- Especialista de la UNAM disertó sobre análisis de gases y rocas de procedencia volcánica
- En seminario organizado por el cuerpo académico (CA) Volcanes, Sismos y Sociedad, del Centro de Ciencias de la Tierra de la Universidad Veracruzana (UV)
- Los fluidos muchas veces están ligados a la destructiva capacidad de erupción

Mariana Patricia Jácome Paz, investigadora en el Instituto de Geofísica de la UNAM
Jorge Vázquez Pacheco
12/05/2025, Xalapa, Ver.- Los valores biodiversos de los fluidos geotérmicos son importantes porque la vida se gestó en la actividad volcánica, dadas sus condiciones térmicas y físico-químicas adecuadas para formar las primeras moléculas de vida, expuso Mariana Patricia Jácome Paz, doctora en Vulcanología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La investigadora ofreció la charla “Geoquímica de fluidos para monitoreo volcánico y exploración geotérmica”, con la que concluyó el seminario organizado por el cuerpo académico (CA) Volcanes, Sismos y Sociedad, del Centro de Ciencias de la Tierra de la Universidad Veracruzana (UV).

Los componentes visibles e invisibles en una erupción volcánica
Mariana Patricia Jácome inició por definir a los fluidos en la geoquímica y por qué en muchas ocasiones se les relaciona con la explosividad de los volcanes; indicó que el monitoreo geoquímico puede hacerse de forma directa o remota, ya que un sistema geotérmico “tiene ciertos componentes como fuente de calor, magma o radiactividad natural en la tierra”. Ejemplificó con los célebres géiseres de Yellowstone, cuya erupción presenta una regularidad interesante.
Más adelante, la investigadora en el Instituto de Geofísica UNAM señaló que el uso más conocido es la generación de energía eléctrica, pero hay toda una amplia gama de empleos productivos y la Caldera de los Humeros, en Puebla, es un ejemplo de esto; en Santiaguito, Guatemala, las erupciones son vapor de agua con mezcla de gases como dióxido de azufre, dióxido de carbono y helio, de modo que “toda roca en contacto con un fluido caliente y pH elevado registra alteración física o química que provoca cambio en sus componentes. Por eso los vulcanólogos hacemos muestreos de fluidos y de roca, para tener caracterizados afloramientos y depósitos”.

Uno de los célebres géiseres de Yellowstone, en Estados Unidos
La roca alterada muestra con qué fluido estuvo en contacto “y encontramos valores biodiversos, porque se sabe que la vida se gestó allí por sus condiciones térmicas y físico-químicas adecuadas para formar las primeras moléculas; también son importantes las manifestaciones hidrotermales y sus gases secos o burbujeantes, porque aportan información”.
Sabemos que en la composición de esos gases domina el nitrógeno, “pero se diluyen en la atmósfera y pierden su composición original. Entonces, debemos ingeniárnoslas para tomarlos sin que se mezclen con el entorno, ya que nos dirá si fue generado por microorganismos o procede de algún cuerpo magmático. Necesitamos saber a profundidad todo lo que ocurre con esos gases, tomamos unas muestras y es sorprendente la información que se contiene en un frasquito de vidrio aparentemente vacío. Su estructura nos dice mucho acerca de los sistemas volcánicos”.

Los gases tienden a diluirse, de modo que es necesario recolectarlos antes de que se combinen con la atmósfera
El agua cercana también es importante cuando realizamos una exploración geotérmica, “es como una película que nos contará todo lo que ha ocurrido allí”.
Finalizó resaltando la importancia de contar con toda información procedente de la exploración geotérmica porque, por obvias razones, la actividad volcánica debe ser monitoreada. “Debemos saber cómo interpretar ese mundo natural”.

La toma de muestras debe ser manual y cercana a la fuente
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