Año 15 No. 650 Septiembre 5 de 2016 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Ausencias e inconsistencias persisten en el nuevo modelo educativo nacional

Contenido [part not set] de 47 del número 650
Roberto Anaya, Marco Martínez, Guadalupe Mendoza, Lorenzo Gómez, Felipe Hevia y Ernesto Treviño

Roberto Anaya, Marco Martínez, Guadalupe Mendoza, Lorenzo Gómez, Felipe Hevia y Ernesto Treviño

 

David Sandoval Rodríguez

El modelo educativo propuesto por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el gobierno federal cuenta con ausencias e inconsistencias en diversas materias como son la educación indígena, la formación de ciudadanía y la forma de medir los objetivos alcanzados.

Así lo plantearon especialistas que participaron en el panel “El Modelo Educativo 2016: reflexiones y preguntas desde el ámbito de la investigación”, organizado por los institutos de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) y de Investigaciones en Educación (IIE) de la Universidad Veracruzana (UV).

Con el Auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán” del IIH-S repleto de estudiantes, docentes e interesados en el tema, Ernesto Treviño Ronzón, investigador de dicho instituto y responsable del Cuerpo Académico (CA) Estudios Sociopolíticos, dio la bienvenida a los ponentes y asistentes; entre los primeros se contó con Lorenzo Gómez Morín, académico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso); Roberto Anaya Rodríguez, miembro del IIE; Marco Aurelio Martínez Sánchez, secretario general del Sindicato de Trabajadores Normalistas y de la Educación en Veracruz; Rosa Guadalupe Mendoza Zuany, investigadora del IIE, y Felipe Hevia de la Jara, investigador del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Unidad Golfo.

Treviño Ronzón señaló que en el documento rector del modelo educativo existe una mezcla epistemológica de humanismo, constructivismo y competencias; “uno se pregunta cómo es posible que se cuente una historia tan conveniente sobre la verticalidad de la educación”.

Gómez Morín recalcó que es necesario transformar la organización pedagógica para que los niños puedan aprender en diferentes entornos y ambientes, sin embargo el modelo “no tiene un planteamiento claro del nuevo perfil docente”; asimismo, “el sistema educativo no establece metas de desempeño”, a ello se suma el hecho que “está demostrado en el último informe del INEGI que el financiamiento a la educación en general ha disminuido en términos reales”.

Por su parte, Roberto Anaya expresó que articular una política pública educativa dentro de un contexto nacional es un verdadero reto y se supone que el modelo educativo debe formar en ciudadanía, no obstante “plantea una visión como una supervisión del gobierno federal que sabe exactamente lo que la sociedad necesita”.

En el discurso aparecen ideales que no existen en la realidad, añadió, “si uno revisa la gobernanza del sistema educativo aparece la relación entre los gobiernos federal y estatal, que es el primer eslabón, después el sindicato, que será muy respetuoso de la política educativa nacional, y enseguida los padres de familia y la sociedad civil”. Con ello se está asumiendo una idea de nación en la que serán estos últimos quienes resuelvan los problemas que plantea este modelo, apuntó el investigador.

Marco Aurelio Martínez analizó el discurso del modelo educativo reciente que enfatiza la profesionalización de los profesores desde sus inicios, “este mensaje resulta paradójico cuando las políticas educativas en la realidad permiten a cualquier egresado universitario ser maestro de educación básica”.

Aseveró que la SEP emplea un doble discurso: por una parte, solicita la participación de las escuelas normales; por la otra, arremete contra ellas mediante el recorte a la matrícula, impulsa además “campañas difamatorias y clasistas en medios de comunicación afines al sistema”.

En su participación, Mendoza Zuany hizo referencia al tema de la educación indígena en el modelo y cómo se
ha modificado el enfoque secretarial hacia una inclusión educativa, ello “en detrimento a lo que en años anteriores tuvo mayor auge y se podía leer como educación intercultural”.

Observó que en el modelo no se habla prácticamente de lo intercultural, solamente con relación a la enseñanza media superior, y se remite a la convivencia y al aprecio por la cultura, una sola, la mexicana.

Felipe Hevia refirió que contar con tantos interesados en el tema sienta un buen principio para involucrarse en ello, “es nuestra responsabilidad y nuestra oportunidad como ciudadanos para poder apropiarnos de él y llevarlo a cabo, debemos pensar la educación que queremos en el siglo XXI”.

Navegación