Enrique Álvarez Lozada
Claudia Peralta Vázquez
Vocación, buen trato, atención y contacto directo con la sociedad, son los valores indispensables que el profesional de enfermería debe reunir para atender integralmente a sus pacientes, expresó Enrique Álvarez Lozada, alumno del octavo semestre de la Facultad de Enfermería, al participar en el Segundo Foro Estudiantil “Hablemos de Enfermería”, orgnizado por la entidad académica el 16 de febrero.
“Ser estudiante de Enfermería es lo mejor que me ha pasado, es la carrera que yo elegí, la formación que quiero tener”, dijo. Por ello, instó a sus compañeros a esforzarse y concretar su preparación, con el propósito de que la enfermería siga siendo bien vista por la sociedad.
En su ponencia, desarrollada ante alumnos y autoridades de la institución educativa reunidos en el auditorio del Palacio Legislativo de Xalapa, subrayó que además de profesionalismo, los pacientes esperan una buena atención y que el personal que los cuida sea amable.
Explicó que al enfermo se le debe decir: “Buenos días, mi nombre es Enrique, voy a estar contigo, voy a apoyarte en lo que necesites. Eso le puede ayudar mucho a fortalecer su ánimo”. También se les debe otorgar ayuda para levantarse y asearse.
“Tan sólo, para bañarlo y limpiarlo cuando está evacuado debemos tener vocación, de lo contrario lo veremos grotesco; es necesario trabajar con esmero y buena voluntad para apoyarlos, motivarlos e incluso consentirlos.”
Por consiguiente, lo que la sociedad espera del futuro enfermero es un contacto directo, un saludo, una plática corta y sobre todo mucha confianza, aseguró. Asimismo, requieren de una conversación adecuada y ser un enlace con su familia, para orientarlos y que ellos también aprendan sobre los cuidados hacia el enfermo.
Además, solicitan que el estudiante de Enfermería tenga empatía, paciencia y tolerancia, que comprenda su situación, recursos, ya que lo que enfrenta el paciente y sus allegados no es algo fácil.
Comentó que en la edad contemporánea, la enfermería avanzó de la mano de Florence Nightingale, a quien se le atribuye la profesionalización del sector y la formación de la enfermería moderna y laica.
La disciplina, afirmó, ha evolucionado en el contexto de los acontecimientos históricos y movimientos sociales sucedidos en los últimos siglos, por lo cual la profesión tiene un futuro con grandes expectativas y responsabilidad con la sociedad.