No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo……..
Mario Benedetti
Esta semana tuve la oportunidad de participar, por segunda ocasión consecutiva, en el Maratón Nacional de Conocimientos organizados por Asociación Nacional de Facultades y Escuelas de Contaduría y Administración (ANFECA) siendo la Universidad Iberoamericana Puebla sede de tan importante evento académico.
Comparto con ustedes algunas reflexiones que no quisiera dejar pasar ya que el tiempo suele ser un tirano ávaro con algunas etapas de nuestra vida. El Maratón es un evento que reúne a estudiantes, profesores, autoridades y, por qué no decirlo, familias. Es un largo camino que nos deja experiencias aleccionadoras como el valor de la amistad, de la fuerza de voluntad, de la lealtad, del arrojo, de la sana competencia, de la importancia de ganar, pero también del reconocimiento genuino cuando los resultados no nos favorecen.
Si bien la parte pesada del Maratón es la evaluación de conocimientos en algunas áreas en particular, hay más ingredientes que dejan una vivencia que debería ser inolvidable. ¿A qué me refiero?, trataré de explicarlo en pocas palabras: Intensidad, pasión, entusiasmo, ímpetu, vitalidad, espíritu. Éstos elementos conviven durante todo el proceso de selección y preparación de los estudiantes. Es el pretexto perfecto para conocer otra faceta tanto de los profesores como de los participantes, dejándonos claro que todos somos seres mortales con fortalezas y debilidades. El proceso se convierte en una búsqueda constante, llena de vitalidad, de apetito por conocimiento y por obtener el triunfo….
De la Universidad Iberoamericana Puebla identifico principios fundamentales, aunque en muchas ocasiones olvidados: hospitalidad, puntualidad, sentido de servicio y solidaridad. Reconozco el significado y riqueza de su filosofía: el «Magis Ignaciano». Atesoraré el fondo y forma de su visión espiritual, de valores, de fe, de humanismo, de camaraderia, de ser más cálidos, más generosos y acogedores; de trabajar en pro de una sociedad más justa, más equilibrada. Y esto, definitivamente es una cuestión de convivencia que nos invita a dejar de ser espectadores y subirnos al estrado para mejorar nuestra casa.
Y a todo esto, ¿qué significa el triunfo? ¿éste es el objetivo principal? Desde mi humilde opinión, creo que el éxito es un sentimiento personal e íntimo, que no debe depender del reconocimiento de terceros, por el contrario, debe ser un sentido de saber que cada uno de nosotros alcanzó la meta soñada, un propósito personal sin entrar en competencia con alguien más y, por supuesto, sin abandonar el terreno de la humildad y la autenticidad. En ese sentido, hay que triunfar en cada uno de los objetivos que nos propongamos. Acertar, alcanzar, dar. No voltear a los lados.
Puedo asegurar que, después de dos Maratones Nacionales, he acertado y alcanzado, lo digo sin vanagloria. ¿Cómo probarlo? Ser integrante de una Familia tan querida para mi: La Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Veracruzana; convivir con gente inteligente que tiene bien claro que quien abandona su educación abandona su futuro, contar con libertad para expresar mis ideas y, en la mayoría de los casos, encontrar eco. Abro un espacio para aquellas personas que han llenado de luz y energía a mi persona, aunque también de nervios y orgullo, todos ellos participantes del Maratón Nacional: Mariana Garrido, Ilse Denisse González, Mariana Sánchez y Rodrigo Arteaga, a quienes considero no sólo estudiantes de la Licenciatura en Sistemas Computacionales Administrativos, sino amigos y colegas que aprecio y admiro. Si la vida es búsqueda y riesgo, arriesgaron y encontrarón. No se puede ser feliz sin ser valiente.
Dejo también constancia de mi más genuino agradecimiento a todos aquellos directivos, profesores, estudiantes y amigos que acompañaron y apoyaron a los Maratonistas, creánme que su atención y buenos deseos se percibieron y jugaron un papel fundamental. Aquí no hay individualidades, el equipo es el que mete los goles…..
Y a todo esto, ¿qué significa el triunfo? ¿A qué me refiero?, trataré de explicarlo en pocas palabras: Intensidad, pasión, entusiasmo, ímpetu, vitalidad, espíritu….