Año 14 No. 582 Noviembre 18 de 2014 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Estado de derecho, eslabón perdido de la democracia

Contenido 20 de 43 del número 582

“Tenemos que admitirlo, México vive una crisis de gobernabilidad democrática”582-infgral-003-Agustin

Karina de la Paz Reyes

El Estado de derecho es el eslabón perdido de la consolidación democrática del país. Por nuestras actitudes, historia y cultura, los mexicanos no hemos podido configurar nuestra democracia y transformarla en un Estado de derecho, opinó el penalista Agustín Acosta Azcón

. “En la actualidad estamos en una coyuntura más complicada aún, pues no sólo debemos cuestionarnos si tenemos Estado de derecho, sino si tenemos un Estado en sí”, dijo el también profesor de Derecho Penal en el Centro de Investigación y Docencia Económicas, Asociación Civil.

Mencionó que los acontecimientos ocurridos recientemente en Iguala, Guerrero (el asesinato, por un lado, y desaparición, por otro, de estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, ubicada en Ayotzinapa), no están muy lejos del infierno.

“Estamos viviendo una crisis fundamental. Ahí, dónde está el Estado. Ése es el reto de nuestro tiempo. Nuestra gobernabilidad democrática tiene que pasar por cuestiones de un Estado de derecho.”

Acosta Azcón ofreció la conferencia magistral “Gobernabilidad democrática”, la primera que alimenta el Diplomado en Gobernabilidad Democrática y Construcción de Ciudadanía que imparte el Programa de Formación en Gestión Municipal de la Universidad Veracruzana (UV) y la Secretaría de Gobierno del Estado de Veracruz (Segob).

“Hoy el Estado mexicano se enfrenta a poderes fácticos. Quiénes son ésos: el narco, las televisoras, los monopolios, los multimillonarios de este país, los sindicatos. Por todos lados hay grupos de poder que asaltan, amenazan, chantajean al Estado y socavan lo más importante: su autoridad.”

Para él, en México estamos a un nivel de corrupción a la par de Haití y Bolivia, en temas de percepción. “Tenemos un gran problema de aplicación del Derecho, debilidad institucional, y venimos de un contexto de una guerra contra el narco (mal declarada, o lo que se quiera decir), donde uno de los componentes fundamentales de la democracia ha sufrido: el respeto a los Derechos Humanos”.

Un poco de historia… De manera sucinta habló de la historia de la democracia mexicana, y para ello citó la entrevista realizada por James Creelman a Porfirio Díaz, publicada en Pearson’s Magazine en marzo de 1908, y las memorias de Luis Carlos Ugalde, Así lo viví, que relata el testimonio del entonces presidente del Instituto Federal Electoral (IFE) en la elección presidencial de 2006, la más competida en la historia moderna del país.

Indicó que 1953 fue un gran parteaguas en la democracia mexicana, que se debe al veracruzano Adolfo Ruiz Cortines, quien le “otorgó” el voto a la mujer; otro avance electoral se dio en 1978, después de la Guerra Sucia: la Reforma Política, obra de otro veracruzano, Jesús Reyes Heroles.

Pero “el gran parteaguas es la elección de 1988, sobre la que todavía no sabemos realmente qué pasó”. A partir de ahí se volvió indispensable revisar el sistema electoral, se creó el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales y el IFE, que posteriormente se ciudadanizó.

Según Agustín Acosta, “la cumbre de la democracia” mexicana fue la transición protagonizada por Vicente Fox Quesada, el primer proveniente de un partido político distinto al que había gobernado durante más de 70 años.

Hoy en día, si bien hay reglas electorales, organización, conteo de votos y pluralidad, algo falla en el engranaje constitucional. “Nuestra democracia no nos satisface. Vivimos un desencanto y es normal, esto sucede en muchos países”.

Subrayó que “hay una debilidad constitucional” y para muestra tenemos elecciones libres, pero no hemos resuelto en estos años los problemas de pobreza; tenemos instituciones dedicadas a la transparencia, pero hay corrupción; la eficacia de los gobiernos es vaga y “hay un desencanto democrático. ”Tenemos que admitirlo, México vive una crisis de gobernabilidad democrática. Estamos lejos de los parámetros que dice Fukuyama: Estado fuerte, Estado de derecho, Rendición de cuentas.”

El hijo del ex gobernador de Veracruz, Agustín Acosta Lagunes, remarcó que se trata de una situación “gravísima”, pues al no haber Estado, no puede haber democracia.

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