Año 16 No. 684 Julio 3 de 2017 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

IES de AL deben responder a problemáticas regionales

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Daniela Gargantini, de la Universidad Católica de Córdoba, Argentina

Daniela Gargantini, de la Universidad Católica de Córdoba, Argentina

 

Claudia Peralta Vázquez

Daniela Gargantini, profesora titular de la Cátedra Problemática Socio-Habitacional, adscrita a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Córdoba, en Argentina, destacó la responsabilidad que tienen las instituciones de educación superior (IES) de América Latina (AL) de actuar en consecuencia a las problemáticas sociales que enfrenta la región.

En la Sala “Carlos Fuentes Lemus” de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información, y ante los asistentes a la quinta Conferencia de Líderes de la Red Talloires (TNLC), la académica subrayó que todos los desafíos de las universidades de AL parten del contexto marcado por una fuerte inequidad, la desigualdad, la injusticia, la pobreza y un nulo acceso a servicios básicos.

Daniela Gargantini se refirió al proceso progresivo de institucionalización y a las estrategias académicas que favorecen el liderazgo y el compromiso social en las universidades de AL.

La docente resaltó la importancia de fomentar el compromiso y liderazgo frente a un contexto particular; en este caso el de AL, donde habitan 600 millones de personas.

En la región, aunque hay un gran porcentaje de población urbana, la mayoría vive en asentamientos precarios, agregó.

“La pobreza alcanza al 23 por ciento de nuestra población y los universitarios tenemos mucho que ver con esta realidad. A partir de ahí, nosotros pensamos nuestras asignaturas, políticas académicas y el trabajo en red”, refirió.

Destacó que el desafío de las universidades latinoamericanas ante el panorama de desigualdad y pobreza está fuertemente vinculado a la distribución del ingreso, a las posibilidades de acceso a la educación, a la oportunidad de inserción laboral y a la seguridad social.

“Ser universidad en AL es reconocer que pertenecemos, no a la región más pobre, pero sí a la más inequitativa e injusta del mundo y eso nos exige repensar cómo investigamos, cómo enseñamos y cómo nos proyectamos socialmente”, expuso.

En su ponencia habló de los logros de la Cátedra Problemática Socio-Habitacional y los avances de la institucionalización de políticas académicas e investigación en su universidad.

Asimismo, dio cuenta de las acciones estratégicas desarrolladas desde hace más de una década, junto con otras 25 universidades que integran la Red de Universidades Jesuitas de América Latina.

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