- Jorge Ramírez Pech, con más de 20 años en la meliponicultura, habló sobre estos insectos en el Orquidario del Citro-UV
- México cuenta con 47 especies, las cuales son fundamentales para la polinización
- Cambio climático, plagas y desinformación son los principales retos que enfrentan
El Orquidario de la UV organizó charla sobre la meliponicultura y las abejas nativas
Paola Cortés Pérez
Fotos: Omar Portilla Palacios
23/09/2025, Xalapa, Ver.- La protección de las abejas nativas depende de que la sociedad las conozca y valore, afirmó Jorge Ramírez Pech, biólogo, apicultor y meliponicultor, al impartir la charla “La divulgación de la meliponicultura y abejas nativas”, en el Orquidario del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV).
“Si no se sabe que existen, ¿cómo se van a proteger? Yo no quiero que todos se vuelvan especialistas en abejas, lo importante es que la gente sepa que existen, las conozcan y las protejan”, expresó el especialista, quien tiene más de 20 años dedicado a la apicultura y meliponicultura.
Ramírez Pech señaló que una de las principales barreras para la conservación es la creencia de que solo existe una especie de abeja: “Pensar que Apis mellifera es la única especie es como tener diez hijos y solo reconocer a uno”.
La conferencia fue impartida por Jorge Ramírez Pech, biólogo, apicultor y meliponicultor
Recordó que Apis mellifera fue introducida al continente americano por los españoles, pero ya es considerada una especie nativa. Por otro lado, México tiene registradas –actualmente– a 47 especies de abejas nativas sin aguijón, aunque la cifra crece cada día con nuevos descubrimientos.
A nivel mundial se han descrito aproximadamente a 24 mil especies de abejas, aunque se estima que la cifra real es aún mayor, las cuales pueden dividirse en tres grupos: solitarias, semisociales y sociales. Se ha identificado que más del 90 por ciento son solitarias, es decir, trabajan solas, recolectan néctar, polen, defienden el nido y crían, todo sin división de tareas, “son las más importantes, pero las menos conocidas”.
Mientras que en las sociales hay un grado alto de especialización, cada una tiene una función: buscar néctar, defender o limpiar. En cuanto número de especies, dominan las solitarias, pese a que ellas tienen grandes colonias.
En la actualidad, en México se tienen registradas 47 especies de abejas nativas
Con respecto a las abejas nativas, el meliponicultor resaltó que su crianza tiene raíces ancestrales: “Antes de la llegada de los españoles, 300 años antes de Cristo, los mayas ya practicaban la meliponicultura, usaban troncos huecos llamados para mantener colonias. La miel y la cera obtenida se comerciaban con otros pueblos”.
Explicó que este conocimiento ancestral se encuentra plasmado en códices como el de Madrid, uno de los pocos documentos que describen la práctica prehispánica de la meliponicultura.
La divulgación como necesidad
Jorge Ramírez narró que su incursión en la divulgación fue accidental: “Cuando empecé con la meliponicultura hace 20 años casi nadie la conocía, así que tuve que abrir una página en redes sociales, no por gusto, pero eran un mal necesario”.
En ese camino descubrió la importancia de acercar el conocimiento a públicos no especializados. “No puedo hablar de forma técnica con todos, aunque tenga formación científica, para eso existe la difusión y la divulgación: lo primero llega a especialistas, mientras que el segundo al público general. La sociedad necesita saber que hay más abejas, porque son quienes presionan a los políticos que toman las decisiones”.
Antes de la llegada de los españoles, 300 años a.C., los mayas ya practicaban la meliponicultura
Ramírez Pech advirtió que los retos de las abejas nativas son múltiples: cambio climático, en Yucatán llegamos a tener temperaturas mayores a los 40 grados durante 40 días, lo que ocasión una mortalidad muy alta de abejas sin aguijón; plagas y enfermedades, como el virus de las alas deformadas y la costra del hongo africano en meliponas, no significa que no existieran antes, sino que no estaban descritos.
Otro más es la normatividad, el Codex Alimentarius define la miel a partir de Apis mellifera, lo que impide certificar la miel melipona como orgánica y por lo tanto no puede ser exportada. Meliponicultores llevan más de 10 años intentando incluirla sin éxito.
La desinformación es un reto más: “Hasta apicultores con décadas de experiencia confunden abejas nativas con avispas asesinas, por eso es vital la divulgación, para que no maten a una especie pensando que es plaga”.
Por último, enfatizó que la divulgación es la clave para la protección: “Yo me he dedicado a estudiar cuatro especies de abejas nativas y sé que nunca terminaré de conocerlas todas, pero lo esencial es que la gente sepa que existen, porque si no se conocen, no se protegen.
Jorge Ramírez enfatizó que la divulgación es la clave para la protección de estas especies
