Paola Cortés Pérez
Elsa Malpica y María del Pilar García
María del Pilar García Álvarez, integrante de la primera generación del Ballet Folklórico de la Universidad Veracruzana, expresó que ser parte de esta agrupación le enseñó a amar el folklor y respetar las tradiciones de todos los pueblos.
Como bailarina estuvo en las filas del grupo artístico durante 40 años, tiempo en el que dijo se sintió feliz y satisfecha con lo que realizaba, porque no sólo tuvo la oportunidad de pisar algunos de los escenarios más importantes a nivel mundial, sino que pudo hacerlo en representación de la máxima casa de estudios del estado.
“Fue un halago, un compromiso y una gran responsabilidad representar a una institución como la Universidad. Además, hacía algo que aún me gusta mucho y por lo que recibía el reconocimiento del público. Tiene un gran valor para mí haber pertenecido y pertenecer al Ballet”, ahora como maestra de los integrantes más jóvenes.
García Álvarez dijo que trata de transmitir a sus alumnos todo lo que para ella representa la agrupación universitaria, “para que se interesen y vean al folklor como parte de nuestras raíces, que lo entiendan, lo aprecien y lo valoren”. Otra de las integrantes con más trayectoria es Alma de la Rosa, quien desde 1980 es la solista vocal del grupo musical que acompaña al Ballet durante sus presentaciones.
Alma de la Rosa
Para ella, una de las características más sobresalientes de éste es que los músicos y los bailarines son muy unidos. “Al ser la única mujer entre los músicos, fui la consentida, también me ha tocado ser su mamá, hermana, enfermera, todo; hemos convivido muchos años, he visto pasar a muchos jóvenes y a otros los he visto partir.” Dijo que pertenecer al Ballet ha sido una gran experiencia, “ha sido lo máximo para mí”.
En tanto, Elsa Malpica, quien también formó parte de la primera generación, dijo que lo más valioso que le ha dejado esta agrupación es el bagaje cultural adquirido a lo largo de las visitas alrededor de 20 países, lo cual “nos amplió la visión. ”Experimentamos la interculturalidad al aprender de otras culturas. Como bien lo dijo la rectora (Sara Ladrón de Guevara), en el Ballet se unen la innovación y las raíces, lo cual resulta benéfico para la difusión y conservación de la cultura.” El mayor aprendizaje, señaló la también profesora en el Centro de Idiomas de Xalapa, es disfrutar intensamente la vida académica, “me enseñó a ser organizada, disciplinada, a tener amor y entrega por todo lo que hago, porque la danza se hace con pasión.”