Roberto Santa Anna Torres
Paola Cortés Pérez
En México, los jóvenes que apenas concluyeron sus estudios de bachillerato tienen más posibilidad de obtener un empleo que aquellos que culminaron una licenciatura o posgrado, lamentó Roberto Santa Anna Torres, docente de la Facultad de Artes, al participar en el Primer Foro de Egresados de Artes organizado por la Dirección General del Área Académica de Artes (DGAA).
En la conferencia “Realidad política y social de la educación superior en México”, comentó que el fenómeno de la sobreeducación y la imposibilidad de ofrecer puestos de trabajo afecta al 40 por ciento de los egresados universitarios, según datos de la Asociación Nacional de Universidad e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).
“Condiciones desventajosas y escasas posibilidades de ascenso, son algunos de los factores que caracterizan al primer empleo al que acceden miles de jóvenes mexicanos, de acuerdo con datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).”
Esta situación, indicó, conduce a los jóvenes a trabajar en los terrenos de la informalidad. Al respecto, el Instituto Mexicano para la Competitividad, A.C., dio a conocer las profesiones que ocupan los tres primeros lugares del trabajo informal: diseño gráfico (54.4 por ciento), bellas artes (49.9 por ciento); música y artes escénicas (empatados con el 45.6 por ciento).
Ante este panorama, planteó que es necesario que los estudiantes de artes aprendan a gestionar y administrar sus producciones sin depender de otros actores en el campo de la difusión, como una manera de solucionar el problema del desempleo en esta área.
“De esta manera habrá un mayor acercamiento con aquel público alejado de la producción artística actual, ya que está alineado por la necesidad del espectáculo que les venden e imponen los mal empleados mass media.”
Santa Anna Torres señaló que en 2012 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dio a conocer que del total de jóvenes mexicanos que tienen acceso a los estudios superiores, sólo el 25 por ciento los culmina.
Entre las principales causas de la deserción universitaria, apuntó: problemas económicos, falta de vocación, antecedentes académicos, dificultades familiares, entorno comunitario y falta de capacidad por parte de las universidades.
Para resolver esta problemática, propuso que es indispensable la participación y el diálogo entre los alumnos en una posición horizontal ideológica, los maestros y las autoridades universitarias de diversos rangos.
“Con esto se vence la simulación patriarcal que pretende resolver los problemas desde una posición autoritaria y verticalista que divide y excluye.”