Año 15 No. 642 Junio 13 de 2016 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Estudiantes y músicos requieren más espacios para desempeñarse

Contenido 34 de 38 del número 642
La agrupación difunde el jazz en diversos escenarios

La agrupación difunde el jazz en diversos escenarios

"La gente no necesita conocer de jazz para disfrutar de este género”: Rubén Pérez León

«La gente no necesita conocer de jazz para disfrutar de este género”: Rubén Pérez León

 

 

Enfrentan un panorama complejo ante la gran cantidad de agrupaciones emergentes

Es necesario proponer iniciativas que abran más posibilidades

Jorge Vázquez Pacheco

Los estudiantes de música y quienes se dedican a ésta de forma profesional enfrentan un panorama complejo ante la gran cantidad de agrupaciones que cada año emergen, en contraste con las pocas oportunidades que existen para desempeñarse, planteó Rubén Pérez León, director del grupo Ronda Jazz, adscrito a la Dirección General de Difusión Cultural de la Universidad Veracruzana (UV).

La agrupación se ha alejado de su formación original para tratar de adaptarse a las circunstancias. La idea de su fundador, el recientemente fallecido guitarrista Alci Rebolledo, apuntaba básicamente a un conjunto integrado casi en su totalidad por ejecutantes de ese instrumento, pero ya no es sencillo convocar a tantos guitarristas.

No obstante, la labor continúa en un contexto por demás pesimista, de acuerdo con el actual director de Ronda Jazz, originario de Xalapa. Él está al frente del grupo desde que Alci enfermó en 2011, estudió en la Facultad de Música de esta casa de estudios, culminó su preparación en la Ciudad de México bajo la guía de Eduardo Piastro. Actualmente es maestro en los talleres de música de la Dirección General de Difusión Cultural.

Pérez León no se muestra muy complacido con el horizonte que se contempla actualmente para los jazzistas en general. Él mismo atiende a 15 alumnos y en cada ciclo egresan jóvenes que se enfrentarán a un futuro incierto.

“¿Qué ocurre si hago muchas tortillas y no puedo venderlas? Debo buscar supermercados que las expendan o tratar de colocarlas en muchas tiendas. Lo mismo ocurre con los intérpretes de música; es necesario abrir nuevos vínculos, proponer iniciativas que abran más posibilidades.

”No puede ser que un egresado de la UV se vea en la necesidad de tocar por menos de 200 pesos la noche, o por el cover y sin siquiera la cena garantizada. Algunos, como yo mismo, lo hacemos por el gusto de tocar, pero así no deben ser las cosas. A muchos no les queda más que emigrar y buscar su futuro en otra ciudad o en otro país.”
En su contexto, Ronda Jazz continúa con su labor de difusión. “No todo es participar en festivales; también nos interesan las comunidades, los seminarios, las escuelas de invidentes, hospitales, asilos de ancianos. Tratamos de llegar a la gente que no puede asistir a los escenarios en que normalmente se interpreta este tipo de música, y supongo que ésa es la verdadera labor. También hacemos recorridos por las facultades de la Universidad.
”Ver que los ancianitos se divierten y se sienten felices, es algo que nos gusta mucho. La gente no necesita conocer de jazz para disfrutar de este género; es como la comida, que quizá no sepamos de dónde proceda ni con qué han sido condimentados los bocadillos, pero nos gustan y los disfrutamos. No siempre es importante el preciosismo virtuoso, lo más importante es el grupo. Esto es algo parecido a un equipo de futbol, que no debe estar colmado de estrellas para ser un buen conjunto”, agregó el entrevistado.
Sobrino de Humberto León, uno de los pioneros de la guitarra en Xalapa, considera que hay muchos conjuntos en esta ciudad y casi todos se apoyan en los llamados “estándares”. No son muchos quienes buscan la experimentación y las combinaciones novedosas, pero aun así hay ensambles que tienen arreglos propios y en atractiva fusión con otras formas.
“Láser ha sido uno de ellos, y también Jazz entre Tres, cuando Adolfo Álvarez contó con el guitarrista austriaco Stefan Oser, quien traía una excelente escuela europea. Desde luego que nosotros también podemos tocar estándares, pero preferimos nuestras composiciones. Ésta es la libertad que nos aporta el jazz y que comparto con mis alumnos de los talleres en Difusión Cultural. No les exigimos demasiado porque no es una carrera, pero hay jóvenes muy talentosos y me preocupa qué va a ser de ellos y de sus aspiraciones.”

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