Sergio García Ramírez
David Sandoval Rodríguez
La contribución de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) ha consistido en una profunda renovación del derecho constitucional de los países que integran América Latina (AL), aseveró Sergio García Ramírez, ex presidente de dicho organismo.
Al participar como ponente inaugural del 1er Congreso Académico para el Desarrollo Universitario 2016 organizado en la Facultad de Derecho, el jurista, quien es Doctor Honoris Causa por esta casa de estudios, puntualizó que la CIDH ha contribuido «en una profunda renovación del derecho constitucional de los estados de AL durante los últimos 30 años, ya que de la mano del avance de la democracia han sucedido reformas constitucionales profundas, como la que ocurrió en México en 2011, que ha tomado muy en cuenta las grandes ideas de la jurisprudencia de la Corte Interamericana».
Asimismo ha influido en la reflexión y la producción de leyes nacionales, así como en el cumplimiento de las internacionales. Como ejemplo refirió que en nuestro país la Ley General de Víctimas «asume la jurisprudencia de la Corte Interamericana en buena medida, a la hora de fijar sus preceptos para la atención de los afectados».
El también miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, comentó que la CIDH tiene una cierta vocación institucional, «que no necesariamente es la misma que pudiera tener la Corte Europea de Derechos Humanos; es permanente y con una composición reducida en el origen, pero se ha convertido en el tribunal de casos paradigmáticos y ha rechazado ser un tribunal de instancias porque tiene que ver con derechos humanos, pone su atención sobre las vulneraciones que pudiera haber cometidas en una sentencia o en un proceso, ésa es su función».
Recalcó que las naciones soberanas de América crearon un sistema interamericano de protección de los derechos humanos recogiendo de sus propias tradiciones humanísticas, políticas, filosóficas y jurídicas, mirando hacia las experiencias que se habían acumulado en el mundo y en los tribunales internacionales.
«Nuestra jurisprudencia, la interamericana, se ha ocupado de precisar dónde terminan los deberes de los estados, por lo tanto también de México, con relación a los tratados internacionales como el deber de reconocimiento, el de respeto, garantía, y el deber de colaboración. Los estados no podemos olvidar la imposición de sanciones a quienes han vulnerado los derechos humanos.»
La trascendencia, afirmó, radica en la forma como las doctrinas encerradas en las opiniones consultivas de sentencias al interior de la CIDH van más allá de sus propias fronteras y comienzan a informar la generación de nuevas normas constitucionales, de nuevos rumbos jurisprudenciales y de nuevas prácticas, costumbres y convicciones.
Dicha jurisprudencia «ha permitido dar pasos adelante, certeros y diligentes, que no hubieran ocurrido de esa manera en la ausencia de una instancia internacional a la que México contribuyó a fundar y ha sostenido».
Por consiguiente, advirtió que existen opiniones contrarias que señalan su injerencia en la soberanía nacional; sin embargo, dijo, «no es una condición que arrolle o que deseche nuestra soberanía o que pase por encima de ella; es una jurisdicción creada en ejercicio de nuestra soberanía creada, a su vez, por nuestros legisladores, así como también por los americanos, en el sentido más amplio de la expresión».
Sergio García Ramírez también destacó la participación de los alumnos de la Facultad de Derecho en eventos que analizan los derechos humanos, particularmente en concursos organizados por la propia CIDH en su sede, localizada en San José, Costa Rica.
«Podemos sentirnos orgullosos de la presencia de estudiantes veracruzanos enarbolando la bandera de México, dentro y fuera de nuestras fronteras.»
Previo a la conferencia, José Luis Cuevas Gayosso, director de la Facultad, inauguró formalmente el evento, que se extendió hasta el 10 de marzo.