Comunicación

 

Balajú conjunta arte, compromiso social y rigor académico

por Karina de la Paz Reyes

El miércoles 11 de marzo de 2015 se presentó el primer número de la primera publicación electrónica del CECC-UV

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Balajú, revista de Cultura y Comunicación de la Universidad Veracruzana (UV), la primera publicación electrónica del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación (CECC), conjunta arte, compromiso social y rigor académico, coincidieron los especialistas en la materia Raciel Damón Martínez Gómez, Efraín Quiñonez León, Rafael Figueroa Hernández y Celia del Palacio Montiel en su presentación formal.

El evento cerró las actividades que en el transcurso del miércoles 11 de marzo se desarrollaron para celebrar el sexto aniversario del CECC y lo hizo de una manera inusual: con un banquete simultáneo a la presentación.

Celia del Palacio, coordinadora del CECC, explicó que la revista se concibió como un medio digital para la difusión de avances y resultados de investigación de alto nivel en temas de cultura y comunicación en el Open Journal Systems con periodicidad semestral. También forma parte de la plataforma de revistas de la UV y puede ser consultada en: http://revistas.uv.mx/index.php/balaju/index

Balajú pretende cumplir con los requerimientos del Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica del Conacyt, para lo cual tienen que transcurrir dos años a partir de su primera publicación, acentuó Del Palacio Montiel.

Consta de tres secciones: “Navegaciones”, donde se publican artículos originales resultado de investigación académica original; “Cupido me enseñó a leer en los libros del paisaje”, que contiene reseñas de libros sobre los temas de interés de la revista; y “Ariles y más ariles”, con materiales para el estudio de la cultura y la comunicación (entrevistas, índices, entre otros).

El Consejo Editorial está integrado por Soledad De León, Celia Del Palacio, Elissa Rashkin, Rafael Figueroa y Norma Esther García Meza, del CECC de la UV; Efraín Quiñonez León, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la UV; Salvador De León, de la Autónoma de Aguascalientes; Claudia Magallanes Blanco, de la Iberoamericana Puebla, y Sarelly Martínez Mendoza, de la Autónoma de Chiapas.

Además, destacó que el Comité Científico está formado por nueve académicos de prestigio internacional como Rossana Reguillo, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente; José Manuel Valenzuela, del Colegio de la Frontera Norte; Sarah Corona Berkin, de la Universidad de Guadalajara, y Alberto Olvera Rivera, de la UV.

Así como Leonardo Avritzer, de la Universidad de Minas Gerais, Brasil; Raúl Trejo Delarbre, de la Nacional Autónoma de México; Ricardo Pérez Monfort, del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social, sede México; Enrique Sánchez Ruiz, de la Universidad de Guadalajara, y Gustavo Lins Ribeiro, de la de Brasilia, Brasil, y la Autónoma Metropolitana.

“Esta publicación pretende llenar un vacío dentro de la Universidad, pues no existe todavía una revista que publique artículos académicos con temas de comunicación y cultura”, dijo Del Palacio Montiel.

En su intervención, Raciel Martínez, director general de Comunicación Universitaria de la UV, destacó elementos propios de Balajú “que la distinguen desde este primer número como un espacio académico donde la cultura y la comunicación son analizados con altísimo nivel de profesionalismo ético y formal”.

Añadió que los contenidos revelan varias preocupaciones que van desde detalles lúdicos como el que plantea Rafael Figueroa –para dar cuenta del origen de la palabra balajú–, hasta un estudio comprometido políticamente hablando, como el que publica Celia del Palacio con relación a las agresiones a periodistas.                                                                               

Añadió que destacan los artículos del primer número por una búsqueda novedosa de las cosas en un contexto de dinámicas culturales complejas, tal y como lo consigna el de Raquel Guerrero Viguri intitulado “El modelo del entretenimiento educativo en la webnovela, caso Historias de culpa (2000)”.

Además, dijo que si bien hay un rigor académico en la sintaxis de todos los textos, también se percibe un tono más flexible, pues “no se detecta en el corpus temático una presunción, sino más bien un claro propósito de ir entre los meandros, precisamente culturales, a diferencia de esas revistas de comunicación y cultura que respondieron a causas ideológicas de envergadura macro social, soslayando lo que Balajú se propone contarnos”.

Martínez Gómez también citó el artículo “De maestros, amigos y colegas. Una historia personal de la historia cultural contemporánea mexicana”, de Ricardo Pérez Monfort, con el que se ilustra la postura interdisciplinaria; así como “La diversidad cultural como discurso global”, de Gustavo Lins Ribeiro, donde el autor debate cómo la diversidad cultural se ha transformado en un discurso de las élites comprometidas con la cooperación internacional y la gobernanza global.

