Narra la infancia del artista papanteco Teodoro Cano, envuelta por la mitología totonaca
Niños de los talleres “Literateatro” conformaron el elenco
David Sandoval Rodríguez
La infancia del artista plástico Teodoro Cano es elevada al rango de leyenda a través de la obra infantil Tutunakú, que el 17 de diciembre de 2015 llegó a 60 representaciones, motivo por el cual la rectora Sara Ladrón de Guevara y el propio artista develaron una placa conmemorativa.
En el auditorio “Alfonso Medellín Zenil” del Museo de Antropología de Xalapa (MAX), una decena de niños que participaron en los talleres de “Literateatro” conformaron el elenco 2015 que dio vida a la obra, en la cual se describen los primeros años del artista, envueltos por la mitología totonaca.
Durante la trama, acompañada por el colorido, vestuario e indumentaria totonacos, surgen las diosas madre del Totonacapan, la diosa de la Vainilla y el dios Tajín, quienes confieren al protagonista tres corazones: uno para vivir, otro para amar y un tercero para sonreír.
“Lolo”, como era conocido el niño Teodoro, conocerá a los espíritus de la selva y de la zona arqueológica de El Tajín, personajes que interactuaron con el público, entre el cual se encontraban familiares y amigos de los intérpretes y el artista.
La directora y autora de la obra, Mercedes Huerta, agradeció a la Rectora el apoyo brindado para realizar el montaje y a la directora del MAX, Maura Ordóñez Valenzuela, por brindar el espacio para su representación en varias ocasiones.
Teodoro Cano y Sara Ladrón de Guevara durante la develación
Tras la develación de la placa conmemorativa, efectuada por Teodoro Cano y Sara Ladrón de Guevara, se entregó una réplica en miniatura a los integrantes del elenco 2013 y del elenco actual, así como a los integrantes de la compañía.