Pablo Rivera Flores
Uno de los principales componentes de una computadora, ya sea de escritorio o portátil, es la unidad de almacenamiento principal denominada disco duro (HDD) que, en esencia, está constituido por varios platos magnéticos impulsados por un motor eléctrico y un pequeño brazo mecánico mediante el cual es posible la lectura y escritura de información.
Los componentes mecánicos del disco duro se desgastan con el uso y provocan que los tiempos de acceso y obtención de información sean mayores. Esto propicia que nuestros equipos de cómputo se tornen lentos al cargar o ejecutar programas.
Al notar que las computadoras ya no son tan rápidas como al principio, algunos usuarios las desechan o simplemente dejan de utilizarlas. Una alternativa para no adquirir un nuevo equipo y ahorrar dinero es invertir en un disco duro de estado sólido (HSS), el cual, al no tener partes mecánicas, hace que los tiempos de acceso y recuperación de información sean menores mejorando la carga del sistema operativo (y sus funciones), la ejecución de programas y la copia y transferencia de archivos.
Los discos de estado sólido son notablemente más rápidos que los discos duros normales, con capacidad de transferir información a una velocidad de hasta 500 MB/s, mientras que los discos duros tradicionales ofrecen 100 MB/s, aunque hay modelos con menor capacidad.
Los discos duros de estado sólido son similares a las memorias flash (USB), que funcionan mediante pulsos eléctricos en lugar de discos o platos magnéticos como los HDD convencionales. Las principales ventajas de los HSS son: arranque más rápido, mayor rapidez de lectura, lanzamiento y arranque de aplicaciones en menor tiempo, menor consumo de energía y producción de calor, no hacen ruido, permiten una rápida limpieza de los datos almacenados y pesan menos (aunque esto dependerá del tamaño), entre otras.
También hacen uso de una interfaz similar a los HDD, por lo que son fácilmente intercambiables sin tener que recurrir a adaptadores o tarjetas de expansión para hacerlos compatibles con el equipo. Los HSS son una buena alternativa si se quiere revitalizar o incrementar la vida útil de viejo equipo, además de evitar la compra de uno nuevo.
En caso de contar con equipo nuevo, la instalación de un HSS incrementará su rendimiento y la velocidad
de respuesta.
Una de las principales desventajas de estas unidades es la poca capacidad de almacenamiento y su costo en el mercado depende precisamente de esta característica. Es importante mencionar que las mejoras en el rendimiento no son generales; por ejemplo, no hará que un videojuego se ejecute con una mayor tasa de imágenes por segundo, aunque la carga será más rápida.