Un artículo más del que hizo alusión fue “La pérdida de una hija: Género y matrimonio en un contexto de migración internacional”, de Soledad de León Torres, por su aporte etnográfico.

Por su parte, Efraín Quiñonez consideró que Balajú es “una ocasión propicia para conjugar arte, compromiso social y rigor académico”.

Entre los artículos que citó el investigador está “Agresiones de periodistas en Veracruz”, de Celia del Palacio, y opinó que a las dificultades estructurales de un medio como el de los periodistas, “que languidecen frente a salarios de hambre”, se suma actualmente la violencia persistente, pese a ser una actividad indispensable para la vida democrática del estado y del país.

La presentación de la revista Balajú se titula “Para empezar a cantar”, pero a decir del integrante del IIH-S, la palabra cantar en estos tiempo se ha vuelto obscena: “Cantar en estos tiempos es la prueba palmaria del fracaso de las instituciones de justicia que nunca hemos tenido y una suerte de aborto institucional, dado el grado de putrefacción que a medida les caracteriza”.

Quiñonez se congratuló de que Balajú exista y lo llamó “un refugio para aquellos que todavía se atreven a cantar en su muy humilde interpretación de la vida”.

Finalmente, el profesor-investigador del CECC y coordinador de la Maestría en Estudios de Cultura y Comunicación, Rafael Figueroa, habló de su artículo en la revista “Balajú se fue a la guerra…”, cuya intención es precisamente hablar sobre el balajú, el son jarocho y el vocablo en sí.

El resumen del texto indica que “El balajú es uno de los sones más destacados en el repertorio jarocho. La palabra proviene de las

Antillas, donde nombra a un pez veloz y escurridizo, y por extensión a una fragata pequeña y ligera.

”Se ha pensado que El balajú deriva de una canción europea que se conoce como El mambrú, pero no existe evidencia que lo respalde y el análisis de la estructura musical y lírica no lo corrobora.”

El evento cerró con un recital de guitarra a cargo de Cristina Silvia Jiménez, quien cursa el último semestre de la Licenciatura en Música en la UV, dentro del Programa de Movilidad Nacional de la Universidad Autónoma de Zacatecas.

 

 

 

El lenguaje de las imágenes motiva a los jóvenes a leer: Raciel Martínez Balajú conjunta arte

El martes 17 de marzo, en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) en Poza Rica, el Doctor Raciel Martínez Gómez dijo que en la relación entre el cine y la literatura existen vínculos de lenguaje: “Los jóvenes pueden meterse al mundo de las letras a través de las imágenes, esto debe ser motivado por los maestros con materiales audiovisuales”.

Ante un auditorio mayormente integrado por estudiantes, comentó que actualmente los jóvenes escriben más que antes, leen de manera más fragmentada, aunque ahora gustan de otro tipo de narrativa.

Al referirse al cine comentó que actualmente está en una situación de crisis porque no se puede producir como se quisiera, contrario a ello están apareciendo más series de televisión con muy buena producción, lo que coloca al cine en una posición decadente, sobre todo al mexicano.

Otro de los puntos de los cuales habló Martínez Gómez fue de la sobrevaloración de los actores, pues en su opinión una buena película debería estar basada en una narración de hechos, no en el estrellato de ciertos personajes.

“El cine está resumiendo los sentimientos; por ejemplo, en la película ET el extraterrestre, el director Steve Spielberg tiene una gran potencia de resumir sentimientos, olfatea muy bien lo que le gusta a la gente”, concluyó.

La nota completa aquí

 

Jóvenes leen y escriben más que sus padres y abuelos

 

Los jóvenes leen y escriben más que las generaciones anteriores, sostiene Raciel D. Martínez Gómez, director  general de comunicación social Universitaria de la Universidad Veracruzana, quien la mañana del martes sostuvo la charla cine y literatura en la USBI.

El ponente considera que los jóvenes sí están escribiendo “más que nosotros, que nuestra generación,  ni leíamos tanto… “ellos tienen una lectura más fragmentada y escriben más porque están todo el día pegados a las pantallas de sus computadoras o de sus teléfonos.

Están leyendo cómics y otro tipo de textos y narrativas a las cuales los sus maestros no se pueden  adaptar tan fácilmente asegura, por eso existe la percepción de que no leen, porque no acceden a textos que se consideran los ideales.

Ahora “tampoco es un mito eso de que no leen… no exageremos… como si nuestras generaciones hubieran leído mucho nosotros,  ni leemos tanto… ellos sí leen solo hay que encauzarlos”, para que se les quite la costumbre de copiar y pegar, la tecnología los ha hecho flojos.

Una manera de acera a los jóvenes a la literatura es a través del cine, porque entre las imágenes y la narrativa existen varios vínculos que pueden acercar a los muchachos a los grandes textos.

Originalmente publicado aquí, nota y fotografías. 

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