Gabriel Medina Carrasco
Claudia Peralta Vázquez
El Encuentro de Egresados de Universidades Interculturales de México 2015, del cual fue sede la Universidad Veracruzana, contribuye y retroalimenta las acciones que las instituciones de educación superior interculturales han desarrollado, sobre todo en la formación de los jóvenes que actualmente aplican sus conocimientos en beneficio de las comunidades a las que pertenecen y de la sociedad en general.
Así lo expresó Rebeca Hernández Arámburo, directora general de Vinculación, en representación de la rectora Sara Ladrón de Guevara, durante la inauguración de actividades el miércoles 23 de septiembre.
En tanto Shantal Meseguer Galván, directora de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI), dio la bienvenida a los egresados, procedentes de diversas instituciones interculturales de entidades como Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, México, Tabasco y Michoacán, así como de las cuatro sedes de la UVI (Huasteca, Totonacapan, Grandes Montañas y Las Selvas).
En el marco del mismo, Gabriel Medina Carrasco, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dictó la conferencia «La violencia epistémica y educación», en la cual subrayó que un alto porcentaje de la juventud mexicana experimenta una marginación social, producto del sistema socioeconómico neoliberal imperante.
En México, informó, el 54 por ciento de los jóvenes vive en situación de pobreza, según datos de la medición 2014 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que refiere que 55 millones de mexicanos vivían en condición de vulnerabilidad, la cual empeora aún más entre los menores de 18 años.
El académico de origen chileno y Coordinador del Proyecto de Posgrado en Estudios Decoloniales y del Proyecto de Investigación Juventudes Latinoamericanas, destacó que la ausencia de un Estado que les garantice condiciones mínimas de vida, acceso a la diversión, a un trabajo digno, a la salud y seguridad, ha contribuido a que amplios sectores juveniles se vean obligados a buscar opciones fuera de la institucionalidad.
«Miles de jóvenes, hombres y mujeres, son orillados a construir trayectorias de vida fuera de los canales y modalidades de integración social al sistema, en la migración, en la ilegalidad y criminalidad.»
Sostuvo que en la medida que este proceso continúe extendiéndose por el territorio nacional y los grupos sociales, el resquebrajamiento del sistema será irreversible.
Manifestó que en los más de 20 años de haberse establecido en nuestro país, ha constatado que las autoridades políticas y educativas, no sólo de México sino de América Latina, así como diversas instituciones sociales, profesionistas y personas adultas, poseen prejuicios de los mundos juveniles que poco o nada les permite dar cuenta de su complejidad.
De tal modo que las definiciones habitualmente adultocéntricas, refieren a los jóvenes como: políticos, inmaduros, rebeldes por naturaleza, el futuro del país, entre otras calificaciones. Lo cual construye miradas sesgadas que repercuten negativamente sobre su presente y su manera de significar el mundo.