Año 15 No. 655 Octubre 10 de 2016 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Corrupción frena movilidad social: investigadores

Contenido 26 de 46 del número 655
Filiberta Gómez, Juan Enrique Huerta, Roberto Vélez, José Galindo y Ernesto Treviño

Filiberta Gómez, Juan Enrique Huerta, Roberto Vélez, José Galindo y Ernesto Treviño

 

Lucero Mercedes Cruz Porras

Roberto Vélez Grajales y Juan Enrique Huerta Wong presentaron el libro México, ¿el motor inmóvil?, que editaron junto con Raymundo Miguel Campos Vázquez, durante la sesión inaugural del Seminario de Economía Política y Dinámicas Sociales del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), el 21 de septiembre.

Los integrantes del Centro de Estudios “Espinosa Yglesias” (CEEY) fueron invitados por el Cuerpo Académico (CA) Estudios Sociopolíticos del IIH-S. En el evento estuvieron presentes la directora del Instituto, Filiberta Gómez Cruz, así como los investigadores Ernesto Treviño Ronzón y José Galindo Rodríguez, quienes establecieron un interesante diálogo con Roberto Vélez y Juan Enrique Huerta.

Galindo Rodríguez comentó que el seminario es un esfuerzo del CA antes citado, para entender algunos aspectos y problemas económicos contemporáneos de México. Además, compartió que surgió por la necesidad de analizar y discutir, con el rigor teórico debido, la realidad actual de los entornos nacionales y locales.

Los coordinadores de México, ¿el motor inmóvil? abordaron en la plática la gran paradoja de las sociedades contemporáneas, donde existe un acuerdo social intrínseco de aspirar a tener una población más educada. De acuerdo con Ernesto Treviño, esta creencia contempla la idea de que “más años de educación implican movilidad social: una mejor economía, un seguro médico, una acumulación de capital, entre otros; sin embargo, a pesar de la inversión económica de entidades federativas como México en esta materia, algunos motores están en pausa”.

En respuesta a esta inquietud, Vélez Grajales apuntó que existe una correlación clara entre corrupción y las bajas
tasas de movilidad social, en términos de producción.

Posteriormente comentó que el método de acercamiento al tema del libro constó de una encuesta realizada con el apoyo económico de la Fundación Espinosa Rugarcía para obtener datos precisos sobre la movilidad social intergeneracional en México. Acotó que en el proceso de la formación del proyecto, surgió la propuesta de brindarle un carácter permanente, cuyos resultados derivaron en la aprobación del trabajo; en este sentido, establecieron este tópico como eje transversal de las investigaciones en el CEEY.

Por otra parte, Juan Enrique Huerta hizo una conceptualización del término en un sentido reduccionista, describiéndolo como “la frecuencia con la que los hijos experimentan cambios en el bienestar respecto a sus padres, que puede ser hacia un nivel mejor o peor de la condición”.

Dijo que es una temática arraigada a la teoría social desde hace varias décadas y a los cuestionamientos del papel del Estado en el contrato social como “liberador del potencial de los habitantes, donde cada persona con base en su propio esfuerzo y talento pueda detectar cierta capacidad de bienestar dentro de la sociedad”.

El investigador centró su participación en el estancamiento de movilidad que ha permeado el desarrollo de Latinoamérica, específicamente en regiones como México, donde sólo menos del 10 por ciento de la población vive en una situación no vulnerable.

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