Año 16 No. 662 Diciembre 12 de 2016 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Entre baile y candela culminó noche cubana en Xalapa

Contenido 29 de 38 del número 662
Raúl Gutiérrez Villanueva, director de la Xalli Big Band

Raúl Gutiérrez Villanueva, director de la Xalli Big Band

El trombonista Jesús Aguaje Ramos

El trombonista Jesús Aguaje Ramos

La cantante Maritza Montero

La cantante Maritza Montero

El concierto tuvo lleno total

El concierto tuvo lleno total

 

Lucero Mercedes Cruz Porras

La fila de asistentes se formó desde muy temprano. Parejas de jóvenes, matrimonios de años y grupos de amigos esperaban impacientes el instante para ingresar a la Sala de Conciertos Tlaqná y presenciar el evento “Buena Vista Social Club, una visita”, organizado por la Dirección General de Difusión Cultural (DGDG) el miércoles 30 de noviembre.

Después de la tercera llamada, uno de los grupos más entrañables de la Universidad, la Xalli Big Band, inauguró la velada musical con Gandinga, mondongo y sandunga, melodía emblemática de la tradición cubana que marcó el comienzo de una inolvidable noche de intercambio cultural entre artistas de Veracruz y Cuba.

Raúl Gutiérrez Villanueva, actual director de la Xalli Big Band, dio la bienvenida al público y recibió en el escenario a un invitado especial: Jesús Aguaje Ramos, trombonista oficial de Buena Vista Social Club, una de las agrupaciones más representativas en la historia del son cubano que nació en la década de los noventa.

El inicio de su presentación fue un emotivo momento en el que, rodeado de aplausos, el músico interpretó una versión pausada de Somewhere Over the Rainbow. Antes de las últimas notas, dio un giro sonoro y comenzó a emitir los primeros tonos habaneros, que complementó con unas sinceras palabras: “Agradezco a México, en especial a Veracruz, pues nos han cuidado bien el danzón; no hay lugar en el mundo donde se baile y se toque como aquí… Nos cuidaron todo lo que hizo Pérez Prado. Gracias a esta orquesta que hace tan buena música cubana como nosotros”.

La energía en la sala de conciertos creció de forma asombrosa cuando la cantante Maritza Montero, también de Cuba, entonó las primeras líneas de Chan Chan, “de Alto Cedro voy para Marcané, llego a Cueto, voy para Mayarí”. Con gran pasión, la vocalista cantó Píntate los labios y El cuarto de Tula, entre otras, a manera de tributo a Buena Vista Social Club, una agrupación con inigualable candela.

Después de cantar un popurrí de sones como Esa mujer, de Juan Almeida; Dulce Habanera, de Osvaldo Farrés, y Mango Mangue, de Francisco Fellove, llegó uno de los episodios más sensibles, cuando al ritmo de Dos gardenias la cantante estremeció el recinto con su voz. Pero el trance de solemnidad se transformó en algarabía con la pieza Qué manera de quererte, que levantó a los espectadores de su asiento para bailar hasta el final del concierto.

Aunque el ánimo no cesaba en el auditorio, el programa culminó con un par de melodías extras. Con Lágrimas negras los músicos se despidieron entre aplausos, risas y baile, una respuesta inesperada que la cantante agradeció con nobleza: “Compartir el escenario con esta magnífica orquesta ha sido un placer, porque nos permitió tener una noche cubana en Xalapa. Hoy nos reunimos para pasarla bien, pero me gustaría que se fueran a su casa con la idea de que siempre hay que hacer crecer el amor”.

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