La Euro la ganaron los pobres

Me atrevo a decir que los últimos campeones de la Eurocopa de fútbol estarían fuertemente relacionados con la visión y misión de la Unión Europea (UE).

Es decir, a final de cuentas, los países ganadores en el deporte más popular del mundo, serían prueba irrefutable de que, con esta fórmula asociativa que es la UE, es posible superar las graves asimetrías entre naciones de una región continental.

Y es que, revisemos, en fila la ganaron Grecia (2004), dos finales para España (2008 y 2012) y esta última para Portugal (2016), países considerados de segunda clase en este experimento internacional (no olvidemos que en esta lógica, en que los pájaros le tiran a las escopetas, habría que incluir el crecimiento de Turquía).

La Unión Europea nace en 1993, nombre que sustituye a la Comunidad Económica Europea (CEE) creada en 1958. El establecimiento de un mercado único, ha generado una serie de dinámicas basadas en políticas públicas de cooperación, en que los países más débiles, es evidente, se favorecen con los apoyos que el resto más poderoso suele inyectarles.

Texto completo publicado en The Cambridge Rules

Raciel-Euro