Cultura

Estudiantes reflexionaron sobre el son jarocho contemporáneo

  • Específicamente sobre la participación de las mujeres, los adultos mayores y la comunidad, como parte de la Mesa 7 del VII Foro Estudiantil de Etnomusicología 

Homero Ávila Landa, investigador CECC; Diana Gabriela Terán, Jessica Navarro, Melba Sonderegger, ponentes, y Elissa Rashkin, moderadora e investigadora del CECC

Texto y fotos: Paola Cortés Pérez 

01/06/2023, Xalapa, Ver.- Estudiantes de posgrado de la Universidad Veracruzana (UV) y de El Colegio de Michoacán (Colmich) reflexionaron sobre la participación de las mujeres, las personas de la tercera edad y la comunidad en el son y huapango jarocho, como parte de las actividades del VII Foro Estudiantil de Etnomusicología, organizado por la Facultad de Música de esta casa de estudios. 

La reflexión y análisis fue parte de la Mesa 7 “Nuevos acercamientos al son jarocho: mujeres, generaciones, comunidades”, en el que participaron Jessica Navarro González, estudiante de la Maestría en Estudios de la Cultura y la Comunicación en el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC); Diana Gabriela Terán Hernández, estudiante del Centro de Estudios Antropológicos del Colmich, y Melba Sonderegger, estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la UV. 

Jessica Navarro presentó una parte de los avances de la investigación que desarrolla bajo el título “El tapalewi y las tacualeras en la revitalización del son jarocho: una política en femenino”. 

Primero explicó el significado de las palabras náhuatl tacualera y tapalewi; la primera es comida y se relaciona con aquellas personas que la preparan y la llevan a los peones, mientras que la segunda se refiere a la acción de reunirse para ayudarse mutuamente. 

La plática se enfocó en la relación de estos conceptos en los procesos de revitalización del son jarocho. 

“El planteamiento de la investigación es pensar que el son jarocho es más que un género, es un mundo en el sentido literal del término y se desarrollará a partir de la etnografía con un enfoque narrativo.” 

¿Por qué utilizar una estrategia narrativa para una investigación relacionada con fenómenos musicales? La universitaria respondió que se optó por esta herramienta porque puede determinar cómo se relacionan los humanos con la naturaleza y lo sobrenatural –la parte mística–.

Jessica Navarro González, estudiante de posgrado en el CECC

“En las narrativas encontramos un patrón que habla de las pérdidas, la migración, la contaminación y la violencia; nos damos cuenta que hay una vulneración fuerte del tejido social donde descansa el son jarocho.” 

También, señaló, le permite ver cómo se posicionan los proyectos culturales y sociales, un ejemplo es el Colectivo Pata de Vaca –que inicio en 2020 en Jáltipan–, una cocina comunitaria donde se elaboran alimentos a bajo costo y la música es parte de ellos. 

“El son jarocho no sólo es música, en la cocina comunitaria se ve una articulación de prácticas del tapalewi que se utilizaban en la siembra, la pesca, en los cuidados (del parto, en enfermedades) y cuando alguien fallece. El trabajo y el gozo es lo mismo.” 

Jessica Navarro pensaba que la revitalización del son jarocho se relacionaba con las negociaciones con el Estado, pero al desarrollar la investigación en Jáltipan se dio cuenta que su impulsora es la propia comunidad.

Vejez en el son y huapango tuxteco 

Diana Gabriela Terán presentó la ponencia intitulada “Las vejeces alrededor del son tuxteco en Santiago Tuxtla, Veracruz. Una ventana para el análisis de los vínculos intergeneracionales”, la cual se desprende de su proyecto de investigación del doctorado que cursa en el Colmich, donde analiza los vínculos intergeneracionales de las personas mayores alrededor del son y huapango tuxteco. 

“Alrededor de estas prácticas culturales existe una construcción sociocultural sobre ser viejo o vieja que está muy presente en el desarrollo de las mismas.” 

Observó que existe un acercamiento intergeneracional que produce redes de apoyo; movilización de afectos; creación y circulación de discursos relacionados a las personas mayores; reconocimientos que movilizan cuestiones simbólicas, así como la transmisión de saberes y prácticas culturales. 

“El fandango es un espacio donde se dan estos vínculos intergeneracionales. No sólo es una práctica musical, sino cultural, que está muy arraigada y relacionada con la vida cotidiana, ritos y festividades de diferentes lugares.” 

Diana Terán, estudiante del Centro de Estudios Antropológicos de El Colegio de Michoacán

Mujeres en la lírica jarocha 

Melba Sonderegger compartió una parte de su investigación de doctorado bajo el título “Quiero que se oiga mi voz como resuena la tarima: mujeres en la lírica jarocha contemporánea”. 

Dijo que cuando se habla de la lírica popular jarocha en lo primero que se piensa es en el son jarocho y su fiesta, el fandango; sin embargo, contempla otras manifestaciones poéticas en forma oral o escrita, incluso –en la actualidad– implica escenarios con tecnologías audiovisuales y espacios virales de socialización. 

“En las manifestaciones actuales de la lírica jarocha las mujeres han tomado parte de una manera más visible. No es que no hubiese versadoras a lo largo de la historia, las hubo, no es fácil encontrarlas pero hay registros de la Santa Inquisición, de cronistas y de escritores que constatan la existencia de mujeres en el fandango y las festividades en los siglos XVIII, XIX y XX.” 

Melba Sonderegger, estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales de la UV

En comparación con la versada masculina, subrayó Melba Sonderegger, la voz femenina a lo largo de estos siglos ha sido una excepción; las fuentes nos muestran su marginada participación debido a restricciones morales, religiosas y por roles de género ejercidos sobre ellas; algunas figuras femeninas, a pesar de las prohibiciones o los usos y costumbres, transgredieron el “deber ser” e hicieron de la versada una manera de expresión en diversos espacios de socialización de la lírica. 

Una de las características principales de la lírica jarocha, indicó, es la posibilidad de ser reinterpretada, modificada y actualizada por sus emisores para adquirir sentido y pertinencia en el contexto social en el que se expresa. 

Expuso que en los últimos 20 años se observa una reescenificación de las versadoras, soneras y decimistas, quienes han tomado consciencia de su parte representativa en la lírica, creándose –en lo individualidad y en colectividades– una versada que expresa nuevos horizontes discursivos y una enunciación del yo que emancipa a las mujeres del discurso de perspectiva androcéntrica. 

“Estos discursos han sido en ocasiones una forma de denuncia contra las desigualdades, violencias y opresiones que perciben en los entornos donde desarrollan su versada.”