Año 14 No. 593 marzo 9 de 2015 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

México no está libre de la ciguatera

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Temis_Universo-593_0007Se trata de una intoxicación por consumo de peces arrecifales con la misma enfermedad

«Es muy difícil diagnosticarla, porque se confunde con varias enfermedades”: Yuri Okolodkov

Karina de la Paz Reyes

Yuri Okolodkov, científico adscrito al Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías (ICMP) de la Universidad Veracruzana, explicó que la ciguatera es un tipo de contaminación biológica que afecta la salud de los ecosistemas costeros y la de los humanos, producida por toxinas consideradas como las más potentes que se encuentran en el mar, de ahí que sea necesario incrementar las investigaciones en la materia.

Okolodkov –cuya línea de generación y aplicación del conocimiento es Taxonomía, ecología y biogeografía de microalgas en el ICMP– participó en el Simposio “Hacia una Red de Investigación en Ciencias Biológicas”, con la conferencia “Ciguatera: una amenaza global”.

Ahí explicó que ésta es una enfermedad que contraen los peces arrecifales (tropicales y subtropicales), al consumir toxinas producidas por ciertos dinoflagelados que viven en detritus (residuos sólidos) y en las macroalgas. Por ello quienes consumen dichos peces se ven afectados.

Mencionó que usualmente se han detectado casos de intoxicación humana en áreas geográficas tropicales como Florida y Hawaii, en Estados Unidos, y Baja California Sur, en México.

“El país no está libre, por supuesto, porque la mayor parte de las poblaciones viven en la costa y están concentradas alrededor de los estuarios. Hasta ahora solamente tres estados mostraron algunos casos de ciguatera: Baja California Sur, Quintana Roo y parcialmente Yucatán”.

En entrevista posterior, el especialista detalló que la sintomatología de esta intoxicación es muy complicada, tal es el caso de impactos cardiovasculares, gastrointestinales y neurológicos. “Ésta es una de las razones por las que es muy difícil diagnosticarla, porque se confunde con varias enfermedades, entonces hay que tener mucha experiencia para detectarla”, subrayó.

A la fecha, dijo, no hay ninguna prueba que permita determinar si una persona tiene o no ciguatoxinas en su organismo; también lamentó que en México no haya investigaciones suficientes en la materia.

“Los países del primer mundo, como Estados Unidos, hacen mucha investigación, mis colegas tienen hasta ahora un proyecto entre los estados de Florida y Texas. En México las toxinas de la ciguatera se estudian solamente, a mi conocimiento, en el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste y supongo que tal vez en algunas estaciones en el Pacífico por parte de la UNAM.”

El científico destacó la importancia de incrementar las investigaciones concernientes a esta contaminación biológica y planteó que lo que inhibe este tipo de estudios en el país es la falta de infraestructura adecuada, pero sobre todo de recursos humanos especializados en la materia. “Hay que buscar contactos, colaborar con toxicólogos, buscar la gente que tiene el equipo adecuado, estamos en eso realmente”.

Yuri Okolodkov compartió que su ponencia tuvo la intención de atraer estudiantes universitarios a sus actividades de investigación, pues en el ICMP poseen y continúan abasteciéndose de equipo de vanguardia que permite estudiar la morfología y distinguir mejor las especies.

“A través de los proyectos podemos despertar el interés de los jóvenes, conseguir becas y equipo para los estudiantes.”

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