Año 17 No. 701 Diciembre 4 de 2017 • Publicación Semanal

Xalapa • Veracruz • México

En Zimbabwe, acceso a la educación es asimétrico: Tsitsi Dangarembga

Contenido 17 de 36 del número 701
La escritora y cineasta ofreció charla en la UV

La escritora y cineasta ofreció charla en la UV

 

José Luis Couttolenc Soto

En Zimbabwe, país del sur de África, la mujer no tiene las mismas posibilidades de recibir educación como las tiene el hombre, para quien su extensión ha sido muy amplia desde la llegada de los colonizadores, señaló Tsitsi Dangarembga, escritora y cineasta, al ofrecer la plática “Género y asimetrías en el acceso a la educación”, en el Instituto de Investigaciones en Educación (IIE), el 28 de noviembre.

Invitada por el cuerpo académico (CA) Estudios Interculturales, a través de la Cátedra UNESCO-UV “Ciudadanía, Educación y Sustentabilidad Ambiental del Desarrollo”, y la Dirección Editorial de la UV, la ponente, nacida en Rhodesia del Sur, hoy Zimbabwe, impartió su charla en un formato en el que interactuaron ponente y oyentes.

Tomó como referencia la generación de su padre que, dijo, fue una de las primeras en ser educadas dentro de una tradición en la que el hombre tenía prioridad para recibir la preparación escolar, puesto que la mujer al contraer matrimonio quedaba obligada a que toda la actividad que realizara debía ser en beneficio de la familia del esposo, y no en el de la propia, por lo que prefieren educar al hombre antes que la mujer.

“En la familia de mi padre había cuatro hijos de los cuales mi tía era la mayor, pero tuvo que dejar la escuela para que mi padre fuera educado, y ése es el tipo de situación que busqué reflejar en mi libro Condiciones nerviosas.”

Dangarembga se considera afortunada ya que de la familia de su madre los siete primeros hijos fueron mujeres, “y al darse cuenta que los dos últimos fueron hombres y que éstos tendrían que educar a las mujeres, mis abuelos decidieron darle educación a las mujeres, todas con profesión”, lo que permitió que su madre fuera la primera mujer zimbabwense en obtener un grado, lo que logró en Sudáfrica.

Recordó también que la lucha de liberación que se escenificó en los años sesenta y setenta propició una sobrepoblación de guerrillas a lo largo de su país, a las que se unieron numerosos niños que cuando retornaron ya no formaban parte de la sociedad, dificultándoseles su reintegración a ella.

Estas guerrillas dieron origen a un ejército que se volvió un sector especial al que no se podía moderar, y que empezó a demandar dinero del gobierno para iniciar negocios informales, los cuales no daban ningún resultado.

La anterior situación llevó a la escritora a iniciar una investigación con la finalidad de producir un documental, para ello solicitó ingresar a una granja que los guerrilleros habían aceptado manejar y les preguntó cuál era el problema que enfrentaban, a lo que respondieron que el espacio era demasiado grande para ellos que provenían de lugares pequeños, por lo tanto no sabían qué hacer con esa granja ni con el equipo que contaba.

Ante este panorama, que también aplica para las mujeres, Tsitsi Dangarembga considera que las niñas conocen las consecuencias que tiene la educación en una mujer casada y en una que estudia y se forja una vida independiente, por ello “y en ciertos aspectos prefieren estar en ese estado civil”.

Como lo refirió, su charla la llevó al libro Condiciones nerviosas, escrito en 1998, que la convirtió en la primera mujer de raza negra en publicar en su natal Rhodesia; su publicación es considerada por la crítica especializada como “una de las obras maestras de la literatura africana” y gracias al trabajo de traducción de Nair Anaya, fue publicado en lengua castellana por la Editorial de la UV.

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