La universidad pública cumple varias funciones en las sociedades contemporáneas, entre las más importantes están: ser «caja de resonancia» de los problemas y las preocupaciones públicas, funcionar como auténtico espacio de deliberación colectiva, ser lugar para el estudio, el análisis y la crítica sin condiciones; y por supuesto, servir como plataforma para pensar y proponer iniciativas para lograr la mejora social. Toda son: funciones/sujeto.
Al respecto, vale la pena recordar la siguiente idea de Alain Touraine: «…quienes piensan que la principal preocupación de la universidad en tanto formadora de profesionales debería ser qué trabajo podrán desempeñar los estudiantes al finalizar sus estudios, están en lo correcto. Sin embargo, con frecuencia lo único que la universidad hace es precisamente eso, entrenar funcionarios y especialistas que no pueden examinar críticamente la sociedad que los emplea» (La sociedad posindustrial, 1971: 13)