Raúl Molina Salazar
La población sin trabajo o de bajos recursos es la que más gasta en medicamentos
Paola Cortés Pérez
En la prestación de los servicios de salud, especialmente en el acceso a medicamentos, se refleja la marcada desigualdad social que se vive en México, afirmó Raúl Molina Salazar, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El académico dictó la conferencia «Acceso de medicamentos en México: financiamiento y equidad», a estudiantes de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Veracruzana (UV) y comentó que en los países desarrollados los medicamentos son adquiridos con financiamiento público.
«En México hay una mala distribución del ingreso. Una tercera parte etiquetada como gasto en salud es destinada a la compra de medicamentos, y dos terceras partes es financiamiento privado; entonces, las formas de financiamiento están limitando este servicio.»
Mencionó que países como Noruega, Dinamarca, Finlandia, Suecia, Suiza, Nueva Zelanda, entre otros, invierten menos en la compra de medicamentos porque el gasto es institucional y con base en medicinas genéricas.
«Cuando estudié en Noruega tuve varios episodios de enfermedad, entonces vas al médico de la esquina y te da la receta. Y ¿cómo era ese acceso? Bueno, pues me daban un pequeño envase con las pastillas genéricas.»
México, apuntó Molina Salazar, es un país segmentado en dos partes: los que tienen empleo fijo y los que no lo tienen; de igual manera, los servicios de salud están segmentados: otorgamiento gratuito de medicamentos para quienes tienen empleo formal y el Seguro Popular para la población abierta con menos recursos.
«La creación del Seguro Popular fue la forma institucional de darle la vuelta al tema de la salud universal: la mitad de la población no tiene empleo, una buena parte vive en el medio rural, al no tener cobertura de seguridad social debe comprar medicamentos a precios elevados, en un mercado que favorece a las empresas transnacionales.»
Además, indicó que el 85 por ciento de los medicamentos que se ofrecen en el país no son de patente, y lo peor es que tienen precios elevados.
El también especialista en Economía de los Medicamentos, concluyó que los mexicanos de escasos recursos económicos y los que viven en el medio rural, son los que más gastan en salud. «Esto muestra que el Seguro Popular no es la panacea, porque con este esquema la gente gasta más, es injusto e inequitativo».