Principales

Imposible predecir lo que nos depara la tecnología

  • Alberto Constante, catedrático de la UNAM, comentó sobre la capacidad para desafiar los límites concebibles 
  • Convivencia y coevolución con seguridad no son más que buenos deseos 

 

Presentación de seminario con dedicatoria a Raymundo Mier

 

Jorge Vázquez Pacheco 

Fotos: Omar Portilla Palacios 

14/02/2024, Xalapa, Ver.- Alberto Constante, catedrático en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ofreció la conferencia “El debate inconcluso por la inteligencia artificial”, como parte del Seminario “Pensar lo técnico. Inteligencia artificial, entre vida y verdad”, organizado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV). 

En su disertación, mencionó que la incertidumbre sobre el rumbo que tomará la revolución tecnológica es grande y el propio Sam Altman, creador del ChatGPT, reconoció que su potencial nos hace imposible determinar con certeza lo que va a ocurrir. 

“Nadie lo sabe, pero es fácil imaginar los efectos que tendrá y lo que podría salir mal”, indicó Constante y refirió que el propio Altman advirtió en torno del estrés ante una tecnología capaz no sólo de desempeñar funciones específicas, sino también aprender cualquier tarea intelectual. 

La trascendencia de la inteligencia artificial (IA) es patente por su omnipresencia, “es literalmente como Dios” y, como lo expresó Pau García Milà, la magia y maravilla radica en su capacidad para desafiar los límites de lo que anteriormente se consideraba posible. Quizá en cinco años la mayoría de los contenidos de internet ya no los generarán humanos, sino recursos tecnológicos. 

Constante indicó que la única manera de conocer realmente las redes sociales es involucrándose en ellas. Se confesó fan de las mismas, a las que dedica cuatro o cinco horas diarias. 

 

Alberto Constante disertó sobre “El debate inconcluso por la inteligencia artificial”

 

Clamor por ética y coevolución 

Hasta hace poco tiempo se consideraba que la IA se enfocaría a temas e innovaciones para abordar el cambio climático, atención médica abarcando áreas de telemedicina y neuroderechos. Pero más adelante abordó los análisis sobre ciberseguridad y la pérdida del control de los sistemas creados y el clamor por el marco regulatorio que garantice su empleo de manera ética y segura. 

Citó textualmente una declaración en el reciente Foro Económico de Davos: “Dejemos que sociedad y tecnología juntos coevolucionen, construyamos sistemas que cumplan los requisitos de seguridad”, y la consideró como “buenos deseos y nada más cuando parece que todos están de acuerdo en que se debe imponer orden en la casa, pero la realidad es que no importa absolutamente nada, los delincuentes la aprovechan para ejecutar ataques más elaborados y difíciles de identificar mediante el llamado FraudGPT, con manipulación de videos, modificación de apariencia física facial, corporal y vocal”. 

 

Sesión de comentarios en torno del homenajeado in memoriam

 

El hombre no es cliente sino mercancía 

Tampoco debería asombrarnos que las grandes empresas tecnológicas continúen con su rastreo, espionaje y capturando nuestros datos sin consentimiento cada vez que damos clic para aceptar cookies. 

“Somos como el borrego que va al matadero y estamos felices. No terminamos de comprender que no somos los clientes; esas empresas nos han convertido en mercancía que constantemente mejoran para sus clientes reales. El caso paradigmático de Edward Snowden mostró cómo, cuándo y por qué somos vigilados, rastreados y escuchados por algoritmos como el Pegasus que espió a Carmen Aristegui.” 

 

Raymundo Mier, miembro del Sistema Nacional de Investigadores

 

En recuerdo a Raymundo Mier 

Al final se rememoró el legado de Raymundo Mier, profesor de Teoría Antropológica y de Filosofía del Lenguaje en la Escuela Nacional de Antropología (ENA), así como miembro del Sistema Nacional de Investigadores. 

Ana María Valle comentó: “Se nos fue en cuerpo, pero no en alma ni en mente; cuando un alumno solicitaba que repitiese algo, decía que era imposible”. 

Constante dijo que nunca conoció a alguien con semejante capacidad discursiva, sin comas, sin puntos, literalmente entregado al conocimiento. 

Marco Jiménez aludió a su muerte como el gran don que nos deja, “porque no nos la llevamos; la dejamos a los demás para que se haga con ella lo que corresponde hacer” y Sergio Espinosa se dijo profundamente agradecido por haber conocido a una persona como el homenajeado.