Este libro es el resultado de una investigación etnográfica profunda del papel que las cantaoras han desempeñado en el proceso de creación, transmisión e innovación del cante flamenco, desde sus inicios hasta la actualidad. Situado en el contexto de las corrientes sociales y políticas que sucedieron en el siglo XX español y basado en las entrevistas personales que la autora mantuvo con cantaoras de gran relevancia dentro del panorama nacional, el estudio demuestra cómo el flamenco es un complejo de prácticas culturales, musicales, físicas, verbales y sociales que encierra en sí mismo la expresión y la negociación de múltiples conceptos. Entre ellos, el de andaluz, región, gitano, identidad y género.

«Las artistas flamencas siguen haciendo juegos malabares con las fuerzas de oposición y negociando contradicciones en su creación artística. Mientras que muchas se encuentran muy cercanas a la tradición, en las formas clásicas y heredan el papel de matriarcas del cante flamenco, otras optan por implicarse en la amplia gama de innovaciones actuales. Las cantaoras siguen llevando al flamenco hacia nuevas direcciones, mientras que mantienen el legado y el honor de su herencia.