Cultura

Académica analizó el aporte de la mujer a la música del siglo XIX

  • Fue fuente de inspiración, compositora, intérprete y depositaria de dedicatorias, mencionó Julieta Varanasi González García

 

Julieta Varanasi González García ofreció una charla sobre la aportación de la mujer a la vida musical del siglo XIX

Julieta Varanasi González García ofreció una charla sobre la aportación de la mujer a la vida musical del siglo XIX

 

José Luis Couttolenc Soto

Fotos: Omar Portilla Palacios

27/04/2022, Xalapa, Ver.- La académica de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana (UV), Julieta Varanasi González García, ofreció una charla virtual en la que hizo un análisis panorámico de la presencia de la mujer en las distintas facetas de la vida musical mexicana, particularmente del siglo XIX, época en la que se distinguió como fuente de inspiración, compositora, intérprete y depositaria de dedicatorias.

La plática, que tuvo lugar el martes 26 de abril, formó parte de las actividades de la I Jornada de Intercambio Académico Saltillo-Xalapa 2022, que llevan a cabo la UV y la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) a través del cuerpo académico (CA) Formación e Investigación en Educación Musical, de la Facultad de Música UV, y la Escuela Superior de Música de la UAdeC.

En su exposición titulada “La mujer en la música mexicana del siglo XIX”, González García mostró un panorama del lugar que ocupó la música dentro de la sociedad.

Refirió que durante el siglo XIX la música desempeñó una función educativa y edificante, tanto para las personas como para la sociedad en su conjunto, donde la cultura musical era parte de un modo de vida en que la educación y cordialidad servían una como meta de la otra.

En torno a la mujer surgieron binomios como mujer-naturaleza, mujer-sentimientos, ángeles del hogar-musas callejeras, y fueron fuente de inspiración para obras de corta extensión, de baja o mediana técnica y su función iba más allá de lo puramente musical. Fue así como surgieron portadas de partituras en las que se observan imágenes de mujeres que se transformaron en obras musicales como  Angélica, Catalina, Sofía, Juanita, Carmen, Sara y Laura, por mencionar sólo algunas.

En el México del siglo XIX, cuando iniciaba su vida independiente, era preciso mostrar refinamiento, cultura y progreso, es así que el cultivo de la práctica musical entre las mujeres de la clase alta y media se constituyó en parte de su educación. Lo más común era la ejecución del piano, arpa, guitarra, o el canto.

Mientras tanto, el salón fue un espacio privado para conversar, socializar, jugar, mostrar habilidades literarias y artísticas; era un sitio para que los jóvenes se conocieran, puesto que no se esperaba que las señoritas alcanzaran un desempeño profesional, ya que estaba reservado para los varones, sin embargo, la función del salón iba más allá.

La mujer del siglo XIX se distinguió como fuente de inspiración, compositora, intérprete y depositaria de dedicatorias

La mujer del siglo XIX se distinguió como fuente de inspiración, compositora, intérprete y depositaria de dedicatorias

 

Los compositores dedicaron obras a estudiantes, a alguna dama importante de la época, por ello muchas piezas musicales tenían nombre de mujer; en tanto, las litografías generalmente tenían motivos de naturaleza (hojas, flores, árboles), un rostro, una escena, un paisaje romántico.

La música se convirtió en un vehículo de comunicación, en un código a través del cual se expresaron temores, anhelos, sentimientos y frustraciones; llenó muchos espacios de la vida femenina, era un  modelo de educación, forma de sensibilidad, un modelo a imitar en el caso de la ópera, y constituyó un código secreto a través del cual se expresaron ideas y sentimientos que la sociedad reprimía.

Eventualmente se dio como un medio de seducción, transmisor de pasiones amorosas, consuelo de decepciones sentimentales, y fue así como partituras contenían nombre de mujer y otras cuyo título contienen frases o palabras que enviaban un mensaje o hacían alusión a un estado de ánimo, como Dulce emoción, Inspiración, Dicha realizada, Ámame, Por qué tan triste, Déjame así, Jamás sin ella, Morir de amor, títulos que van más allá de lo meramente musical.

En opinión de la docente, la música del siglo XIX contiene elementos culturales que expresan aspiraciones, proyectos, imaginarios y gozos de su época. Complementó su plática con litografías que mostraban momentos de la época, y compartió fragmentos de piezas musicales compuestas en homenaje a la mujer.