Dora Cecilia Sánchez Hidalgo
Le permitió controlar las redes de distribución locales y posicionarse en el mapa comercial del país
Carlos Hugo Hermida Rosales
Dora Cecilia Sánchez Hidalgo, investigadora del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales, dijo que la llegada del ferrocarril a la ciudad de Veracruz durante el periodo del Porfiriato representó una máquina de progreso para el puerto, ya que le permitió controlar las redes de distribución locales y posicionarse en el mapa comercial del país.
La académica impartió la ponencia “Negociando proyectos urbanísticos: el Ferrocarril Mexicano en la política del ayuntamiento de Veracruz, 1881”, que se llevó a cabo el 19 de mayo en dicho instituto, organizada por el grupo de colaboración “Territorio y Cultura”. Los comentarios corrieron a cargo de Rafael Palma Grayeb, catedrático de la Facultad de Economía.
Cecilia Sánchez mencionó que otro de los beneficios de la entrada del tren fue que requirió derribar la muralla que rodeaba la ciudad, lo cual le permitió a ésta expandirse hacia el sur. Esta situación detonó el crecimiento físico de la zona urbana y propició el aumento poblacional, además de que trajo nuevas formas de interacción social.
La también Doctora en Historia afirmó que durante este periodo se concretó el trazo urbano que delimitaría la expansión de la ciudad de Veracruz, la cual pasaría de ser un puerto ocasional y un fuerte militar, a convertirse en un centro de comercio internacional.
Los comentarios sobre la ponencia estuvieron a cargo de Rafael Palma: “Veracruz cae en la categoría de ciudades nómadas, ya que sus fundadores varias veces cambiaron de lugar el asentamiento porque ensayaron con varios puntos a lo largo del litoral del Golfo de México; el emplazamiento definitivo correspondió a un área urbana con las peores características para llevar a cabo planes de modernidad”.
Manifestó que Veracruz se edificó en una zona en medio de dunas y lagunas costeras, en la cual no existían cursos de agua ni tierras agrícolas, por lo que el sitio nació condenado al abasto exterior y hubo necesidad de crear una red comercial con los pueblos ubicados tierra adentro como Santa Fe, El Tejar y Medellín, localidades con siembras y ganado cuyo mercado principal era la ciudad amurallada.
El catedrático planteó que a 130 años de distancia, las situaciones que ocurrían en Veracruz parecen repetirse en
la actualidad; hoy en día existen nuevos ordenamientos ferroviarios, terrenos ganados al mar e inversión extranjera liderada por neoliberales, ante lo cual el estudio de la historia es indispensable, ya que permitirá conocer los aciertos del pasado y no caer en los errores cometidos.