaria del Foro ONU-Hábitat III, el especialista subrayó la necesidad de replantear ese modelo de vivienda institucional.
“La vivienda institucional en México es ‘mocha’, tradicionalista, tiene una zona divertida y cómoda, pero no refleja más allá de las condiciones de seguridad y fisiológica.”
En su opinión, resultado de un trabajo de investigación relacionado con perspectivas de vivienda institucional, compartió con otros especialistas, estudiantes de Arquitectura y público en general, que hace 20 años la sustentabilidad era un tema de moda y las viviendas podían ser adaptables a las necesidades de la población.
Por su parte Enrique de Jesús Nachón García, gerente general del Instituto Veracruzano de la Vivienda (Invivienda), señaló que la vivienda es un derecho fundamental que no se ve reflejado en la realidad de la población.
En este sentido, los menos favorecidos son las personas que no tienen una relación laboral fija, al no poder comprobar sus ingresos ni tener acceso a un crédito oficial, agregó.
En tanto Joel Guzmán González, docente de la Facultad de Arquitectura en la región Orizaba-Córdoba, resaltó una propuesta conceptual a corto plazo relacionada con el género de vivienda flotante, que pueda construirse sobre cuerpos de agua con poca movilidad y materiales de la región que no alteren el entorno.
En opinión de José Antonio Hernanz Moral, director general de Desarrollo Académico e Innovación Educativa de la UV, para las nuevas generaciones ya no es tan importante la propiedad y a la vivienda no se le da un sentido de cobijo sino de función social.
“Hay que replantearnos que existe una fusión entre trabajo, vivienda, ocio, poder político y el punto de vista religioso.”
En esta mesa también se expusieron otras propuestas con miras a lograr la habitabilidad social, además de viviendas confortables, sustentables, así como la participación ciudadana que es básica para la creación de espacios habitables acordes a sus necesidades.
Igualmente se externaron métodos para acceder a viviendas permanentes y temporales, dignas para toda la población.
Asimismo, se abordó la protección de la vivienda indígena como un patrimonio que debe valorarse y no marginarse.
Además, se habló del impacto desmedido en el crecimiento de áreas urbanas y rurales, como resultado de la falta de dotación de servicios básicos.
En el marco de este evento, fueron instaladas tres mesas más de debate: “Legislación urbana”, “Derecho a la ciudad con perspectiva de género” y “Nueva agenda urbana”.