Universidad Veracruzana

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Investigador UV desarrolla proyectos de restauración ecológica

  • Juan Carlos López, adscrito al Citro, dijo que la idea principal es integrar al hombre al proceso como un ente que modifica y no asumirlo como observador 
  • Puede generar cambios que irían desde microclimáticos hasta ecosistemas completos 

Paola Cortés Pérez 

Fotos: César Pisil (1) y Juan Carlos López (2 y 3) 

15/09/2023, Xalapa, Ver.- Los programas de restauración ecológica han funcionado y ello queda demostrado al registrarse un alto nivel de recuperación de zonas verdes en los últimos años, afirmó Juan Carlos López Acosta, investigador adscrito al Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV). 

Explicó que hablar de restauración ecológica no significa que los ecosistemas volverán a estar “como antes”, esto sería imposible porque la naturaleza es dinámica. La idea principal es integrar al hombre al proceso como un ente que modifica y no asumirlo como observador de los cambios de su ambiente. 

“Quién sabe cómo estaban antes los ecosistemas y cómo llegaron a ese nivel de variación que tienen actualmente, lo que sí podemos hacer es restaurar funciones, por ejemplo: el suelo, los niveles de biomasa, los ciclos bioquímicos, las interacciones biológicas o la cobertura, dado que el hombre necesita de los recursos naturales”, afirmó. 

“En los últimos años hemos encontrado un alto nivel de recuperación de zonas verdes, parece que los programas de restauración funcionan, probablemente hay una disminución en la diversidad, pero en cuanto a procesos hay que reconocer la capacidad del hombre de revertir la modificación.” 

De tal manera, López Acosta reiteró que la visión de la restauración ecológica es positiva y esperanzadora, al darse cuenta que las acciones emprendidas han tenido buenos resultados, lo que ha derivado en redirigir nuevas causas y estrategias. 

Al preguntarle si este proceso podría ayudar a mitigar o revertir el incremento en la temperatura, el universitario respondió que sí puede generar cambios que irían desde microclimáticos hasta en ecosistemas completos. 

Un ejemplo de ello, compartió, fue el proyecto desarrollado en Castillo de Teayo por un estudiante de posgrado del Citro, que implicó la recuperación de un tiradero a cielo abierto, para ello se colocó un cerco vivo en el terreno e hizo modificación del suelo, barrer y recoger la basura. 

En 15 días, los palos colocados como cerco ya tenían brotes; al mes y medio, se tenía una hilera de árboles que ayudaron a cambiar la temperatura a nivel local, además empezó a registrarse la llegada de insectos y otras especies vegetales, y el lugar es más agradable para los pobladores. 

“Los efectos dependerán de la escala, pero estoy convencido de que se puede revertir, no como estaba antes, pero sí a un nivel donde la vida y el bienestar humano se favorecen”, subrayó el investigador.

Juan Carlos López dijo que en el caso de las ciudades donde las temperaturas van en aumento, como Xalapa, puede implementarse algo similar que en Castillo de Teayo al optimizar los espacios ya existentes con techos verdes, sistemas de captación de agua y/o uso de pavimento que absorba el agua, para mantener más humedad en el ambiente. 

Retomó la idea de un alumno del Doctorado en Ecología Tropical, quien propone que la toma de decisiones en este rubro “no debe ser de arriba hacia abajo, sino que deben ser los vecinos y pobladores quienes se apropien de sus espacios y pasos verdes; pueden empezar sembrando en los camellones de las banquetas o vialidades. Recordemos que la suma de microacciones tendrá un impacto macro.” 

El también docente en el Citro opinó que la restauración ecológica debe ser una herramienta prioritaria para la toma de decisiones, al abordar políticas públicas o alinear acciones, para –realmente– apuntalar el bienestar humano. 

Compartió que una de sus metas es cambiar la visión que se tiene sobre dicho proceso, ya que al hablar de él se piensa en dos cosas: una, que volveremos a tener el mismo ecosistema que antes, lo cual es difícil, y otra, que sus impactos son a largo plazo cuando en realidad se ven en poco tiempo, como lo sucedido en Castillo de Teayo. 

“La restauración ayuda a modificar y dirigir la trayectoria; los impactos del cambio climático son como un tren y la humanidad tiene tres caminos: uno, pararse frente a él y tratar de detenerlo, que es lo que venimos haciendo; dos, salir corriendo porque no queremos hacer nada; y tres, treparnos al tren para manejarlo y dirigirlo hacia un camino más corto, con menos efectos y más benévolo para nosotros”, concluyó.

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Fecha: 26 abril, 2024 Responsable: Centro de Investigaciones Tropicales Contacto: citro@uv.mx