Elías Robles, primer director del IIP
Carlos Hugo Hermida Rosales
Elías Robles Sotelo, investigador de Universidad Estatal de Arizona, aseguró que las adicciones son un problema global contemporáneo de salud pública, que genera a las naciones un costo económico
enorme y un costo personal significativo para los adictos y sus familias.
El académico impartió una plática introductoria al taller Determinantes Ambientales de la Conducta Adictiva, el cual se realizó del 15 al 19 de agosto, con motivo del 40 aniversario del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP).
Robles Sotelo es egresado de la Facultad de Psicología y fue el primer director del IIP; comentó que el objetivo general del taller –dirigido a profesionales del área de la salud, investigadores del ramo y público en general– fue dotar a los asistentes de una perspectiva empírica, basada en las ciencias biológicas y conductuales, de las conductas adictivas, sus determinantes y tratamiento.
Explicó que las adicciones se caracterizan por la ocurrencia compulsiva de cierta conducta –consumo de sustancias, juego, apuestas, consumo de pornografía, etcétera–, discapacidad de autocontrol, deseo intenso recurrente y falta de reconocimiento de problemas conductuales propias e interpersonales.
El investigador indicó que por sus propiedades neurológicas, también se caracteriza a la adicción como una conducción crónica en los circuitos neuronales de recompensa, motivación y memoria.
Y que factores como la personalidad, al igual que la relación con familiares o amigos, pueden influir en que quienes utilicen drogas o alcohol se vuelvan –o no– adictos.
Elías Robles mencionó que para resolver esta incógnita se han llevado a cabo estudios en los que existe amplia evidencia de que un gran número de especies de animales, desde insectos a primates, consumen drogas en su medio ambiente natural.
El especialista aseveró que por medio de metodología de autoadministración se ha demostrado que dada la oportunidad, animales de laboratorio ingieren alcohol y algunas de las drogas que usan los humanos, lo cual muestra que éstas funcionan como “reforzadores primarios”.
Añadió que gracias a la tecnología se ha potenciado la efectividad y el poder adictivo de estos “reforzadores” para los humanos, porque aumenta su disponibilidad, inmediatez y su acceso a bajo costo.
Elías Robles concluyó que el cuerpo humano es resultado de miles de años de adaptación a un ambiente relativamente estable, pero en 300 años éste ha cambiado sustancialmente, lo cual es un periodo de tiempo demasiado breve para que se adapte genéticamente a las nuevas condiciones creadas por su propio comportamiento, lo que pone en riesgo su bienestar.