Año 16 No. 668 Febrero 20 de 2017 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

Hay que realizar servicio social en las Casas UV: estudiante de Odontología

Contenido 16 de 38 del número 668

 

Karla Juárez Aguilera

Karla Juárez Aguilera

 

David Sandoval Rodríguez

Karla Juárez Aguilera, estudiante de la Licenciatura en Cirujano Dentista, realizó una estancia de 11 meses en la Casa UV en Coyopolan, donde atendió a 128 niños y algunas mamás, lo cual contribuyó a su experiencia profesional y personal.

La universitaria admitió que no conocía la localidad ni el programa que coordina la Dirección General de Vinculación (Casas UV), hasta que un amigo le planteó la opción para realizar su servicio social.

Esta experiencia le permitió formar su carácter y conocer las necesidades de la comunidad. “Estos lugares están muy apartados de lo que estamos acostumbrados a vivir, sólo hay una ruta de acceso y nosotros, como universitarios, debemos esforzarnos más, tenemos que ir a la comunidad y hacer algo más para ayudar a las personas”.

Refirió que al inicio tenía un poco de temor de que ocurriera una emergencia porque era la única brigadista y tuvo que asumir toda la responsabilidad del espacio. “Para ellos la Casa UV es muy importante, sirve como centro social, de salud y de recreación, es el apoyo más grande que tienen dentro de la comunidad, los demás servicios implican traslados a Teocelo o Xico”.

Recalcó que falta difusión para que se sumen más universitarios como brigadistas, no obstante, “es muy importante el trabajo en comunidad, además de la experiencia en odontología te das cuenta de qué tan importante eres dentro de la sociedad y cuánto te necesitan las personas que no tienen acceso a los servicios, por eso se llama servicio social”.

La universitaria agregó: “Te vuelves muy responsable porque no tienes muchas opciones y no cuentas con ayuda, eso forma mucho el carácter, además de lo importante que es convivir con la gente”.

Su servicio social fue de lunes a jueves, se levantaba a las cuatro de la mañana para tomar el camión que sale a las 6:05 del mercado La Rotonda en un viaje de 90 minutos, y los viernes regresaba para dedicarse a trabajar su titulación.

El consultorio abría de 9:00 a 18:00 horas, recordó, “siempre di citas a todos, nunca atendí conforme fueran llegando porque era complicado, principalmente por el número de instrumental que tenemos, había que lavarlo y esterilizarlo para cada paciente”.

En Coyopolan tuvo mucho tiempo para reflexionar y recordó el silencio de la comunidad, así como sus olores: “Me gustó mucho, aprendí de las personas, son una comunidad muy unida; como en todas partes hay diferencias pero logran arreglarlas, se organizan y siempre que alguien necesita algo los demás apoyan; llegas a sus casas y te invitan a pasar, son muy amables y creo que es algo que ya no tenemos aquí en la ciudad”, observó.

Realizó el 98 por ciento de su trabajo con niños de tres a 12 años, lo que implicó un tiempo para enseñarles el consultorio y en qué consistía el tratamiento para que no tuvieran miedo.

Impartió pláticas de prevención de caries temprana en población infantil y un taller de técnica de cepillado en cuatro escuelas primarias y dos jardines de niños de cuatro comunidades: La Alameda, Coyopolan, Atecaxil y Tlalchi, atendiendo a 128 infantes. Esta actividad también estuvo dirigida a las mamás, “porque son el motor de todo y tienen la responsabilidad del cuidado”, con ellas recabó testimonios para su informe final.

Finalmente, Juárez Aguilera invitó a los universitarios a realizar su servicio social en alguna de las Casas UV, ya que la experiencia de convivir con la comunidad y conocer sus necesidades impacta decisivamente en su formación profesional.

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